"Una pelota de reyes".
Hoy a los pibes todo les importa poco. Como que no le dan
verdadera importancia a las cosas. En mis tiempos, y no fue hace mucho, eh
—recién acabo de pasar la barrera de los 30 años—, la cosa era distinta. Bien
distinta. Había inocencia. Ojo, tampoco éramos boludos, pero teníamos un toque
inocentes, como un dejo para la mística. Ahora no, los pibes a los dos años ya
saben más que el mismo Darwin de la teoría de la evolución y todo sin siquiera
salir de su habitación. Por eso déjeme contarle algo. Una pequeña historia
sobre mí y una pelota de futbol.