Acá estoy. Cansado. Podrido. Acá nadie corre. Ni siquiera yo ya me esfuerzo en bajar. Es al pedo. Nadie te reconoce nada en este club. Salís campeón y festejan un ratito. Después ya están las quejas. Que fue un campeonato fácil, que los grandes no jugaban a nada o que tenían la cabeza en la Libertadores. Años sin salir campeones. Décadas. Pero claro, la culpa la tengo yo, que vine hace un par de años nomas.
Mirá el pase que mete el que dice ser enganche: al rival. Devolvé la
camiseta, caradura. Yo lo haría mejor, como en ese partido contra Tristán
Suarez. Solo lo deje al Tanque Souza contra el arquero. Pero no, ahora estoy en
el banco paspando moscas y viendo a estos muertos. Pasa que te ven viejo, o
erras un pase de mil y ya está, te liquidaron, hermano. Encima te pagan de a
puchitos, como si fuese el ultimo orejón del tarro. Cuanta mediocridad. ¿Y yo?
Otro mediocre más. No solo por estar en este equipo de mamotretos. 17 años
jugando y ningún logro personal. Nada. A otros se lo llevan a Europa, a Estados
Unidos. Y me clavé acá. Si, hice goles, gané títulos, hice escuela con mi
estilo de juego… todo al pedo, nadie te reconoce nada. Al contrario, te piden
que corras más, que gambetees más, que metas fuerte la pata, que bajes. Y lo
hice, pero al pedo mi viejo, no me reconocieron nada. Ni una palmada.
Nunca una pelea ni con entrenadores o compañeros. Tampoco me queje nunca de
la dirigencia y la trate con respeto, lo mismo que al periodismo. Pero acá
seguimos en la misma intrascendencia. A eso que venden humo y no dan dos pases,
le dan más bolilla que a uno que se gambetea tres rivales en una baldosa o la
pone en un ángulo en una final de un reducido. Yo no lo puedo creer. Así
estamos también. Cada día hay más ídolos con los pies de barro. Déjame de
joder, estoy indignado.
El entrenador un desastre, déjate de joder. Mira que he visto desfilar
directores técnicos por acá, pero este es verdadero boludo. Bah, boludo lo que
se dice boludo no. Es un acomodado. Lo trajo un representante que solo hace
negocios con esta comisión. Te digo esto porque yo me recibí de técnico hace
dos años. No solo me dieron el título de DT, sino que también hice varios
perfeccionamientos y también estudié periodismo ¿Para qué? Para que venga un
bolas tristes como este entrenador y pare al equipo como si fuesen caballos en
una calesita. Cada vez me indigna más esto, no sé qué estoy haciendo acá. Yo
debería estar en un grande o en Europa. 120 goles hice. Ni de la selección me
llamaron. Ahí te llaman a los modelitos de turno, a los que salen con minas en
las tapas de las revistas de chismes. Nosotros nos tenemos que raspar hasta el
hoyo, meter un triplete en la Libertadores y ni tu vieja te llama para
felicitarte. Sí, porque también gané la Libertadores y jugué el mundial de
clubes. Integré el primer club argentino en ganar el mundial de clubes y lo
zarandeamos de lo lindo al Bayern. Pero a nadie le importó, nadie me lo
reconoció. El premio al mejor jugador se lo llevo otro. Al pedo los dos goles.
Siempre le dan bola a otro. No sé, capaz soy feo para la cámara o los flashes o
no me quieren porque soy buen tipo. Hoy solo quieren a los cagadores y los que
saben hacer negocios.
Estoy cansado de ver como otros la levantan en pala y yo acá. En el banco,
pero de suplentes. Y eso que siempre cumplí. Siempre metí goles, ponía
asistencias por doquier. No solamente era cumplidor, hacía más de la cuenta,
hasta bajaba a ponerme en el primer palo para darle una mano al arquero en los
córners. Pero que le voy a hacer, siempre el mismo boludo al que no le
reconocen nada. Ni los mismos compañeros. Yo le puse el pecho a las balas,
cuando descendimos. Me quede. Otros se fueron a la mierda. Y lo hice
desinteresadamente. Nadie me la contó. Así y todo, se olvidaron de mí, de lo que
di, de lo que puse ¿Qué mierda te van a reconocer?
¿Qué? ¿Que vaya precalentando para entrar? Si faltan 10 minutos, dale.
Parece a propósito. Bueno a trotar como un boludo y a hacer ejercicios boludos
de precalentamiento. Al pedo, yo puedo entrar frio y no lesionarme. ¡Uy escuchá
como estalló la platea y la popular! Mirá como corean mi nombre. ¿Ahora vienen
a corear mi nombre? Caraduras, aquella vez que me erre un penal me putearon
todo un partido. Hijos de puta. Malagradecidos. Eso es lo que son. Bueno, ahí
voy a entrar. ¿Por quién entro? ¿Por el Cachorro Ferré? Este tipo está loco,
mira que sacar a terrible jugador. Sácalo al muerto de Kobanik que no hizo un
carajo. Menos mal que es mi último partido, ya me hartaron. Solo arriba como un
pelotudo. ¿Para esto me ponen? Déjate de joder, boludear así a una gloria como
yo. Encima la gente sigue aplaudiéndome, gritando mi nombre. Hasta pusieron
banderas. Qué loco. Y yo acá viendo desde adentro como estos muertos están
aguantando el resultado. Ni en pedo bajo, yo soy un habilidoso, eso de bajar a
dar una mano pasó hace tiempo.
Bueno, por fin el silbatazo final. ¿Qué esto? Vienen todos los periodistas
a preguntarme cosas. Ahí viene el presidente con los chantas de la comisión y
una plaqueta. A mí no me tenés que dar una plaqueta. La cancha me tenés que
dar, hermano. ¿Y quién es ese? ¿Messi? ¿Qué hace Messi acá en mi último
partido? ¿Me está dando él la plaqueta? No me has reír, loco. Yo soy mucho
mejor que vos, papito. Vos en el Barcelona, en la Selección y en el Paris
estabas rodeado de figuritas que te hacían todo el trabajo. Yo toda la vida
estuve rodeado de picapiedras y así y todo metí casi tantos goles como vos.
¿Qué dice el presidente? ¿Qué van a retirar el número 9 de la camiseta del
club? Y si, si yo me retiro todos los que vienen ni sombra le van a hacer a ese
número. Mamita, que mal que están todos. Por suerte ya me voy, me retiro. Me rajo
a donde no hay presiones ni nada, a donde me van a dar bola por lo que diga y soy:
ser panelista en un programa deportivo. Eso sí es vida, mi viejo. Porque el
futbol, el futbol está acabado.
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