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Por el Nene (*)

Bueno seguimos invictos, salimos campeones de la copa, clasificamos al mundial de Qatar 2022 a falta de cuatro fechas. Ya está, no rompan las bolas. Ayer Brasil no nos dejó jugar… nunca pensé que iba a escribir algo así algún día. ¿Merecimos ganar? No puedo decirlo ¿Mereció ganar Brasil? No puedes saberlo... ¿Cuándo se define el partido anterior contra Brasil? Todavía no lo deciden. Pero puedo decirte algo, cada vez que escuche al viendo susurrará tu nombre: “ahora que están clasificados los dos la FIFA se va expedir”. Vayamos al partido en sí y dejémonos de romper las bolas. Fue un partido más trabado que Luciano Castro después de hacer Crossfit. Brasil le cortó el medio a la selección, bien a lo piquetero, y ahí se venía al ataque. Los teníamos bastante controlados por el Dibu Martínez que es más seguro que puerta de madera los días de humedad y el Cuti que trababa hasta con los pelos de la chota. También atacamos nosotros, pero entre que a Messi lo marcaban 450 brasileros y Lautaro quedaba mas desconectado que Flow los días de tormenta, mucho no pasó. Si terminamos acorralando a Brasil sobre el final, pero no pasó nada. En el complemento, la cosa no cambió mucho. Hasta que el Cuti se fue lesionado, entro Pezzella y los brasileros se animaron: allí fue cuando chocaron contra la seguridad de Martínez y el codo de Otamendi. El equipo brasilero estuvo cerca, y Argentina también, pero bueno viendo los minutos pasar ya sabíamos que era un empate. Sobre el final del segundo tiempo apretamos el acelerador, pero nuevamente no pudimos. Al rato de terminar el partido, Ecuador le ganó a Chile y así sellábamos el boleto al próximo mundial. Ahora ni bien terminé de pagar las cuotas del último pan dulce, tarjeteo los pasajes a Qatar.

Uno por uno.

Emiliano Martínez (8). Para mí la figura de Argentina. Siempre mejor ubicado que notero de crónica tv. Más atento que los de cobranzas de la tarjeta cuando te pasas un día sin pagar.

Nahuel Molina (2). Su labor fue correcta. Pero le pongo un dos porque después de lo que le hizo Vinicius, tendría que haberlo colgado de una patada al grito de “si queres lujos, anda a Leiva joyas, puta que te pario”.

Cristian Romero (7). Más duro que la mandíbula de Marley en una fiesta en Ibiza. Cuando bajó a Cunha hizo emocionar al mismísimo Ruggeri. Se fue lesionado.

Nicolas Otamendi (7). Solido defensivamente y logro darle un codazo en medio de la trucha a Raphinha sin que lo viera el árbitro y los 750 asistentes del VAR. Si Ruggeri se emocionó con lo de Romero, con lo de Otamendi se largó a llorar a moco tendido como el final de Dr. Milagro.

Marcos Acuña (7). Hizo el trabajo invisible: el de invisibilizar a Raphinha, trabo y marcó más que el FMI.

Rodrigo De Paul (8). Otro de los puntos altos de la selección. Estaba en todos lados. En defensa, en ataque, parecía droopy.

Leandro Paredes (6). Scaloni lo metió los primeros 45 minutos para joderlo al Jeque nomas.

Giovani Lo Celso (5). Arranco intenso como relación toxica, después se lo morfaron los brasileros y terminó ghosteando.

Ángel Di María (10).  CAÑO, CAÑO, CAÑO, CAÑO ¡Dios Santo, viva el fútbol!

450 asistentes del VAR (0). Estaban tan aburridos con el partido que se jugaron un partidito en la play y se distrajeron. Otamendi y nosotros agradecidos.

Tité (100°). Estaba tan caliente que le rompías un huevo en la cabeza y nacía un ave fénix.

Lionel Messi (6). Y… mucho no pudo hacer, cuando pudo complico a Brasil. Pero cada vez que la agarraba tenía más brasileros encima que una carroza de carnaval.

Lautaro Martínez (5). Pobre, estaba más solo que televidente de Showmatch.

Lisandro Martínez (6). Ordenadito pero no se animó a ir al ataque.

German Pezzella (5). Entro por el Cuti y a los pocos minutos ya tenía una amarilla por un topetazo.

Julián Alvarez (5). Tuvo un remate que salió desviado, pero hizo subir su cotización 2 palos más.

Nicolás Dominguez (-). Entro a ver qué onda.

(*) No pibe, no es el Nene posta, no se coma todos los amagues.

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