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Sábados de Fontanarrosa. Hoy: Inodoro Pereyra y el fútbol.

ES sabido, recontra sabido que el Negro Fontanarrosa era recontra hiper futbolero. Sin embargo pese algún que otro guiño, en Inodoro Pereyra no afloró mucho el tema del fútbol. Pero encontramos algunas historietas donde don Inodoro se mete en el tema.





La estampilla argentina que sacó el correo argentino para el mundial de Alemania 2006.

Julito

Insoportable. Así es Julito. Alguno que otro lo saluda porque da cierto cariño verlo después de tantos años en la tribuna. Llueva o truene, perdamos o ganemos, juguemos contra un grande o contra una murga del Interior, el tipo está siempre. Pero eso sí, que manera de putear… abre la boca y suelta un vendaval de carajeadas, protestas, ironías filosas. Y no se salva nadie eh, ligan las cuatro patas: jugadores, dirigentes, cuerpo técnico y también hinchas. De paso, rivales, empleados, y políticos también reciben. Un tiraculo con todas las letras.

Partido cualquiera. En la previa, ya Julito sube los tablones quejándose. Que la cancha es un desastre, que cuándo van a arreglar los baños, que se cae a pedazos el techo de la platea. Después se prende el primero de sus cinco puchos por partido (los contamos y el demente obsesivo fuma siempre cinco, el partido que sea; ni uno más ni uno menos), pasea su mirada lastimosamente por la más o menos poblada tribuna y arranca con su optimismo. “Nos merecemos ir al descenso” dice invariablemente (ya sea que estemos últimos o con el mejor promedio, eso no importa). “Quince gatos locos somos. Todos cómodos, se quedan en casita si hace frío. Antes llenábamos la tribuna, ¿qué digo la tribuna? ¡La cancha entera rebalsaba!”

Mi viejo es vitalicio y puede dar fe que antes iba más o menos la misma gente que ahora, pero no se lo digas a Julito porque es capaz de insultarte varias horas seguidas. No le toquen el pasado al viejo. Aunque siempre fue igual. De hecho, varios veteranos lo recuerdan gritando cosas tales como “¡Che, tráiganlo a Garabal (delantero de la década del 50), jubilado y todo va a jugar diez veces más que este pobre potrillo!” (el “pobre potrillo” era el Beto Márcico).

Lo mismo con los jugadores, técnico y por supuesto árbitro, a los cuales castiga despiadadamente desde el minuto 0. Lo que sí hay que reconocerle es que despliega ingenio, y entre las puteadas secas aparecen cada tanto algunas burlas hilarantes. “¡Che, Castro, se te salió la herradura!”, “Bien seis, sos buen tipo. Ahora pedile al de ellos que te la devuelva”, “Por Dios, mirá como patean un córner… y pensar que yo lo vi jugar a Arregui” “Sacalo al ocho que se olvidó el andador”, “¡Lineman, terminó la carrera eh, podés bajar la banderita y metértela despacito en el medio del orto!”, y así sucesiva e incansablemente.

Sufre los noventa minutos y el descuento, sea cual sea el resultado. Jamás se va contento de la cancha. Sí, grita los goles, pero es un ínfimo respiro; enseguida contragolpea con furia: “¡Te equivocaste inútil, la metiste adentro del arco! ¡Menos mal que es la primera vez!”, “Bien, parece que hoy los dirigentes les pagaron a estos troncos… se hubieran acordado antes, los ineptos, y estaríamos primeros”.

A veces creo que prefiere las derrotas. De hecho, cuando eso pasa, rezonga igual que siempre pero agrega un leve matiz de satisfacción en las confirmaciones de sus invariables predicciones catastróficas: “¿Qué les dije? Ellos son mucho mejores, en todo. Y ustedes, que de fútbol no entienden nada, se ilusionaron… no pueden ganarle a nadie estos chicos, a nadie.” Tira su quinto pucho y se va a la casa, sin aplaudir nunca al equipo. Ni siquiera cuando gana. “Salgan campeones si quieren que los aplaudan, burros.”

Viene y se va de la cancha solo. Nadie sabe si tiene esposa, o amigos (jamás mencionó una u otra cosa). Yo considero imposible algo así: no debe existir ser humano capaz de soportar más de tres horas a semejante espécimen.

Varias veces estuvo cerca de ligar una paliza. No hay jugador ni dirigente que se salve, así que en más de una oportunidad algún familiar de una de las víctimas lo increpó y amagó pegarle. También alguno de la barra casi se le fue al humo cuando Julito gritaba que “esta manga de infelices no sirve ni para putear a los jugadores”. Por suerte todos conocen a Julito y siempre ponen paños fríos antes de que lo fajen. “¿Cómo le vas a pegar? Es Julito che, dejalo…” es el argumento inapelable. Y basta mirarlo: toda su belicosidad verbal se almacena en un esmirriado cuerpo de setentón bajito, delgado, incapaz de agredir físicamente a alguien. Lo suyo es la violencia verbal.

Yo era uno de esos que no lo soportan. De hecho, muchos partidos fui a otras partes de la tribuna para no escucharlo. Pero con el tiempo uno se acostumbra a todo. Pasa a ser un ruido de fondo, como cuando se vive al lado de las vías y después de unos meses ya no se escucha el tren. Hasta ese día en que le contestó tan bien al cafetero. Ahora lo miro distinto a Julito. Como a un tío viejo, medio loco y rompebolas, pero al fin y al cabo de la familia.

Era una tarde tranquila, nublada y fría. Penúltima fecha, y ninguno de los dos equipos se jugaba nada importante. El partido, un anodino cero a cero con San Martín de San Juan. En la cancha no había ni dos mil personas, un clima casi de entrenamiento. El cafetero insistía en ofrecer su brebaje (alguna vez tomé sus pócimas, y ese líquido negruzco y maloliente difícilmente pueda ser denominado “café”), pero no vendía nada. Harto de la indiferencia general, el tipo se paró a un costado, movió la cabeza despectivamente y dijo a media voz: “Como se ve que esto no es Boca…”

Julito cortó una retahíla de improperios al árbitro (su delito había sido cobrar un foul indiscutible) y lo miro fijo al cafetero. Con total tranquilidad, le respondió: “Claro que esto no es Boca… acá estás entre gente.” El cafetero no entendía nada, y se fue acompañado de las risas de los pocos que habían escuchado la genial respuesta. Menos entendía yo: era la primera vez que escuchaba a Julito decir algo en defensa nuestra. Tan asombrado estaba que no le sacaba la vista de encima. El viejo me miró, se sacó el pucho de la boca (debía ser el segundo, dado que promediaba el primer tiempo) y me explicó: “De Ferro no se ríe nadie, pibe. Ni Boca, ni River, ni la puta que lo parió… club como el nuestro y con hinchas de fierro como nosotros no vas a encontrar en ningún lado. Vas a ver en unos meses, cuando ascendamos, como les pintamos la cara.”

Sonreí, e iba a contestarle amigablemente, pero él ya estaba insultando rabiosamente al cinco nuestro, que acababa de tirar un pelotazo a cualquier parte.

Nicolás Monja

El antiequipo de la semana

Arriba: Patricio Loustau (Árbitro, Ciego, confundido); Agustín Orión (Arquero de Boca, violento, Bestia, Rompehuesos); Martín Palermo (Ex jugador, ex culón, goleado, catador de Manaos).

Abajo: Carlo Ancelotti (casi ex entrenador del Real Madrid, chocador de ferraris); Barras (Termos violentos, generadores de sanciones, ahuyentapublico); Periodismo (Gatafloristas, histéricos)

Selección.
El partido entre San Martin de San Juan y Boca Juniors nos dio tres titulares en este equipo. El primer nombre es el de Patricio Loustau, un árbitro al que todos los hinchas lo quieren… cagar a puteadas. Si Laverni irrita con su soberbia, Loustau saca de quicio hasta al mismísimo Padre Farinello con sus dudas y sus errores. En este encuentro no fue la excepción y tuvo más dudas que la sexualidad de Tom Cruise y John Travolta. El pico de vacilación llego cuando a Orión le arrojaron algo lo amonestar por considerar que hacía tiempo, y claro con los antecedentes del uno de Boca hasta a Pierluigi Collina le agarran dudas.

Y llegamos al tema de la semana, la lesión de Bueno, producto del choque contra Agustín Orión ¿Qué más se puede agregar sobre este tema? La salida de Orión fue tema de debate durante toda la semana ¿Orión fue mala leche? ¿Orión como Jack el destripador salió solo para descuartizar gente? ¿Lo hizo de bruto? ¿Lo hizo de hijo de puta? Esto es más o menos como con la caída del avión de germanwings, todos tienen una hipótesis distinta sobre la desgracia ajena. Lo cierto es que Carlos Bueno termino más quebrado que el Parma.  Claro Orión tiene más antecedentes que el Gordo Valor y esta acción otra vez lo deja en el ojo de la tormenta. Ahora bien, esto es una apreciación nuestra que no pretende ser más que eso, sin ponernos en moralistas o doñarosistas. Creemos que ningún profesional sale a lesionar a otro —salvo contados casos, Ruggeri vs Chilavert, Roy Keane vs Haaland, entre otros—, sin embargo el futbol que vivimos es cada vez más violento. Se sale a jugar a mil revoluciones por minuto, donde solo sirve ganar. Se juega al futbol como se vive. Si en la calle la vida vale dos mangos, adentro de una cancha la integridad física de los mismos jugadores vale lo mismo. Si para evitar un gol hay que romper en mil pedazos al rival, algunos ya están buscando la pala para juntar esos pedazos, incluso si en esa misma acción se pone en riesgo el mismo infractor.  Si, claro es un deporte de contacto, donde hay pierna fuerte y nadie está exento de lesiones de este tipo, las hubo siempre pero cada vez son más seguidas y no solo acá.

Con este tema el periodismo se dividió en los Orionistas contra los Antiorionistas. No hace falta decir quien estaba de cual o tal lado pero varios diarios y sitios usaron esta lesión para rellenar cualquier espacio, tanto que hasta pudieron rellenar empanadas para semana santa. Algunos portales pusieron una vieja jugada de Carlos Bueno cuando casi parte a un jugador rival en el clásico uruguayo. Perfecto, se sabe que Bueno no es muy buena leche que digamos y que más de una vez estuvo al límite pero… ¿Qué tiene que ver el culo con la autopista? Solo les falto poner el video de cuando Bueno le dijo a los periodistas que Caruso Lombardi se quedaba con plata de los premios. Otros periodistas comenzaron a echarle la culpa directamente a Bueno, que no tenía canilleras, que fue al choque con Orión, que nunca cedió un asiento en el bondi a una embarazada… Y claro del otro lado los que acusaron directamente a Orión de ser un mala leche, de ir con todo, que es un desequilibrado mental, que viene siendo mala leche desde hace rato, que Orión le pagaría a los fondos buitres, que Orión le puso el cepo al dólar, etc. Lo mejor fue cuando varios sitios subieron las clásicas imágenes o memes con el tema de Orión que suelen hacerce en Twitter o Facebook, algunos sitios se indignaban porque “no era un tema para joder”, pero subían igual las imágenes… Cacho, cerrame la cinco y prepárame una bolsita que se llevan las sobras.

Si Martín Palermo tuviese el 10% de suerte que tuvo en su carrera de jugador al momento de que le queden todos los rebotes, hoy Arsenal tendría más puntos que el Bayern Münich. El bebedor de Manaos no tuvo un buen arranque en este torneo, los números así lo demuestran. Ninguna victoria, tres empates, tres derrotas, diez goles en contra y tan solo tres a favor. Su equipo mostro menos reacción que Stephen Hawking subiendo un palo enjabonado, tiene un fondo más complicado que el FMI y encima los hinchas ya comenzaron a impacientarse. Todo por culpa de Grondona, que ya no está…

 El Real Madrid de Carlo Ancelotti está en caída libre… pero pará, están segundos en la Liga y clasificados a cuartos de la Champions, entonces… ¿Qué caída libre? La cosa es que si en España sos el Real Madrid o el Barcelona y quedas en un segundo puesto o perdés dos partidos al hilo, es una crisis espantosa donde los hinchas putean a todos los jugadores como si se estuviesen por ir a la Primera B Metropolitana. Esto lo está viviendo el entrenador italiano que al parecer dejaría de ser el técnico merengue a mitad de año para pasar al Manchester City. Esta “caída libre” del Real se debe a que perdió el clásico contra el Barcelona y se le alejo a 4 puntos, cuando todavía faltan 30 puntos por disputarse. Claro antes había perdido con el Bilbao —en la fecha 26, luego en la 27 gano—, hecho que posibilito el ascenso del conjunto catalán al primer puesto. También perdió contra el Schalke, pero paso a cuartos igual.  Si esto es una crisis, el 99% de los hinchas de clubes argentinos esperan tener una crisis similar.

Cada vez son más los partidos que se disputan sin público. Si, sin público a secas. Ni visitantes, ni locales. Ya sea por algún hecho aislado o por los inadaptados de siempre. ¿Qué se puede agregar? Como siempre, el que paga los platos rotos el hincha, el que paga la entrada, la cuota y el que sufre de verdad. Los dirigentes obviamente pueden acceder en todos los ámbitos y muchos de ellos están manchados con los mismos barras. Que el hincha común se joda, total como es un boludo pasional que pase lo que pase siempre va a estar, por más que lo excluyan siempre…

The Walking Dead

Por Toni

Los verdaderos horarios de la fecha 7

En la semana la AFA cambió algunos de los horarios de ciertos partidos, y como cada vez que eso sucede, nosotros robamos con esto...


Científicos de la NASA afirman que si el asteroide Pepe llegase a impactar en la tierra, sería menos violento que Pepe el defensor portugués.

Violento. Sería un choque con Pepe.
La Administración Nacional de la Aeronáutica y del Espacio o National Aeronautics and Space Administration, más conocida como NASA, determino que el asteroide 2014-YB35 denominado “Pepe” no impactara contra la tierra. “Hemos trazado unas coordenadas y podemos afirmar que el asteroide Pepe no va a chocar contra la tierra, igualmente vamos viendo qué onda” comenta un prestigioso científico mientras se rasca el trasero y se prende un camel.  “Todo lo que se dice son comentarios de viejas asustadas, no pasa nada yo me preocuparía más por la constelación de Orión que se lleve puesto el sistema solar por delante” se queja otro científico. “Claro todos hablan del puto asteroide porque va a pasar cerca de la tierra, pero nadie dice nada de ‘Caruso’, el planeta enano y gaseoso que encontramos” se enoja un contador de la NASA.

Cada vez que sale a la luz que un cometa o asteroide pasara cerca de la tierra, comienza la parafernalia ante una eventual colisión contra el planeta tierra. “Recibir el impacto del asteroide Pepe al lado de recibir una murra del defensor Pepe es como sentir una caricia de Eugenia de Chikoff, claro si estuviese viva” grafica el encargado de humo espacial de la NASA.  “Le pusimos Pepe porque de un solo golpe podría hacer un daño terrible en el planeta, al igual que el rustico defensor portugués. Orión, Vangioni y Barrientos también estaban entre los nombres pero ya fueron tomados por los meteorólogos para bautizar a los tornados y otros desastres naturales” describe el científico a cargo del registro de nombres y bautismos de la NASA. “Pepe es un cuerpo rocoso de gran dureza como todo mineral, no tiene una forma definida y suele vagar por el espacio hasta chocar violentamente contra otro objeto. Una de sus características principales es que lleva el número tres en la espalda cuando juega en el Real o en su selección y el otro Pepe es un meteorito común y corriente” se explaya el ingeniero encargado del departamento de fenómenos solares y cotillón de la agencia espacial.

Leyendas y mitos urbanos futboleros. Segunda parte.

Por Rolando Grana.
Buenas noches, mi nombre es Rolando Grana. Hace un mes atrás le mostramos como operan en el futbol local algunas figuras míticas. En el folclore cotidiano conocemos algunas ánimas como la llorona, el pombero, el lobizón, la luz mala o el AFA Plus. Algunos son seres inexistentes pero que han cobrado fuerza real con el paso del tiempo, otros fueron creados para asustar. Usted seguramente asiste a los estadios a ver su deporte favorito que es el fútbol y no sabe a qué peligros se expone. Porque no solos los barras acechan, sino que también hay fuerzas misteriosas, seres espectrales capaz de infringirle algún daño o asustarlo. En nuestro primer informe hemos puesto la lupa sobre el hombre sin cuello, la llorona, el hombre de la bolsa en la papada, el keko, el termo y el come hombres. Hoy trataremos ostros seres de la mitología futbolera, que no sabemos que existe, pero sabemos que están allí acechando al desprevenido. Queda en ustedes si creen o no en estos seres de la mitología futbolera. Buenas noches mi nombre es Rolando Grana.

El hombre pies de lana. Este extraño ser elige cuidadosamente a sus víctimas. Algunos sostienen que no es un ser sino un espectro que toma posesión del cuerpo de un amigo y que termina devorándose o comiéndose a la esposa de uno. El Coco puede aludirse generalmente al cuco, por lo general solo asusta niños, pero si al ya reconocido Coco uno le agrega un apellido, un apellido como “Ameli”, ese Coco también asustara a los grandes. Dicen las malas lenguas que est espectro tomo posesión del cuerpo del recordado jugador de River y Colón entre otros, es recorado ese affaire que existió con Tuzzio. Pero el cuerpo de Ameli fue solo un “vehículo” para comerse a la mujer de su mejor amigo. Hace muy poco en Italia, esta anima tomo posesión de Mauro Icardi y todos sabemos lo que ocurrió. No hay manera de reconocerlo, pero si usted nota que su mejor amigo le mira los senos a su esposa o si a ambos saliendo de un hotel alojamiento empiece a sospechar.


El pelo de pulpo. Este individuo suele vivir en el círculo central de la cancha.  Desde ese lugar se dedica a entorpecer el juego del rival y a asustarlo con los vaivenes de su cabellera. Cabellera que no es tal. Tiene dos o tres cabellos o tentáculos que salen de su cráneo y distraen a los jugadores del conjunto rival. Así como la fuerza de Sansón provenía de su cabello, la fuerza de este ser viene de su calvicie. Así como la luz mala brilla en la oscuridad, la luz se refleja en los retazos de pelada encegueciendo a los distraídos rivales, quienes confundidos vagan por el campo de juego.


El hombre chivo. Toda persona aspira a un momento de paz. Toda persona que no tiene paz no puede disfrutar de la vida. Es por ello que estamos en presencia de uno de los seres más maléficos sobre la faz de la tierra: el hombre chivo. Este ser le roba la tranquilidad y el disfrute a todo ser humano que quiera ver un partido de fútbol por televisión. Así como las sirenas atraen a sus víctimas con el canto, el hombre chivo atrae a los incautos con historias simplonas y edulcoradas. La leyenda dice que este ser es producto de la cruza de un cerdo con un chivo previo pacto con satanás. Una vez que el desprevenido televidente presto atención a la historia narrada por este ser, cae en su embrujo y ya deja de escuchar el partido para solo poder oír retazos de publicidades sobre marcas que jamás compraría. Esta anima suele habitar las cabinas de transmisión y estar en compañía de otro ser, tan o más malévolo que él mismo, con un bronceado irreal y de trasmundo. Así como el ajo ahuyenta a los vampiros, un wi fi con clave ahuyenta al hombre chivo previo gritos y protestas.


El interumpidor o Light. Este ser suele aparecer cuando dos individuos entran en una disputa con el fin de apaciguar los ánimos. No es maligno, pero suele ser molesto y rompepelotas. Cuando dos personas por fin se deciden a terminar con una diferencia peleando o discutiendo acaloradamente, ahí es cuando se corporiza e interrumpe la pelea. “Un día ‘taba por partirlo al medio a Yilaver’ le fui con lo’ do’ pie hacia’delante pero justo levanto la’ gamba’, fue ahí que lo vi al laig, fue un segundo pero ahí ‘taba, le había avisado a Yilaver’ que lo iba a lesiona’, no’ cago” comenta un testigo.


El hombre Burro. Suele decirse que con la aparición de la luna llena el séptimo hijo varón se transforma en el hombre lobo o lobizón. En el futbol sucede algo similar, pero no necesariamente se necesita de la luna llena, sino con que aparezca un arco vacío. Esta ánima durante toda su vida tiene aspecto de hombre, hasta que en determinada situación aparece frente al arquero rival y es donde se produce su transformación: Su remate suele elevarse 10 metros por arriba del travesaño o puede enredarse con la pelota y caerse al piso, hechos que lo transforman automáticamente en un burro. Lugareños de Núñez afirman haberlo visto durante varios años por dicha localidad, también se ha aparecido por Portugal y últimamente por Turquía. 

¿Te perdiste la primera parte? Acá podes acceder a ella.

¿De qué te ponés contento?

 Yo la verdad es que no te entiendo Cacho, la verdad que no te entiendo. Ni a vos, ni a todos aquellos que van a una cancha. O a esos hincha...


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