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Por Eugenia de Chitzoff (*)
Muy buenos días mis estimados alumnos futboleros. Que grato es volver a encontrarnos en estas clases virtuales a distancia, en donde usted mi pequeña palomita blanca del 2.0 aprenderá a comportarse adentro de las instalaciones de un estadio mientras se lleva a cabo un cotejo de balompié. Ustedes estimados colegiales me preguntaran para que sirven estas pequeñas lecciones. Déjeme decirle  a usted, pequeño gurrumín ignaro de tablón, que sirve para que no haga el ridículo frente a hinchas ya avezados en las tribunas. Con estas enseñanzas usted quedara como un profesional del improperio y de la gestualidad corporal. Si quiere puede obviar estas ilustraciones y quedar frente a los concurrentes de la popular como un perfecto pelotudo o en el peor de los casos como un infiltrado. Caso en el cual puede ser molido a palos, facazos y demás torturas y agresiones de cancha.

Pero bien mis estudiantes, vayamos al grano, a la lección del día. La cual es:

Cómo comportarse cuando en el rival juega un jugador surgido en nuestro equipo.

¡Vaya dilema! Suelen ocurrir este tipo de variantes, en donde un jugador dado a luz en las inferiores del equipo por el que uno hincha, juega en el rival. Ya sea porque lo han vendido en temporadas anteriores o porque se ha fugado con el pase en su poder a otro equipo buscando no morir de hambre en ese club roñoso del cual usted es aficionado.

Puede ser que se trate de un ídolo de su club pero que buscando una mejor plusvalía en cuanto a los haberes mensuales busco otros horizontes. Contados son los casos donde al ex ídolo se lo recibe con unos tibios aplausos. Antes, le estoy hablando de hace muchos años atrás, a cualquier jugador surgido en las canteras se le guardaba cierto cariño. Hoy por hoy ese afecto se ha perdido y solo se respetara a aquellos jugadores que han sabido salir campeones, siempre y cuando esos laureles se hayan conseguido de forma heroica. Porque no es lo mismo ese jugador que metió un gol que valió un campeonato a dos minutos del final, que el cuarentón que pasa más tiempo en el banco de suplentes que con su familia. Sepa diferenciar, no sea pelotudo mi chiquito aprendiz.

Veamos como podemos actuar frente a esta disyuntiva, cuando un ex jugador salido de las divisiones inferiores juega en contra de su equipo de origen:



“Desagradecido”, “forro”, “Pesetero” y “muerto de hambre” son algunos de los improperios que va a utilizar. Utilice también el término “traidor”, no importa que este jugador se haya ido a otro porque acá no le pagaban hace 18 meses. Él se fue y ese es el hecho que estamos castigando verbalmente. Tampoco importa si su equipo está en la C y este mercenario sin códigos se fue a jugar a Boca o a River o al Bayern Múnich en una oportunidad única para todo futbolista y ahora se cruzaron de pura suerte en un partido por Copa Argentina o en un amistoso para recaudar fondos porque el club se está cayendo a pedazos. Usted debe hacerle sentir que ha traicionado los sentimientos de una hinchada, no importa si esa hinchada lo puteo incansablemente durante 8 temporadas.

Es bueno recordarle también sus inicios humildes a este jugador. Esos momentos de pensión donde la rata más pequeña tenía el tamaño de una holando argentina. Usted mi querido alumno debe echarle en cara a ese hipócrita jugador, que se formó en su institución, que allí se le mato el hambre. No importa que en la pensión lo único comestible haya sido el musgo y el moho que crece en las paredes. Eso lo sabe usted. Repita con suma frecuencia: “Acá te matamos el hambre”, no importa si el jugador en cuestión viene de una familia patricia o si su madrina era Amalia Lacroze de Fortabat, usted repítalo, total el ropero con forma humanoide que comparte el tablón con usted no va a andar haciendo averiguaciones genealógicas o pidiéndole oficios a la AFIP.

No se olvide de vociferar fuerte, obviamente, no queremos que el futbolista nos escuche, sino que pretendemos quedar como que sabemos del tema frente a ese gorila lampiño todo sudado que está al lado suyo en la popular. Asegúrese por favor antes de proferir estos insultos que este jugador no haya sido ídolo, en tal caso si profiere alguna puteada en su contra, es altamente probable que vuelva a su casa con alguna extremidad quebrada o con muchos puntos de sutura en el ano. Esto ha sido todo por hoy. Nos vemos en la siguiente clase. Ciao.

(*) No confundir con Eugenia de Chikoff, esta es Eugenia de Chitzoff.
No sea pelele, esto no es en serio.

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