Arriba: Jorge Sampaoli (Entrenador de la selección
argentina, vendedor de humo, mentiroso crónico en conferencias de prensa,
inentendible táctico); Selección Argentina (Ente,
coso, amorfosidad futbolística, adefesio táctico); Policía
(apaleadores de hinchas del Rojo).
Abajo: Chiqui Tapia (Presidente de la AFA,
ex presidente de la AFA si no llega a clasificar la Selección al Mundial, inútil);
Juan Manuel Lugones (Titular del Aprevide, inútil,
camaleón político y deportivo); Periodismo deportivo (flagelo
latinoamericano).
Selección.
Ay, ay, ay, ay… Duele lo de la Selección. Después de que el Chiqui Tapia rompió sideralmente las bolas por llevar el partido a la Bombonera, supuestamente para “hacerle sentir el aliento a la selección”. Pero todos sabemos que esta mudanza de localía fue para beneficio de unos pocos, como suele ocurrir. Si, obviamente se alentó con todo, pero evidentemente el problema de la selección no es de canchas, ni de alientos, ni de cábalas. Argentina la está metiendo menos que Juan Carlos Pelotudo sin la clase de guitarra por fax del Roña Castro. Encima los esquemas de Jorge Sampaoli se entienden menos que sus conferencias de prensa. Desde la corta etapa Bauzistíca, el equipo argentino viene sufriendo lo mismo de siempre: falta de contundencia delante y ser un flan atrás. Parece que estamos viendo un eterno partido que Argentina perdió contra Paraguay. Sampaoli no cambio un carajo la forma de jugar del equipo, para peor, le agregó manías como la de salir jugando por más que en el área este descansando el ejército prusiano a la espera de un ataque o la de querer llegar al gol tocando hasta abajo del arco rival. El martes se termina para bien o para mal. Muchos sostienen que si Argentina se queda afuera del mundial, sería una gran enseñanza y una enorme oportunidad para cambiar para bien. Lo mismo se dijo cuándo nos quedamos afuera del mundial 2002 en primera ronda. Solo nos queda rezar y acotar: Pugliese, Pugliese, Pugliese.
Ay, ay, ay, ay… Duele lo de la Selección. Después de que el Chiqui Tapia rompió sideralmente las bolas por llevar el partido a la Bombonera, supuestamente para “hacerle sentir el aliento a la selección”. Pero todos sabemos que esta mudanza de localía fue para beneficio de unos pocos, como suele ocurrir. Si, obviamente se alentó con todo, pero evidentemente el problema de la selección no es de canchas, ni de alientos, ni de cábalas. Argentina la está metiendo menos que Juan Carlos Pelotudo sin la clase de guitarra por fax del Roña Castro. Encima los esquemas de Jorge Sampaoli se entienden menos que sus conferencias de prensa. Desde la corta etapa Bauzistíca, el equipo argentino viene sufriendo lo mismo de siempre: falta de contundencia delante y ser un flan atrás. Parece que estamos viendo un eterno partido que Argentina perdió contra Paraguay. Sampaoli no cambio un carajo la forma de jugar del equipo, para peor, le agregó manías como la de salir jugando por más que en el área este descansando el ejército prusiano a la espera de un ataque o la de querer llegar al gol tocando hasta abajo del arco rival. El martes se termina para bien o para mal. Muchos sostienen que si Argentina se queda afuera del mundial, sería una gran enseñanza y una enorme oportunidad para cambiar para bien. Lo mismo se dijo cuándo nos quedamos afuera del mundial 2002 en primera ronda. Solo nos queda rezar y acotar: Pugliese, Pugliese, Pugliese.
Y hete aquí el siempre querido periodismo. El que todo lo confunde: alentar con nacionalismo berreta y de cartón, folclore con termeada, pasión con bardeo, partidos importantes con urgentes… si, porque varios periodistas “tiraron” en la previa, que el partido contra Perú era el más importante en los últimos “25 años”, cuando en los últimos tres años jugamos una final del mundo y dos de Copa América. También entra en la categoría el periodismo del hermano Perú. Diarios como el Sports diciendo que Infantino se quedaba a ver el partido para arreglarlo y robarle a la selección peruana. Cuando el dolape solo estuvo 10 horas para hacer un hermoso lobby y cerrar varios kiosquitos con el tema de la candidatura de Argentina-Paraguay- Uruguay 2030. A Gianni le chupa la lustrosa calva si Argentina está o no esta, porque en el mundial la FIFA la va a levantar en pala, este o no este Messi.
Ah pero que quilombo se armó entre los hinchas de Independiente y Juan Manuel
Lugones, titular del APREVIDE, el organismo encargado de rascarse la
chota a cuatro manos. El tema arrancó complicado desde el inicio del partido
entre el Rojo y Vélez. Ya para entrar
fue un completísimo quilombo, solo faltaba que a los hinchas le pidieran la
primera orina de la mañana y que reciten el Mio Cid de corrido. Ya adentro, colgaron una bandera en contra de la AFA, por los constantes
fallos arbitrales… Si, a pesar de que Moyano es el Vice 2° y su yerno el
presidente., se entiende menos que la titularidad de Erviti. También se dice
que la CD esta partida (Ritondo por un lado con su sequito y los Moyano por el
otro, si, un pu-te-rio). La cosa es que la policía fue a sacar la bandera y ser
armo un tole tole. Algunos hinchas se enfrentaron porque la policía quería sacar la bandera. Hecho que desencadeno una represión para todos, cobraron más que el Barcelona por el pase de
Neymar. Lugones dijo y aseguro (solo le faltó jurar por la vieja) que fue la
barra, que este quilombo fue por los inadaptados de siempre. El temita es que
apalearon a gente que lo más cercano a la barra que estuvo fue cuando vieron el
capítulo de los Simpsons de la “inerte barra de carbón”. Esto provocó que
hinchas cortaran Avenida Mitre el día miércoles para protestar por este tema, pidiendo, además, la renuncia
de Lugones, quien ahora paso de echarle la culpa a cuestiones políticas. ¡Pero
que viva el futbol, Aprevidichi!
Banco
de suplentes.
Néstor Pekerman (Pecheador serial)
Diego Cocca (Entrenador de Racing, ¿camarilleado?)
Néstor Pekerman (Pecheador serial)
Diego Cocca (Entrenador de Racing, ¿camarilleado?)
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