Por Eugenia de Chitzoff (*)
Muy pero muy buenas noches, bienvenidos nuevamente a esta invasión de conocimiento que son estas clases de cómo comportarse en la cancha. ¿Cómo le va estimado alumno? Espero que siga ahondando en esta profundidad de conocimiento futbolero a fin de dejar de ser un mero principiante para convertirse en un letrado profesional del tablón. Hasta aquí hemos visto y desarrollado material dentro de los estadios, de eso se trata, de darle conocimiento para que no quede como un completísimo pelotudo frente a sus amigos y/o conocidos y/u otros hinchas. Por eso esta clase es distinta, usted ya habrá visto que el titulo dice “anda a la cancha bobo”, si usted es medianamente inteligente ya se imaginara sobre lo que trata la cuestión, pero si tiene el mismo coeficiente intelectual que los panelistas de “No todo pasa”, le explico: esta lección versa sobre…

NO IR A LA CANCHA.

Muchas veces uno no va a la cancha porque tiene una agenda compleja. O bien los horarios de los cotejos son una completísima garcha por culpa de los chupavergas de la AFA. Bien, el hincha, el cabezoide promedio termisticus, piensa que uno debe ir a la cancha en todo momento, sino no se lo considerara hincha. Debe ir a alentar bajo toda circunstancia, a saber. No importa si llueve, caen pijas, es un martes a las 14 horas y usted trabaja, si usted es médico y tiene una guardia, si vive en otro país, si es Simba y recién le han matado a su padre mufasa, si justo ese día se casa. Nada importa, usted debe estar parado en las gradas sea la hora que sea, bajo cualquier circunstancia simplemente porque es su única obligación para con el club.

Sin embargo, hay veces que uno esta recontrahiper hinchado las pelotas de ver a ese equipo de mierda perdiendo y perdiendo todo el putísimo campeonato o no pago la cuota, o no le alcanza para la entrada, o bien uno tiene algo importante que hacer como pegarse una buena rascada de pelotas en lugar de tomarse 6 bondis para ir a esa cancha mugrienta y sufrir el cacheo e intolerancia policial. Entonces usted faltara y es ahí, mi querido alumno, que yo lo ayudare con las excusas y como deberá comportarse para que no lo tilden injustamente de “poco hincha” o “pecho frio”. Quedan excluidos por supuesto, aquellas personas que vivan a más de 70 kilómetros de la cancha, aquellos que trabajen.

Bueno, esta ha sido la clase del día de la fecha. Igualmente yo le sugiero ir a la cancha, vea a sus amigos, descárguese, si total pierden siempre, con que vea perder a su equipo otra vez no pasa nada. Pero bien, si no puede, estas son las opciones que le aconsejo seguir. Nos vemos la próxima jornada. Chaucito.

(*) No confundir con Eugenia de Chikoff, esta es Eugenia de Chitzoff. Y no sea botarate, esto no es en serio. 

Lecciones anteriores (click sobre el titulo):

Se confirmó que el partido entre la selección Argentina y su par de Perú se jugará en la Bombonera. Daniel Angelici manifestó que el pedido lo realizo el Chiqui Tapia, y no Jorge Sampaoli como se creía. “Pasa que el presidente de la AFA tiene un palco en la bombonera, y el monumental le quedaba medio  lejo’, pero e’ mentira eso de que el Chiqui sea simpatizante de Boca, a él lo único que le simpatiza e’ el pode’ y la guita”, comentó un allegado al presidente del club. Muchas son las voces encontradas en este cambio de escenario, algunos también pidieron que el partido se juegue en la cancha de Central, otros en Córdoba. “Yo creo que el partido tendría que disputarse bien en la concha de la lora, así ahorramos un pasaje en caso de perder”, comenta un hincha.

“Habia una puja entre los porteños y los del interior por el lugar en donde iba a jugar la selección, por suerte este equipo logro a unir a todos los argentinos, porque con lo mal que juega lo putean desde la Quiaca a Ushuaia”, comenta un hincha. A pesar que al principio la Federación Peruana de Fútbol, se negaba a jugar en la bombonera, acepto este nuevo escenario. “Si van a jugar con los mismos nervios y miedo a perder, no nos importa en qué cancha juguemos, aceptamos hasta la cancha de Victoriano Arenas”, concluye un jugador peruano.