Arriba: Periodismo Deportivo (Alcahuetes, petardistas,
exagerados); Barras (Suspendedores de partidos, creadores de
sanciones, tumores del futbol); Omar Labruna (Ex entrenador de Nueva Chicago,
despedido, desempleado).
Abajo: Miguel Ángel Russo (Entrenador de Vélez, fiestero,
parrandero); Leandro Desábato (Jugador de Estudiantes de La Plata,
Rustico, polémico, anti-Osvaldo); Daniel Osvaldo (Goleador
de Boca, Ego inflado, alimentador de animales, tribunero, hipster).
Selección
Otra vez hubo hechos de violencia entre los barras, esta
vez la cuestión fue entre dos facciones
de la barra de Arsenal, no vamos a caer en el “termismo” ilustrado de decir que
fueron dos contra tres personas. Se sabe que hoy en día ser “hincha” no es un
tema excluyente para ser barra, lo importante es la plata, la mosca, la biyuya
como diría Canaletti. Ahora si en la policía no puede controlar un
Arsenal-Aldosivi, sin desmerecer a ningún equipo, cuando se lleve a cabo la
fecha numero 24 van a tener que convocar a la OTAN. Mientras que en Santa Fe,
hubo enfrentamientos entre barras de Unión y Colón ¿El resultado? Un muerto. Pero
claro, lo importante para el periodismo deportivo es repetir el tema de
Osvaldo-Desábato hasta que se te pongan los huevos como dos pelotas del tamaño
como esa que tenía Quico.
Los resultados se morfaron a otro técnico cual zombies de “The
Walking Dead”. Esta vez fue el turno de Omar Labruna. El
Torito desde que inicio el torneo que
tuvo más pálidas que el hijo de Porcel agarrando el clasificado. Los números son
contundentes sumo tres empates, cuatro derrotas, le metieron 12 goles y convirtió
6. Esta ultimo junto con Arsenal y Rafaela. A pesar de todo eso, el hijo de
Angelito quería continuar, pero obviamente no lo dejaron. Para el cargo suena
una eminencia: Ricardo Caruso Lombardi.
Miguel Ángel Russo esta acá por el flojísimo desempeño
de Vélez en el torneo. El “Fortín” está más perdido que Bastia en una
peluquería. Tiene ocho puntos y desde que empezó con las dos victorias seguidas
que no volvió a ganar. Encima ahora a Russo se le complico el tema del arquero.
A Sosa lo colgaron. Según Miguelito fue un tema de la dirigencia. Según la dirigencia
fue por un tema de Russo. Para colmo de males el periodismo “filtro” un video
de Miguel Angel Russo en un boliche, haciendo algo realmente escandaloso y polémico:
Bailando. Si, Russo estaba moviendo las cachas ¿Y cuál es el problema? ¿Se escapó
de la concentración? ¿Lo empedó a Pavone y salieron a robar picaportes de
bronce? El periodismo botonazo lo puso como si Russo estuviese robándole la
cartera a una vieja, como si vendiese merca en la esquina de los colegios. Si
en su vida privada, Miguelito quiere tirarse un pedo debajo de las sabanas y
olerlo es cosa de él viejo, aunque claro, si llega a haber video de eso el
periodismo te tira una semana.
Y llegamos a la pelea de la fecha… No del torneo… ¡Del siglo! Bueno en realidad fue una pelea
pedorra más pero como estaba Osvaldo en el medio la cosa se agrando más que su
propio ego, porque “ofrecimiento de degustación pasto” como este hubo muchas en el futbol argentino. Y claro, al periodismo
deportivo argentino le decís “Daniel Osvaldo” y comienza a gritar de
histeria como las fans de Justin Bieber. La cosa fue así: En el partido entre
Boca y Estudiantes, Leandro Desábato y Daniel Osvaldo tuvieron
algunos cruces, hasta que Osvaldo se cansó —según él— de que el enemigo número
uno de Grafité se metiera con su esposa. Entonces Danielito agarro el conchero
y monto una pelea mediática de la talla de Moria Casán o Carmen Barbieri. Primero
le ofreció pasto, al considerarlo un Burro y luego le leyó el nombre de la camiseta
al mismo Desábato y a Damonte, dando a entender que no los conocen nadie. Desábato
no es un nene de pecho y si Orión tiene más antecedentes que el Gordo Valor, Desábato
tiene casi los mismos que la Garza Sosa. La pelea no quedó ahí. Daniel Osvaldo
tuvo un raid mediático, un poco más y sale hasta en el programa de los pastores
brasileños. Osvaldo decía algo en algún
programa radial o de TV y al rato salía Desábato o Damonte a responder. Si
Osvaldo se enojó porque se metieron con su mujer, menos mal que nunca enfrento
a Bilardo, sino más que pasto le ofrecía cianuro en las masitas de doña Yiya
Murano.
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