Son tiempos difíciles en la República Argentina, tanto en el
ámbito político, económico, social y futbolístico. “Estamos mal, pero vamos
bien… para la mierda”, describió un funcionario. La economía viene en baja,
sumado a la inflación, los distintos ajustes, la devaluación, todas variables
que causan un hinchamiento de bolas masivo. “Habría que ir viendo, no sé, capaz
que hacemos un enroque entre Caruso Lombardi y Dujovne y capaz la cosa repunta,
bah qué sé yo, con intentar no perdemos nada”, habría deslizado un asesor de
jefatura de gabinete. Lo cierto es que la “miseria” reinante se ha trasladado
al fútbol, donde se ha reflejado en un mercado de pases más que sobrio. “Nosotros
la verdad que trajimos jugadores libres, preferí invertir la guita del club en
lebacs, que obviamente son para mí”, ríe satánicamente un dirigente.
Con la visita de Cristine Lagarde, muchos caminaron con el
culo contra la pared. “Queremos desmentir categóricamente que Cristine vaya a
hacerse cargo de la selección, para romperle el ojete a la selección ya estamos
nosotros los dirigentes”, se enoja un miembro de la AFA. “No, la Lagarde no se
va a llevar a la selección. A lo sumo hará concha medio país, reventará todo,
nos romperá bien el ojete, hambreará al 99% de la población pero quédense tranquilos que a la selección no la va
a tocar”, aclara otro miembro del gobierno.
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