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Señales Grondonianas

Descenso de River...

La señal de Grondona

Consecuencia

Descenso de independiente...

La señal de Grondona



Consecuencia 



El antiequipo de la semana (14/06)


Arriba:
Alejandro Limia (Arquero de Unión, colador); Carlos Bianchi (Entrenador de Boca, borrador compulsivo, bilardista, otrora exitoso); Santiago Silva (Delantero de Boca, Tribunero, Chocador compulsivo); Marcos Rojo (Hijo no reconocido de Sabella); Fantasma de la B (Mediático, indeciso); Policía (Tiradores, mercenarios); Barra bravas (Cabeza de termo, mercenarios)

Abajo: Alejandro Sabella (Defensivo, Marcosrojista); Lionel Messi (Millonario, Evasor); Julio Grondona (Millonario, Evasor); Miguel Brindisi (masoquista, buen tipo)

Selección
Al pobre de Alejandro Limia en el partido contra el líder del torneo final, Newell’s, le llenaron la canasta. Le hicieron goles de todos los colores, Ramón Día lo habrá puteado hasta en arameo. Y fue una semana bastante difícil para Boca. Luego de perder el clásico contra Racing y de seguir en el anteúltimo puesto, Carlos Bianchi y durante el cotejo contra Racing hizo cátedra de su bilardismo y tiro “que le metan” a Centurión. Luego en la semana dejo entrever que si no le va bien, la dirigencia esta en su derecho de echar y ya casi sobre el final de la misma, declaro prescindible a casi medio equipo. Entre esos borrados esta Santiago Silva. Quien a través de su representante empezó a vender humo diciendo que hay más de “15 equipos interesados” en el pelado. Suena un poco exagerado. Además su representante agrego que Riquelme tiene “peso” en Boca y que su representado no le va a chupar las medias como para que sea titular. Mientras Silva, chupa, pero mate en el banco de suplentes. Esta semana también fue una semana de Eliminatorias. La Selección obtuvo dos empates que ni fu ni fa. Y cuando hay partidos de la selección hay una fija: Marcos Rojo siempre es titular. Lo cual genera en la defensa más incertidumbre que la cotización del dólar blue. Si bien contra Colombia no tuvo grandes errores, contra Ecuador casi mete un par de goles… en contra. Y ya que estamos, unos de los criticados fue precisamente Alejandro Sabella, el entrenador de la albiceleste por empatar dos partidos y por incluir a Rojo. Hasta Lionel Messi le tiro un palito diciendo que “Argentina ya se acostumbró a empatar”. Hablando de Lio, esta semana tuvo un problema con el fisco español que lo acusa a Messi de evadir impuestos en sus declaraciones sobre renta. Ahora solo le falta ganar un mundial, tener tres hijos más y tres millones de polémicas más y será como Maradona.

Un recurso sobreexplotado en esto del posible descenso de Independiente, es el Fantasma de la B. Apareció en todos los formatos posibles, desde Avellaneda hasta Ecuador y hoy estuvo presente en el amistoso que la selección disputo contra Guatemala. Lo vimos en moto, en colectivo, colgado del paravalanchas, correteando dentro de la cancha, en imágenes. En todos lados. Además todas las fechas vienen diciendo que Independiente desciende y no pasa. Encima dicho ente espectral de la segunda categoría es un terrible indeciso. La semana empezó de forma trágica. Un hincha de Lanús falleció a causa de un balazo de goma producido por un policía. Antes la barra había ingresado y se había agarrado con la misma policía. Recordemos también que All Boys y Vélez también fue suspendido por incidentes. Entre la ineptitud de la policía y la brutalidad de los barras, están matando al fútbol. Y hablando de gente que está matando fútbol, en la AFA, que dirige Julio Grondona, no tuvieron mejor idea que hacer jugar la fecha sin público visitante, cuando es muy conocido que algunos barras entran igual, ya sea como “periodistas acreditados” o como empleados del club. Encima a Don Julio le cayó un allanamiento en la AFA por el tema del lavado de dinero del futbol y la defraudación impositiva. Si la AFIP va a contar todos los negocios turbios y defraudaciones que hay en la AFA va a necesitar como mínimo unos tres o cuatro milenios.  Y por último aparece Miguel Brindisi, quien todavía se debe estar puteando en la intimidad por agarrar este fierro al rojo vivo. A pesar de haber dirigido algunos partidos, tiene sobre su espalda una enorme cruz, la del promedio. 

Messi evadiendo...

La Agencia Tributaria (cuyo nombre completo es: Agencia Estatal de Administración Tributaria) es la AFIP española. Aclaramos por las dudas, vio.

Afirman que en el allanamiento a la AFA encuentran mas Oro que en un galeón español del siglo XVI

Oro pirata. Lo habrían encontrado en la AFA
Esta semana hubo allanamientos por todos lados. Se suman a los que hubo en la bombonera la semana pasada en el marco de la investigación por los barras. Si bien estos nuevos allanamientos nada tienen que ver con los barras ya que se dan en la causa de “lavado de dinero”. En el día de ayer hubo allanamientos a Vélez y All Boys, hoy siguieron en San Lorenzo, Independiente y Racing. Y en River se especula con que se hará en los próximos días. En All Boys, el presidente, Roberto Bugallo se resistió a que se lleven las computadoras del club. “Yo hubiese hecho lo mismo, la pc es algo sagrado” puntualizo en off the records, Emiliano Díaz. Lo cierto es que hoy, efectivos policiales de la AFIP también allanaron la sede de la Asociación del Fútbol Argentino, por sospechas de irregularidades en transferencias de jugadores y triangulaciones en los pases. “Yo no sé qué vienen a hacer acá estos de la AFIP, en la AFA no tenemos ni idea con las irregularidades en los pases de jugadores. Acá en la AFA hay una mafia, hay muertos, coimas, negociados, plata en negro, arreglo con barras, tranza con políticos, lavado de guita, drogas, asociaciones ilícitas y muchos actos delictivos más pero no sabemos nada de triangulaciones en las transferencias de los jugadores, acá es fácil ensuciar a los corruptos de los dirigentes” opino furiosamente un miembro del Comité ejecutivo que no dio su nombre por temor a que le allanen el palacio que mal declarado como “chacra”.

Fuentes de la AFIP dieron a conocer algunos detalles del allanamiento. Las presunciones aseguran que dentro de la AFA se llevan a cabo los negociados más negros del fútbol argentino. “La verdad que en la AFA encontramos más oro que en un Galeon español del siglo XVI yendo de Perú a España. Entramos a la AFA y no lo podíamos creer, encontramos todo tipo de tesoros, joyas, dólares, etc. Hasta creo que encontramos la espada del Rey Arturo en uno de los lockers” confirmo una fuente del caso. “Sin embargo lo que más nos llamó la atención fue que en el despacho del presidente encontramos a un voluminoso reptil, bastante viejo por cierto, que estaba atornillado al sillón. Algunos testigos dicen que lleva ahí más de 30 años. Pudimos constatar que se alimenta de pequeños clubes y opositores, y que además guarda en el interior de su papada una incalculable cantidad de objetos de valor. Ojo puede tratarse del mismo Grondona, pero eso habrá de corroborarlo los peritos. También liberamos a un hombre mayor que estaba cautivo en el sótano del mismo edificio, estaba bastante desorientado aunque dicen que siempre esta así, responde al nombre de Cherquis” finaliza la misma fuente. 

Bugallo sigue atrincherado


Una propuesta "made in" Fontanarrosa, para refexionar

Dicen y decimos la gran mayoría que los argentinos olvidamos rápido. Que solo se acuerdan de las cosas cuando vuelven a pasar. El ejemplo valido y muy reciente, es con las muertes en el fútbol, ahora con un accidente de trenes nuevamente. Hasta que no sucedieron de nuevo otros hechos similares, nadie se acordaba de mucho. Parece siempre lo mismo. Se hablan un par de días y después nada.
Muchos habrán leído los cuentos y novelas del queridisímo "negro" Fontanarrosa. El tipo siempre se las ingeniaba para parar la pelota y ponértela en un ángulo, es el caso de este fragmento de la novela "El área 18". Si no la leiste, no te preocupes, a vas a entender igual. Si la leíste, seguramente te vas a acordar al dedillo esta parte.

(...)

Observó entonces por primera vez y con detenimiento la estatua que tenía frente a sí. Comprobó que se trataba de la efigie de un hombre, tamaño natural, que sin duda personificaba a un jugador de fútbol, pero que se hallaba en un estado de conservación lamentable. El mármol estaba roto en diversas partes, uno de los brazos segmentado a la altura del codo y una costra de suciedad endurecida lo cubría casi por completo. Seller adivinó que a su lado se había estacionado el empleado que bajara por la escalera. Hacía algunas anotaciones en una libretita, estudiando la estatua.

—¿Es una obra muy antigua? —preguntó el sirio al hombre. Éste dejó sus anotaciones y lo miró. Se trataba de una persona grande, de raza blanca, con aspecto de cansancio.

—No... —contestó el empleado—. No. Es relativamente nueva. Seller hizo un gesto de incrédula sorpresa.

—¿Lo dice usted por el estado en que está? —preguntó, solícito, el hombre.

—Sí. Sí —Seller giraba en torno a la obra, como sumido en el estudio—. Me habían comentado que, desde hace un tiempo, este museo había comenzado a deteriorarse. Pero nunca supuse que llegase a este punto.

—¿Quién le dijo eso? —se había endurecido algo el tono del hombre.

—Nadie, nadie en especial —suavizó Seller—. Un comentario, digamos. Me habían dicho que, antes se encargaba de esto un señor, alemán, creo, que mantenía todo en perfecto estado. Un obsesivo, sin duda. El viejo empleado meneó la cabeza y sonrió, con ironía.

—Se habla mucho, inútilmente. La gente no sabe —dijo.

—Por supuesto que yo no estoy al tanto del asunto —corrigió el sirio sin dejar de mirar la estatua—. Le repito lo que me han dicho.

—La gente habla. Y no sabe nada.

—¿Qué le ha ocurrido a esta obra, entonces —tornó al asalto Seller—, la han extraído de alguna ruina? ¿O quizás el volcán Mombasa...?

—No. Nada de eso —se animó el hombre—. Nada de eso. En este país hay una bella costumbre. Una bella costumbre. La de erigir monumentos no sólo para los héroes o para los próceres. No sólo para ellos.

—Ahá.

—Sino que acá, desde siempre —continuó el empleado—, se han levantado, y se levantan, monumentos a los que cometen grandes errores. A los perversos. A los traidores. A los responsables de grandes calamidades. "¿Para qué?", se preguntará usted. Seller asintió con la cabeza.

—Para que la gente pueda verlos, recordarlos y enseñar a sus hijos quiénes han sido estos personajes. Y decirles: "¿Ves, ves, hijo mío, ese señor inmortalizado en esa estatua? Bien, ese señor fue un miserable traidor". O bien: "Por culpa de ese señor sufrimos la peste de la viruela negra, o cualquiera de esas cosas". Entonces las generaciones futuras ya saben quiénes los han perjudicado. Y aprenden a reconocer también a los buenos y a los malvados de carne y hueso, un poco por la enseñanza que ya traen de sus padres. Digamos, acá no hay olvido para los malos.

—¿Y esto no provoca una especie de... —Seller buscó por breves segundos una aceptable definición—... institucionalización del rencor?

—¿Y eso qué tiene de malo? —se exaltó el hombre—. Al contrario. Yo, usted, todos, nos cuidaremos muy bien de no cometer errores, de no dañar a la gente, para no tener el día de mañana un monumento que inmortalice nuestra perversidad. Fíjese usted... ¿Conoce usted bien esta ciudad?

—No. Llegué hace muy poco.

—Bien, no habrá ido entonces por la Plaza de los dos Arcos de Triunfo.

—No. No.

—Bien, allí hay una estatua a un antiguo alcalde de la ciudad. Mucho tiempo atrás, ese hombre ordenó traer desde la Costa de Marfil un cargamento de una docena de mangostas para terminar con las víboras que había en sus jardines particulares. Las mangostas terminaron con las víboras. Pero terminaron con todas las víboras. Y las víboras se comían las ratas. Y desde el momento en que desaparecieron las víboras, las ratas comenzaron a multiplicarse, a multiplicarse, y aun hoy son un problema insoluble. Un flagelo. Una peste. Muy bien. ¿Qué hubiese pasado si a ese alcalde no lo inmortalizara una estatua que recuerda su tremendo error? 

Seller miraba al hombre, sin pestañear.

—¡Que todos nos hubiésemos olvidado de él! —se sonrió el hombre—. La gente lo hubiese maldecido un tiempo, pero al fin y al cabo, hubiese tenido el beneficio del olvido. Los años son piadosos con eso. Pero no, allí está su estatua, allí está grabado su nombre y referida su historia. Entonces hoy por hoy, y mañana y dentro de tres mil años, cualquiera pasará frente a ella y le dirá a su hijo: "¿Ves, ves ese tipo ahí, en esa estatua, lo ves? Bueno, ése es el hijo de puta que fomentó las ratas en este país".

Seller aprobó enérgicamente con la cabeza.


—El papel de los libros, el papel de las fotos —continuó el empleado—, envejece, se aja, se rompe, desaparece. El mármol, en cambio, es casi eterno. 

(...)


Fragmento de la novela "El área18", de Roberto Fontarrosa.


¿De qué te ponés contento?

 Yo la verdad es que no te entiendo Cacho, la verdad que no te entiendo. Ni a vos, ni a todos aquellos que van a una cancha. O a esos hincha...


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