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El antiequipo de la semana.

 


Arriba: Adidas (Multinacional que lucra con la igualdad y con los colores); Árbitros (gente con problemas de comprensión); VAR (Sistema que los árbitros no entienden).

Abajo. José Luis Chilavert (Carrió del fútbol, enjuiciado por llamar corrupto a un corrupto); Javier Sanguinetti (Ex entrenador de Banfield, Ex entrenador de Newell’s, futuro entrenador de Banfield); Independiente (Club que la está pasando como el orto en lo económico, deportivo y político).

Selección.

Bueno, se armó polémica con adidas y la camiseta alternativa que usara la Selección en el Mundial de Qatar 2022. Lo primero que escuchamos fue el “los colores no se tocan”. Ehhh, eh… ¿De poronga sale el azul de nuestros colores patrios? Hasta 1957, la suplente era toda celeste, como la de Uruguay, Después Argentina se colgó y en el mundial 58 no llevo camiseta suplentes y uso una amarilla del IFK Malmö de Suecia. A partir del 72 se empieza a usar la azul ¿Motivos? Sobran mitos y leyendas, que van desde la primera y vieja bandera de la confederación argentina (medio flashero pero dale que va) a los colores de AFA. El azul no sale de ningún distintivo patrio. Lo cierto es que en Rusia salimos con una negra y también hubo quejas. Bien, si vamos a respetar los colores podemos usar el dorado del sol de mayo, el verde de los laureles o el rojo del gorro frigio. Está bien, hubo una tradición futbolera con la azul. Pero hilando más fino, la selección está representando a una federación (que es la AFA), por ejemplo, Alemania, tiene la camiseta blanca evocando la Bandera de Prusia, pero usaba una verde por los colores de la DFB (un mito dice que el verde lo usaban en agradecimiento a los irlandeses porque fue la única selección que acepto jugar un amistosos con los teutones en la post segunda guerra mundial). Todo esto es un poco de historia. Pero vamos a la realidad, la camiseta alternativa puede ser violeta, fucsia, naranja, salmón porque simplemente es una cuestión mercantilista. Si adidas quiere te pone una poronga y un papo en el medio de la camiseta y a comerla, como hinchas no podemos hacer nada. En este caso es violeta por la igualdad de género (la cual apoyamos, pero mercantilizar eso no). Con la azul tenemos una relación amor-odio, nos cargamos dos veces a Inglaterra, una de forma maravillosa y Alemania nos cargó dos veces en la final. Como conclusión: si nos va bien, la amaremos y será eterna cábala, de lo contrario será apuntada como camiseta mufa.

Se fue nomás Javier Sanguinetti de Newell’s Old Boys. Un entrenador que había arrancado bien, puntero por algunas fechas, pero empezó a caerse, perdió el clásico contra Central y a partir de ahí todo fue cuesta abajo. Ganó un partido de los últimos once y a otra cosa. Lejos quedó ese equipo aguerrido y que supo ser líder. Después se bajonéo más que la economía argentina y el Archu salió eyectado. A pesar de todo, la Lepra está en el lote de los que pelean entrar a la Sudamericana.

José Luis Félix Chilavert nuevamente sufrió otro revés en la justicia. Recordemos: El Chila había acusado de corrupto a Alejandro Domínguez, presi de la CONMEBOL, este se calentó lo llevo a juicio por calumnias e injurias y gano el jefe de la CONMEBOL. Chila no se quedó en el molde y apeló. ¿Conclusión? La justicia ratificó el fallo anterior:  Un año de prisión en suspenso y una indemnización de 14.300 dólares. Por las dudas queremos aclarar que a al Ale cuando nosotros lo llamamos corrupto, garca, sinvergüenza, matafutbol, chanta, hijo de remil… no estamos acusándolo de tal, solo lo llamamos así cariñosamente. Así mismo nos ponemos completamente a disposición de excelentísimo sr. Presidente de la CONMEBOL por si quiere invertir en dólares en esta web.

Otra vez el VAR, otra vez el VAR, otra vez el VAR. Tenemos las bolas como dos pasas de uva de tanto repetir lo mismo fecha tras fecha. Antes los árbitros se equivocaban y te quedaba la calentura porque el árbitro era un ciego o un burro. Ahora la calentura se potencia, porque tiene toda la tecnología a mano para ver y terminan interpretando cualquier fruta. Lo que arroja como resultado, una doble calentura con el árbitro y los 52 asistentes que están viendo xvideos en lugar de ver la jugada. Hasta parece premeditado en algunos casos. Lo cual genera más bronca. Para nosotros hay que dejar de usarlo… al VAR no, al árbitro. 

Otra notificación e inhibición para Independiente, que está peor que Argentina con el FMI. Ahora es la FIFA. Una deuda más.  En cualquier momento les aparece el señor Barriga a pedirles meses de renta. Resulta que la FIFA intimó al Rojo porque no pago la cuota que tenía que pagar por Gastón Silva, recordemos que fue al TAS y este dictaminó que tenía que gatillar 1.250.406,39 dolarucos y 5.000 francos suizos por costas. Independiente llegó a un acuerdo de hacerlo en cuotas, la primera a pagar era 15 de julio y nunca apareció la biyuya. Cuestión que a pesar de la intimación no pagó y cayó la inhibición. El próximo refuerzo tendría que ser Martín Guzman, el ex ministro de economía a ver si logra un acuerdo como con el FMI. 

Morir así

Rubén se acercó al bar, estiró el cogote a través del vidrio a ver si los muchachos estaban ahí. No había nadie. No habían ido al bar tampoco. Raro. Habían quedado en encontrarse ahí, como siempre. Siguió caminado y decidió rumbear para el local de Horacio, capaz que seguía ahí. Llegó hasta la puerta y un cartel le heló la sangre: “cerrado por duelo”. Rubén se quedó por unos segundos mirando el cartel y negando con la cabeza.  “¿Le habrá pasado algo a alguno de los muchachos? ¿Por qué no me avisaron?”, comenzó a preguntarse. “Me voy hasta el taller de Roberto”, dijo y rajó sin más miramientos. Al llegar al viejo tallercito, se topó con un cartel del mismo tenor: “Cerrado por duelo, vuelvo mañana. Roberto”. La cosa era grave. Pero si les hubiese pasado algo a los muchachos, ya le habrían avisado a él o a Olga, su mujer, porque las malas noticias en el barrio volaban.

Siguió caminando sin rumbo fijo, hasta que en la esquina logró reconocer el auto del Rolo. Corrió con todo hasta la esquina, justo en la esquina de la casa de velatorios. Cuando llegó ahí vio que adentro estaba lleno de gente. Entró corriendo. Se fijó en una de las salas y no había ningún conocido. Hasta que entró a la última sala y vio a sus amigos muy tristes y con lágrimas en los ojos. Decidió acercarse sin hablar.

—Pobrecito, mirá que morir así,  loco —comentó el Gordo.

—La cancha es un peligro, me lo dice mi señora todo el tiempo, y tiene razón, mirá —se enojaba Enrique.

—Pobrecito Rubén. Morir así —se despachó el Rolo. Rubén se sobresaltó, ellos no conocían a ningún otro hombre llamado así. Ni conocidos, ni conocidos de otros conocidos. Entonces decidió acercarse al cajón. Para su sorpresa estaba cerrado.  Volvió a acercarse a los muchachos.

— ¿Quién es este Rubén que murió? ¿Lo conocíamos? —pregunto Rubén. Nadie le respondió. Todos seguían mirando al piso.

—Muchachos, denme bola, les pregunte algo… —insistió. Nadie lo registraba.

—Pero la puta madre que los parió, díganme algo —grito Rubén al borde de la desesperación.

—Pobre Rubén, morir así… —dijo Horacio mirando el piso.

—Si esto es una joda es de muy mal gusto —Se enojó Rubén, pero nadie lo escucho.

—Pobre la señora, descompensada e internada.

—Pobre Olga, che…

—Decí que estamos nosotros para hacerle todos los papeles y hacernos cargo del pobre… —Enrique no terminó la frase, la emoción lo embargó.

Rubén se dio cuenta de que estaba muerto. Que era él por quién estaban llorando. Lo corroboró cuando vio su nombre en un costado de la sala. A pesar de saberse muerto, sentía que el pecho se le salía, sentía un sudor frio, y una sensación extraña.

—Mira que morir aplastado en el gol che, justo en el gol —comentó el Gordo.

Rubén empezó a sentir como si algo le rompiese las costillas, escuchaba un ruido seco como el crujido de las ramas al romperse .

—Encima empezaron a saltar arriba suyo… no lo puedo creer.

Inmediatamente Rubén cayó al suelo con las piernas partidas, sentía un dolor inmenso. A pesar de que aullaba de dolor, nadie lo oía porque estaba muerto.

—Y después lo peor, cuando le aplastaron la cabeza contra los escalones —dijo el gordo agarrándose la boca.

En ese momento a Rubén se le puso todo negro, sintió como un ruido ensordecedor y quedo como en penumbras sin poderse mover.

—Justo cuando salíamos campeones viejo, justo en el gol del campeonato, justo… —dijo resignadamente Horacio.

Rubén escuchó eso y después ya no escucho más nada. Ni la voz de sus amigos, ni sintió dolor, ni nada. Ahí quedo.
***

Rubén se despertó sobresaltado y agitado. Transpiraba a baldes y le temblaba todo el cuerpo.

—Viejo, viejo ¿Qué te pasó? ¿Estás bien?— inquirió Olga asustada, del otro lado de la cama mientras se sentaba.

—No sabés vieja, tuve un sueño muy extraño… salíamos campeones.

Toni Schweinheim
Obra Publicada, expediente Nº 510614. Dirección Nacional del Derecho de Autor



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  Por Elmer


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