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El Puto. [Parte 1 de 2]


Historia extraña la de Juan Manuel Urrutia, un número cinco que hizo su carrera de menor a mayor. Ya hace como diez años que se retiró de la actividad profesional, sinceramente me acorde hoy porque hoy me cruce con su hermana en un shopping de capital y le pregunte por “Juani” (apodo injusto que le pusieron unos hijos de puta). Me contó que se casó con el amor de su vida hará cosa de un mes más o menos. Era obvio que se iba a casar con la pareja de toda su vida, lo decidió algo tarde, pero al fin veo que se puso los pantalones y puso el gancho en la libreta. Era hora, hermano, que formalizara. Me alegra mucho por él. Acá le paso a contar esta historia de vida.

Juan Manuel Urrutia  había venido a los 16 años de Chaco junto con un amigo para buscar suerte en la capital. Se fue a probar en todos lados como futbolista y en el único lugar en el que quedo fue en el Sportivo Palermo de la Primera B. Comenzó entrenando en la quinta división, un chico muy responsable. No vivía en la pensión del club porque compartía un departamento con su viejo amigo coterráneo, pero llegaba antes que los mismos chicos de la pensión a los entrenamientos.
Jugaba de cinco, era uno más entre tantos otros del ascenso, no descollaba habilidad pero tampoco era un burro. Como todos los volantes centrales si tenía que raspar, raspaba. Si tenía que trabar, trababa. Poseía un estilo medio raro, estaba lejos de ser un Américo Rubén Gallego o un Blas Armando Giunta, tampoco era un exquisito como Marangoni.  Pero tenía una gran visión de la cancha y sabía cortar bien el juego del rival… lo que se dice un jugador regular, cinco  o seis puntos, no más. Era un volante más de distribución que de marca. Pero le faltaba una vuelta de rosca, no sé cómo decirle, era como si no pusiera todo, iba al frente, eh, pero no con muchas ganas; más que ganas le diría que fuerzas o huevos. Esto le valió el apodo de “Pachorra”, seudónimo que se iba a olvidar fácilmente luego. Había debutado en un aburridísimo cero a cero contra Chacarita. Estuvo como un año entrando unos minutos, algún que otro partido estuvo de titular porque el cinco titular, el “Vasco” Navarrete, se iba expulsado bastante seguido, porque era un cabeza de tacho infernal, pegaba  a mansalva. Cuando lo vendieron a Navarrete a Deportivo Armenio, Urrutia se quedó con la titularidad. Como todo número cinco, tenía tarjetas rojas, pero ninguna de mala leche o porque haya pegado, la mayoría por foules técnicos, eh.  Solamente hubo una vez en la cual nos quedamos todos perplejos, Ignacio Torres, cinco de Riestra le había tocado la cola, pero sin querer no para hacerlo calentar sin embargo logro una reacción inesperada. Urrutia le pego un roscazo en la jeta que lo dejo sentado de culo. Fue roja y un par de fechas afuera, pero fue un hecho aislado.

Me tocó verlo seguido, porque yo estaba quemando mis primeros cartuchos en esto del periodismo y  a los nuevitos siempre nos mandan a las cancha del ascenso para hacernos hombres. Mi primer contacto con él; fue durante el final de un torneo, cuando le hice una nota de casualidad por el tema de la incentivación. Recuerdo que en la última fecha había un solo lugar para clasificarse al octogonal que se disputaban El Porvenir contra Arsenal de Sarandí. El Porve juagaba contra el Sportivo, que hacía rato ya no jugaba por nada. Usted se imaginara que empezaron a circular todo tipo de suspicacias. Todos decían que Arsenal le había puesto al Sportivo Palermo una parva de guita para que gane y ponga todo como para que el Porve no gane. Me acuerdo que estuve como cuatro horas esperando afuera del predio donde entrenaban los jugadores, a la salida ninguno quiso hablar, eran todos cuatro de copas y no me daban bola. El único que paro fue él, Juan Manuel Urrutia, un tipazo. Muy culto el muchacho. Me trato de mil maravillas con una educación y un respeto que no se encuentran en muchos jugadores. Me dio su punto de vista sobre el hecho puntual del supuesto incentivo, lo desestimo y dijo que siempre en situaciones similares todos comienzan a hablar del tema y me juro que nunca le ofrecieron un mango ni a él ni a sus compañeros. Lo cierto es que después El Porvenir gano tres a uno y se fueron al carajo todas las teorías conspirativas.

Urrutia era un tipo muy cálido y amable, un tipazo se diría. Nos veíamos bastante seguido y siempre me saludaba a la salida del entrenamiento. Además era un gran profesional, no andaba de joda por ahí como todos los demás, a las diez de la noche ya estaba en el departamento que compartía con su amigo, llegaba temprano a las practicas, no tenía quilombos con minas ¡Ni novia se le conocía a Juan! Cuantos matungos hoy en día se agrandan a pesar de ser suplentes en equipos que están en el fondo de la tabla de divisiones del ascenso, viven de farra y le dan a cada gato que mamita querida ¿Cuántos? ¡La mayoría hermano! La verdad que era un pan de Dios el Juancito, aparte era un tipo leído que gustaba de la buena literatura. Además era muy atento porque siempre te daba agua los días de mucho calor o te ayudaba a sacarle algunas palabras a sus compañeros. Con el tiempo forjamos una amistad, no le digo que hayamos sido los mejores amigos pero hablábamos muy seguido.

Era un jugador más, hasta que un día exploto algo que jamás se me hubiese cruzado por la cabeza. En la redacción del diario donde trabajaba tuve una breve conversación con un compañero, yo no tome en serio nada de lo que me dijo Miguel, el periodista que se se sentaba en frente mío en la redacción, pero si tal vez lo hubiese escuchado podría haber aconsejado a Urrutia antes de que explote todo.

— ¿Vos sabias que Urrutia se la morfa, no? —comento Miguel en tono medio serio, medio en joda.
—Dejáte de joder, boludo, es un amigo aparte —le respondí al insoportable de Miguelito mientras volvía a prestarle atención a mi máquina de escribir.
—En serio pelotudo —apuro Miguelito— dicen que la semana pasada lo encontraron en un boliche gay de la mano con un flaco.
—Pero déjate de hinchar las bolas —le respondí incrédulo.
—No me creas —dijo en tono serio Miguel mientras se acomodaba una birome en la oreja— cuando te agaches en frente de él y te coja, ya vas a ver.

La verdad es que no le creí nada a Miguel, en primer lugar porque le gustaba hablar pavadas de todos y me parecía muy feo ensuciar a alguien de esa forma, entonces no le di pelota a esos comentarios. Habrán pasado como un mes, mes y pico desde que Miguel me dijo eso y lamentablemente se confirmó lo dicho por él. En el programa de chimentos que suelen pasar por la tarde habían “revelado” la sexualidad de uno de los diseñadores más importantes de ropa femenina de la Argentina,  Matías Cappezzera estaba de “novio” con un jugador de futbol: Juan Manuel Urrutia. La noticia se desparramo con la rapidez de una bomba de napalm. Claro, los medios andaban detrás de Cappezzera porque era un tipo conocido, un tipo del jet set. Urrutia era un pobre diablo desconocido ¿Quién iba a andar detrás de él? Nadie. La noticia me cayó muy mal sinceramente, ojo no me malinterprete, que cada uno haga de su culo un pito, todos somos libres. Pero esta noticia me tomo por asalto y me preocupaba Juan Manuel, por como lo iban a tratar de ahora en más los hinchas, los compañeros. Se le iba a hacer imposible volver a jugar. Lo iban a insultar y joder desde los cuatro costados de la cancha. Lo intente llamar por teléfono pero me daba ocupado, se ve que lo había descolgado por este tema. Me fui para la casa y había una guardia pretoriana de periodistas esperando para tener la exclusiva. 

Continuara... 

El Puto. [Parte 2 de 2]


Pasaron un par de días y no tenía noticias de Urrutia. Tampoco había ido a entrenar, hasta que me llamo al teléfono de la redacción, por suerte atendí yo. Juan Manuel quería encontrarse conmigo para hablar de lo que había acontecido y analizar su retiro anticipado del fútbol. Cuando me dijo eso último yo no lo podía creer, si bien no era un crack, era un jugador normal que iba a dejar todo por una boludez. Nos encontramos en el humilde chalet de Javier Kolle, el delantero de Sportivo Palermo que jugaba con él desde la quinta división. Mientras tomábamos unos mates me contaba su historia que pensé conocer. 
Efectivamente, él había emigrado desde su Chaco natal, pero no movido con el deseo de buscar un mejor futuro sino para poder expresar  el amor que tenía con Federico Sánchez, su amigo en aquel entonces. Se trasladaron a la capital porque allá ya comenzaban a sospechar de su orientación sexual y antes de que se trasforme en un infierno, juntaron unos mangos y se mudaron para estos pagos.  Todo marchaba bien, nadie sospechaba. Sin embargo, como él no participaba de ninguna salida junto con los compañeros, tampoco iba a boliches y obviamente no se le conocía ninguna novia. Todo esto motivo a que lo tratasen de “raro”. Nadie se había avivado y pasaron como cinco años ya desde su debut en primera, hasta esa noche fatídica. Urrutia había con su novio habían discutido porque él no quería dar a conocer su verdadera condición y Federico  le insistía para que lo haga. Comenzó la discusión, se pelaron feo y el entonces conocido como amigo se marchó de la casa. Urrutia también enojado se fue a uno de esos boliches gay como para “pasar” el rato y no pensar tanto en la ruptura reciente. En dicha discoteca pego onda con una persona de más o menos de 30 años  y todo parecía normal, solo por el pequeño detalle que esa hombre  no era ni más ni menos que Matías Cappezzera, uno de los más prestigiosos diseñadores de moda del país, los paparazzi sacaron la foto justa y el final es historia conocida.

Yo sinceramente pienso que estaba mucho más dolido por haber perdido a Federico que por el escándalo en sí. Lo entendía porque yo había perdido a mi primera esposa de esa manera, nos peleamos, me fui de juerga, me enganchó con otra y alpiste. Ahora el tema puntual pasaba por su carrera futbolística, él estaba empeñado en dejarla. Con mucha razón decía que lo “iban a destrozar” con los comentarios. Y si, el fútbol tiene ese “folclore” mal utilizado en algunas ocasiones, de la chicana o burla a la bardeada y descalificación hay una muy delgada línea. Kolle nos contaba que él ya se había comunicado con los demás jugadores y que todos los bancaban. Yo le dije que tenía que salir a jugar igual, que la hinchada lo iba a aguantar porque era un jugador del club, le di ejemplos de homosexuales que triunfaron y que eran ídolos de muchos, como Freddy Mercury. A veces soy medio boludo como para dar consejos, lo sé. Cuestión que no quería saber nada y dijo que se iba a buscar un laburo y dejar el fútbol.

Habrá pasado cosa de un mes o dos de aquella charla. Y me llamo Kolle, me dijo que Urrutia volvía, que lo habían convencido entre todos los muchachos. Yo me alegré y no veía la hora de ir a verlo el sábado para bancarlo desde mi humilde puesto de periodista, escribí un sentido artículo en el diario el día anterior refiriéndome a la hombría de Urrutia, a su valerosidad.

Con el regreso de Urrutia había dos posibilidades en cuanto a su futuro: que ante la primera agresión verbal de los jugadores o hinchada rivales, se apichonara, o que se transformara en una bestia. Lamentablemente ocurrió lo primero. Urrutia entro a los 15 del segundo tiempo y una catarata de insultos se apodero de la parcialidad visitante. “Ole ole ole ole, puto, puto” comenzaron a cantar los animales. “Los de Palermo son todos putos” vociferaban del otro lado del alambrado. Los jugadores del otro equipo también, vos lo mirabas al cinco de ellos y, cada vez que pasaba por delante de Urrutia, se re cagaba de risa el muy hijo de puta. Cuestión que el pobre de Juan Manuel se sentía con todas las miradas encima y no toco una pelota. Dio todos pases mal, no corto ninguna jugada un desastre. Pasaron dos, tres, cinco, ocho partidos y lo mismo. Los hinchas te bancan hasta determinado punto, después ya la paciencia se les acaba, seas heterosexual, homosexual o marciano. Ya los mismo hinchas del Sportivo empezaban a putearlo “Dale puto hace algo” era una constante en la tribuna local. Si hay algo en lo que son buenos algunos hinchas son para armar una puteada de cancha. “Puto, ey puto, los únicos huevos que tenés vos son los que te golpean en la cola, maricón” fue el grito de un plateísta sesentón. Yo me sentía muy triste porque Juan Manuel Urrutia no se merecía este trato. La gota que rebalsó el vaso fue cuando los hinchas de Atlético Pompeya trajeron a la tribuna un pene de esos inflables, una poronga rosa de unos cinco metros, habían escrito con aerosol una dedicatoria hiriente: “Esta es para vos Juani”. La policía no sabía si cagarse de risa u ordenar que saquen eso de ahí. Juan Manuel Urrutia se derrumbó psicológicamente, no salió a jugar el segundo tiempo y ya no volvería a jugar en Sportivo Palermo.

Yo me quise contactar con él pero fue en vano. Urrutia desapareció, no atendía el teléfono, no estaba en la casa. No había rastros de él, yo temía lo peor porque ya había pasado como dos meses de ese último partido. Pero llegó una carta a la redacción dirigida hacia mi persona y que no traía destinatario. La abrí, comencé a leerla y era una misiva escrita por Urrutia. Me agradecía muy profundamente por haberlo bancado y aconsejado, me contaba que  ya no tenía el valor suficiente para quedarse acá y lucharla. Iba a empezar una nueva vida en Uruguay porque la situación no daba para más. Por un lado me sentí aliviado de tener noticias suyas, por el otro me apenaba que por algo así tuviera que irse lejos a reconstruir su vida. Una pena realmente.

Pasaron dos o tres años, yo me case de nuevo, tuve un hijo y ahora cubría los partidos de River y Banfield. Ya me había olvidado casi por completo de Urrutia, cuando mi siempre desubicado compañero Miguel me lo trajo de vuelta a la cabeza.

— ¿Te acordás de tu amigo el puto? —dijo Miguel con una sonrisa burlona.
— ¿Urrutia decís vos? —le dije con sorpresa
— Ajam, el mismo — siguió miguel— la está rompiendo en Uruguay, pero rompiendo mal, hasta están hablando de nacionalizarlo.
— ¡Me jodés! —exclamé levantándome de la silla
—No te jodo, la única cagada es que vos ya te casaste como para estar con él —dijo entre risas el insoportable de Miguel
— ¡Anda a cagar pelotudo! —le respondí

Empecé a averiguar un poco más acerca de lo que había pasado con Urrutia, y era correcto lo que me decía Miguel. Estaba jugando en  Piedras FC del otro lado del rio y estaba jugando como nunca, la descocía, según algunos artículos periodísticos. Fui a hablar con Manuel, el encargado de hacer futbol internacional en el diario y me comento que Urrutia era una mezcla exacta entre Giunta Y Marangoni. “Ese pibe es una maravilla te come el hígado mientras con un guante le deja la pelota al siete” me dijo. Tenía que verlo yo con mis propios ojos, sentía mucha alegría porque Juani había vuelto a jugar y encima bien, nunca se caracterizó por tener tantos huevos en la cancha y más después de que se diera a conocer su homosexualidad. Averigüe bien cuando jugaba el Piedras, aproveche el fin de semana largo, cargue al nene y a la bruja al Buquebus y partimos hacia allá. A mi mujer mucho no le gustaba que le diera bola al futbol cuando estábamos descansando, pero ella sabía que Urrutia era un viejo amigo al que no veía como hacía cinco años, y además conocía su historia de vida. “Anda pero volvé temprano porque quiero pasear por la rambla” fue su autorización.

Había sacado platea, como para poder entablar conversación con algún hincha. Llegue más o menos temprano y a mi lado se sentó un hombre de unos 60 años. Empecé a darle charla y me conto como fue todo. Urrutia había venido aprobarse a Piedras, un modesto club de la segunda división. Al principio fue bastante resistido por su condición de “puto”. Empezó desde el banco, y una vez que entro no salió más, era un león.

—Miré m’hijo —dijo el hombre— yo vengo de una familia de militares y los maricones no me gustan ni un poco, pero este botija tiene las mismas pelotas que Obdulio Varela, juega con el corazón y deja el alma en cada pelota.
— ¿O sea que no lo joden con el tema de su homosexualidad?  — inquirí
—Algunos rivales sí, pero como no logran molestarlo, abandonan —comentó el viejo mientras se prendía un cigarro— acá nadie lo va a joder mientras cumpla y eso que a mí no me gustan los putos.  Mire, gracias a él y los dos delanteros que tenemos, no solo ascendimos, sino que ahora estamos peleando para entrar a alguna que otra Copa.

Pensar que cuando jugaba en el Sportivo Palermo lo puteaban hasta los propios… bueno está bien, se había apichonado tanto que no tocaba una pelota. Acá decían que era un animal. Lo habían apodado el “Gladiador Romano” por su temperamento para ir al frente. Siniestramente se me ocurrieron una infinidad de rimas creativas que hubiesen hecho acá con “romano y mano”.  El partido ya había empezado; no sé porque pero Urrutia me parecía más alto. Mis ojos confirmaron lo que me habían dicho hace un rato. Era una bestia, se morfaba la cancha (no me malinterprete, viejo, no es con doble sentido). Estaba unos dos segundos adelantado con respecto al resto, se anticipaba en todas las jugadas. Marcaba como nadie y ordenaba al equipo como un director de orquesta. ¿Se acuerda que le dije que a Urrutia le faltaba una vuelta de rosca? Bueno, ahora tiene como dos o tres vueltas de roscas más. Grita, ordena, sale jugando, tira pases cruzados, un fuera de serie. Piedras había ganado  dos a cero y, si bien estaba como a cinco puntos de Peñarol en la cima de la tabla, se estaba clasificando a la Copa Mercosur.

Terminado el partido fui a esperarlo a Urrutia, nos dimos un tremendo abrazo. Nos contamos mutuamente todo lo que nos había pasado en este tiempo, le conté lo de mi hijo, lo de mi segunda esposa. Él me contó todo lo que había pasado, que sin el fútbol no podía vivir y que gracias a un contacto pudo venir a hacer una prueba acá, que había quedado y el resto era historia conocida. Hacía poquito había vuelto con Federico, Nos quedamos hablando como tres horas, mi esposa me cagaría a pedos después. Pero fue una amena charla y un gusto poder hacerla. Siempre me voy a acordar de esa charla.

—Así es Eduardo, de la vida tenés que aprender —dijo Urrutia
—Es increíble como cambiaste tu forma de jugar —le pregunte
—Y si hermano, aprendí algo que me va a servir siempre —reflexiono él.
— ¿Qué cosa? — Le pregunté
—A poner huevos, Eduardo —dijo sonriendo— a poner huevos en la cancha y en la vida, viejo.
— ¿O sea que te sacaste los que tenías golpeándote en la cola como dijo el plateísta? —respondí divertido.

Ambos nos cagamos de risa.


Antonio Schweinheim

Mientras tanto Grondona y Lunati...


Vienen Iron Maiden, Metallica, Black Sabbath y... Guardiola.

Vienen todas las bandas grosas, Iron Maiden (con Slayer), Metallica, Black Sabbath, Helloween, etc. Sin emabargo antes de ayer se conoció que alguien mas vendrá a la Argentina a dar una conferencia (el tour arranca en Colombia) ni mas ni menos que Pep Guardiola. La conferencia es sobre liderazgo. Su "banda soporte" sera Manel Estiarte, considerado como el mejor jugador de waterpolo español de todos los tiempos -ponele todos los (?) o los (!) que quieras- que trabajo con Pep en el Barcelona. Se pusieron a la venta 3.600 entradas que ya volaron, el costo de las mismas es de fue desde $250 hasta $1200 según la ubicación. Ya sanbemos que Pagani, Cappa y demas amantes del "Tiki Tiki" van a estar haciendo pogo en la primera fila. El afiche real de la conferencia es este, pero decidimos ponerle un poco mas de onda.

El análisis de la Fecha 9 del Torneo Final "Eva Perón" 2013 - Copa Juana Azurduy. Primera parte.


Por Jose Sanfilippo (*)
Son varios los temas que nos dejo el domingo, uno es que otra fecha se fue e Independiente sigue en zona descenso, se le fue el Tolo Gallego y vino Brindisi. Ya no quedan más equipos sagrados mi viejo, con el descenso de River en junio del 2011 que todos los equipos le perdieron el respeto a los grandes. Hasta la AFA, antes me acuerdo que desde la AFA te salvaban, se fue San Lorenzo y Racing es cierto, pero inventaron el promedio para que no pasen más sustos, pero últimamente se ve que ya no sirve mas eso.  La democratización del futbol puede ser, y esta bien, no para mi porque estos culorrotos que tenemos de jugadores son horribles, hermano y en cualquier momento nos mandan a la B. Para mi tendrían que hacer un torneo de 120 equipos, chau descensos, chau cargadas. Es jodido el tema del descenso, no es la muerte de nadie, salvo de aquel que cargue al que descendió, porque lo van a matar. El otro tema es el segundo hombre más ridículo con rodete después de Erviti, Fariña, no el jugador de Racing, Fariña el que se casó con Karina Jelinek. Apareció por todos lados, lo nombraron más que a Messi en épocas de mundial, estamos llenos de impresentables mi viejo, que actuó en la cámara oculta, que esto que el otro. Me hizo acordar a Caruso Lombardi vendiendo humo, el petiso de los bracitos cortos hizo escuela mi viejo.

Que mal la paso independiente el viernes. Y no porque jugo mal eh, la paso mal porque a la hora de definir los delanteros estaban más nerviosos que Viatri cuando se le estaciona un patrullero en la puerta. Empezó mucho mejor el “rojo” atacaba pero no lastimaba, el temita era que Unión lo esperaba de contra y lo complico más de una vez.Habia avisado Magnin y Cosaro.  Independiente de a poco se desesperaba y no era para menos, están mas complicados que Maxi Mazzaro con la justicia. Sin embargo a los 40 el “Rolfi” Montenegro iba a tirar un centro que Fernández intento cabecear pero le erró, pero tuvo suerte y le quedo ahí para mandarla al fondo del arco. Era el 1-0 y respiraba el “tolo” Gallego.  Después Fernández tuvo otra a los 45, pero definió horriblemente mal. En el segundo tiempo el partido se puso chato y aburrido, hubo algún que otro chispazo de Unión, pero nada mas. Fernández tuvo otra pero la mando a cualquier lado. A los 22, Zapata le dio al travesaño, casi casi. Y el peor enemigo de diablo fueron los nervios, los minutos pasaban y se vino el empate e unión. Brahian Aleman puso el empate de cabeza cuando la defensa de Independiente estaba mas distraída que Magoo. Solo entro cabeceo el pibe y tan solo faltaban 10 minutos. No paso mucho mas, en el ambiente había mas nervios que en la carnaza común que venden en el marcado central. La Figura: No quiero decir nada, pero paso menos de una semana de que Passarella le deseara suerte a Gallego.  Que tipo piedra por Dios, después me dicen a mi.

Partido aburridísimo y como bien le dijo a Burruchaga, fue un partido de ajedrez. No por lo que había que pensar sino porque era aburridísimo y ambos parece que de mutuo acuerdo pactaron tablas. La Figura: Caruso Lombardi ve una camara cerca y se transforma, parece Mr Hyde o Leo Fariña.

Todos dicen que lo de San Martín fue extraordinario e increíble. Lo increíble y extraordinario es que Boca no le hayan hecho ya 6 goles en partidos anteriores ¿Usted vio la defensa que tiene mi viejo? Mamita querida, a los dos minutos ta ganaba San Martin gracias a la defensa de Boca que tiene mas problemas que el marido de la Jelinek. Osorio puso el primero. A los 8 minutos otra vez Osorio, estaba intratable el llanero solitario, casi mete el segundo pero tapo muy bien Ustari. El segundo gol vino a los 20 minutos, Luna tiro un centro y se le metió boludisimamente a Ustari, increíble. Dicen que se encandilo con el sol. Como no va a ayudar el sol a Luna (JUAJUA, Sol, luna ¿Se entiende? Es muy bueno) el tema es que hasta el sol le hace goles a Boca. Luego pareció reaccionar Boca y Caruzzo estrello un remate en el palo, posteriormente Lautaro Acosta se cae en la frontera del área, Loustau cobro penal instantáneamente, Silva lo cambio por gol y todos pensamos “Que orto tiene Boca, ahora lo da vuelta”, pero eso no sucedió porque apareció inmediatamente Landa para poner de cabeza el 3-1. En medio de todo esto comenzaban a pelearse Caruzzo, Sanchez Miño. Silva también se quejo con Lautaro Acosta, son como perros, se pelean entre ellos. Háganse cargo cada uno de sus cagadas, macho. Parecía que se terminaba el primer tiempo con ese resultado, pero de nuevo apareció el llanero solitario de Osorio para aprovecharse de la defensa de Boca que ya era mas fácil que Silvia Süller. 4-1 y al descanso. En el segundo tiempo Boca entro con la misma paja que en el primero, a los 9 minutos el santo sanjuanino iba aumentar la diferencia, Osorio iba a meter un golazo, gran pared y gran definición del enmascarado.  Y al ratito nomas se vino el 6-1, Penco aprovecho que a la defensa de Boca se les chorreaba el conito de helado de la frente y puso esa cifra. Goleada histórica. Si entraba a la cancha Stephen Hawking en silla de ruedas, con una rueda oxidada y un cortocircuito en el tablero  se la clava en un angulo a Boca. San Martin gano cómodamente,  lo mejor que le puede pasar a Boca, es que le suspendan de por vida a los defensores.  La Figura: Si el tano Pasman hubiese sido de Boca, le agarra un séxtuple infarto

Empezó mucho mejor San Lorenzo, volvía Romagnoli además, era un clima de fiesta.  Tambien aplaudimos a Saja ya que estábamos. Comenzo todo tan lindo que a los 7 minutos se vino el primero para San Lorenzo, GO LA ZO del pibe Villalva, definio como el “nene” Sanfilippo el pibe, como el mejor del mundo del universo, yo hacia de a cinco goles así cuando jugaba, se corrió casi toda la cancha y lo mato a Saja, golazo del pibe. Parecia que se venía la fiesta, pero apareció Villar para meter un centro y que Zucullini empalmo de volea, a partir de ahí fue todo de Racing y la verdad que me dedique a lo siguiente…

Partido chivo para el puntero del torneo, el “granate” que es el único conjunto que viene jugando mas o menos como la gente, tenia la posibilidad de cortarse en la punta mas aun, en contra el equipo de Floresta quería seguir trepando en la tabla. El partido arrancó mas o menos parejo. Lanús era un poco mas que su adversario y llegaba mas al arco defendido por “caderas” Cambiasso. A los 19 el conjunto del Sur pudo abrir el marcador a través de Regueiro, quien estaba en posición adelantada, pero bueno era mas o menos finita. El partido siguió y Lanús manejaba los hilos y All Boys buscaba de contra, pero no le quedo ninguna, con este panorama se termino el primer tiempo. Ya en el complemento la cosa no mejoro mucho, pero All Boys iba a poner a los 9 minutos el empate, que no valio no se sabe bien el porqué. Lo había metido Sanchez. Los jugadores de Lanús ni protestaron, ya se iban mansitos para el medio, cuando el impresentable de Mauro Giannini se acordó de cobrar un foul de Vildozo en una jugada previa alla por los años 90, desde el gol hasta esa anulación habrá pasado mínimo unos 10 segundos largos. All Boys la tenía que remar de nuevo. Ahora el juego lo empezaba a dominar el conjunto visitante, y así llego al empate. Vildozo sobre la salida del uno de Lanús. Fue en este momento cuando el “albo” se envalentono y salió a buscar el resultado, pero sin ser muy efectivo, cuando parecía que el partido se iba a ir en parda, apareció Romero desde fuera del área para meter un golazo. La Figura: Sabella: Mauro Giannini es argentino y evita mas goles que cualquier defensor, sino preguntale a Fernando Sanchez.

(*) No nene, no es el Sanfilippo real, es una parodia no sea palurdo pibe.

El Cani

  Por Elmer


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