¿Sabés qué? El Mundial me chupa un huevo. Cansado me tiene.
Mundial aquí, Mundial allá. Nadie habla de otra cosa. Todo el mundo anda a las
apuradas para llegar a ver los partidos. La calle es un caos. Ojo a mi me gusta
el fútbol, me encanta, voy todos los domingos a la cancha. Pero te digo, sin
dudar un segundo, que si tengo que elegir, prefiero a muerte que mi equipo gane
un torneo o una Copa a un Mundial. La gente se vuelve estúpida. No hay otro
tema de conversación y la verdad que me hincha las bolas eso.
Claro, usted me podría decir que todo el mundo se pone
contento. ¿Y? Yo me pongo contento si Juancito, mi pibe, mete alguna materia en
la facultad. Cosa que no viene pasando seguido.
¿De que alegría me hablan? Si yo voy a tener que seguir laburando,ganen
el Mundial o no. No puedo ir a la carnicería y decirle: “Che ganamos el Mundial
¿No me das un kilo de bife de chorizo por eso?”. No, mi viejo, los que ganan
son esos jugadores que están ahí. Esos millonarios. Están en la Selección
porque están en Europa. Tienen más márketing que la Coca Cola. Y eso que yo soy fanático
de esa gaseosa eh. Nunca un jugador del ascenso, nunca uno de un equipo chico. Están
ahí porque son paladines del márketing. Algunos no tienen ni puta idea de lo
que significa la Argentina. Viven en Europa, rodeados de lujos y se olvidan de
sus raíces. No, ya sé que no tendrían que estar viviendo en un chalecito en González
Catan. Pero a lo que voy es que a ellos les chupa un huevo ganar o no. No les
cambian en nada.
Además esto del Mundial tapa un montón de cosas. Los
políticos nos bajan los lienzos delante de todos y no nos enteramos. Si estamos
babeando frente a una tele a ver como el 2 de Alemania le mete un gol a Ghana. Dejame de
joder. Somos muy boludos, hermano. Anda que esto pase en un país serio. No
pasa. Si ganamos es un quilombo, si perdemos, un velatorio. Nos importa más si
la bocha entró o no, a que nos rompan el ojete con alguna medida económica.
Adormecidos nos deja el Mundial. Adormecidos.

Largué la Selección a la mierda. Después se vino la crisis
del 2001, los saqueos, las muertes, los 280 presidentes en una semana. Y la
verdad es que me fui a refugiar en la Selección. Éramos un violín. Pasamos las
eliminatorias caminando, pulverizábamos a los rivales. Ni el grupo de la muerte
me asustaba. Una ilusión bárbara tenía. Bah, todos la teníamos. Hasta que nos
quedamos afuera en primera ronda. La verdad que nunca más eh. Yo creo que
usaron la algarabía y la esperanza que teníamos en el equipo para que los
políticos hicieran cualquier cosa en el ispa. Chau Selección para mí. Si en el
peor momento de nuestra historia no nos podían dar una puta alegría, váyanse
bien a cagar. Al Mundial 2006 no le di pelota, hasta que vi de reojo como nos
cargábamos a Serbia y Montenegro 6-0. Epa. Ahora sí, era nuestro Mundial. Teníamos
a un señor entrenador como Pekerman y encima a un Messi que estaba saliendo del
cascaron. Pero claro, se nos cruzó Alemania, el DT un cagón que le erró con
todos los cambios. La verdad es que la culpa era mía, por seguir insistiendo. Me sentí un boludo. Pero ya había aprendido. Ya no iba más.
Casi nos quedamos afuera
del Mundial del 2010 y lo trajeron al Diego. Y la verdad que el Diego me
puede. Un tipo que es un motivador nato. Era EL entrenador. Llegamos de pedo,
pero yo sabía que este Mundial era nuestro. Era como revivir el 86. Con
Maradona como DT y otro en la cancha como Messi. Pero otra vez nos cogió
Alemania, y esta vez por goleada. Y sinceramente me sentí un pelotudo. ¿Qué
podes esperar de un tipo que solo sabía hacer monerías en el banco de
suplentes? Y Messi, bueh, en las difíciles siempre se ha borrado. Ese día lloré.
Pero no de tristeza, sino de impotencia. Por ser tan estúpido. Otra vez estaba
con la bandada de boludos lobotomizados
por el Mundial. Iluso. Juré no darle pelota al de Brasil. Pero los muchachos me
convencieron de ir. “¿Cómo te vas a perder esta oportunidad, si es acá a la
vuelta?” Y fuimos. La verdad que fui
como para disfrutar de mis amigos, de estar en otro país. Fuimos avanzando y me
puse muy contento y feliz cuando Romero nos catapultó a la final. Era la
reconciliación perfecta, salir campeones en medio de tierra brasilera. Esa no
se la sacaban más de adentro. Y otra vez me entregué al Mundial. Sí, un boludo
fui. Götze me devolvió a la puta realidad.
Por eso le digo, no sea boludo. No se deje lavar la cabeza
por el Mundial. Mientras uno sufre, no ve la realidad. Por más que tengamos
chances. Por más que este Messi y pueda llegar a ser su Mundial… por más que lleguemos muy mal como en el 86… no sé… si uno
lo mira bien le digo que podemos dar el batacazo en Rusia. Yo creo que si me
apretás un poco te digo que te cambio ganar este Mundial a que mi equipo gane
la Libertadores, total estos muertos ni siquiera clasificaron a la
Libertadores.
Toni Schweinheim
Obra Publicada, expediente Nº 510614. Dirección Nacional del Derecho de Autor
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