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Dinos que clase de alumno eres y te diremos que personaje futbolero eres

Ya está, se terminaron las vacaciones de invierno, de vuelta a clases. Los que tienen facultad todavía tienen un poco más de changüi. Ya empezaron las corridas, levantarse temprano con más cara de oejte que Falcioni. Más a las corridas que Olarticoechea para armar el equipo de los últimos JJOO...   Por tal motivo unimos esas dos cosas, el fútbol y el estudio. Nos salió esto: “Dinos que clase de alumno eres y te diremos que DT sos” (*)

El alumno Caruso Lombardi. Nunca estudia, siempre se lleva materias, llega tarde y boludea en clase. Al momento del examen comienza a bombardear a preguntas al docente. Cuando le dan la nota y obviamente es un insuficiente, comienza a llorarle al profesor con frases como: “eso nunca lo vimos en clase”, “apruébeme o me van a rajar de casa”, "Si no apruebo mi abuelo se va a morir de un idsgusto". Generalmente el profesor o maestro lo termina aprobando por lastima o porque ya no soporta los múltiples quejidos y prefiere que “pase de año” así se lo fuma otro docente. En el recreo se suele colar en la fila del kiosco para comprar y los compañeros suele hacer joderlo todo el tiempo. Siempre tiene problemas con el promedio, pero eso no le impedirá conseguir empleo en un futuro. Sin ser un experto matemático su único fuerte son los porcentajes, es capaz de calcular cualquier tipo de porcentaje en milésimas de segundos. Se lleva entre 3 y 6 materias por año. En el ámbito universitario es similar, suele llegar tarde a clases y en lugar de tomar apuntes se la pasa intentando levantar a la compañera de banco, como no copia nada en clase suele vivir sacándole fotocopias a la carpeta de algún que otro compañero que por lastima le presta la carpeta. Suele ir a hablar a las mesas de las agrupaciones políticas solo para tirar rostro, no importa si es de la Campora, Franja Morada, el PRO o la juventud comunista, él lo que quiere es figurar. Nunca promociona, siempre recursa dos o tres veces por materia y aprueba por cansancio. Generalmente comienza a estudiar la carrera de Contador Público o Abogacía para luego abandonar y pasarse a psicología, la cual después también abandona para dedicarse a la actuación.

El Alumno Cappa. Se hace el aplicado, ya a los 6 o 7 años cita frases de grande filósofos a pesar de que su lenguaje se acerca más al de Yayo cantando “cuarteto obrero”. Habitualmente se sienta en el primer banco para hacerse el inteligente y el estudioso, pero la mentira se le derrumba cuando la maestra le hace una pregunta. Se pasa todo el día estudiando pero los resultados nunca lo acompañan. Suele pelearse con los docentes al momento de las notas “¿¿¿¡¡¡Por que me pone un dos!!!??? Mire que linda letra que hice y usted me pone un dos, cagón de mierda me esconde la nota” dice generalmente. Es un alumno muy mentiroso y en la casa suele decir que se sacó un diez cuando en realidad tiene un uno o un dos. Al momento de que los padres revisen el boletín suele dar excusas variadas que van desde “no me interesan los resultados” o “Yo estudie pero el profesor quería cosas simples y yo no voy a contestar boludeces”. Es un alumno muy irritable que suele putear seguido en clase y por ende es sancionado reiteradas veces. En el ámbito universitario este sujeto suele ingresar a la carrera de filosofía y letras para estar dando vueltas con la carrera unos 12 o 13 años y luego abandonarla. No le gustan las agrupaciones políticas, pero solo va a las mesas de agrupaciones a discutir cosas sin sentido y romperle las bolas al pobre flaco que reparte volantes sobre una conferencia stalinista-leninista-guevarista-menottista.

Alumno Falcioni. Alumno que aprueba justo. Si tiene que aprobar con 7, él se saca 6,50. Si tiene que aprobar con 4, él se saca 3,75. Si tuviera que aprobar con 1, él se sacaría 0,50. La justeza es clave en su estudio, nunca estudia de más. Esta serio todo el día y eso hace que se gane la confianza de los docentes. A pesar de esto y cuando todos están callados hace chistes verdes y pesados como “Chupame la pija Benedetto”. Es un especialista en sumar. Si la materia se aprueba con siete. y en el primer examen se saca un diez, en el próximo se sacara un cuatro para aprobar. En el ámbito universitario no suele promocionar ninguna materia, generalmente siempre va a final y aprueba con cuatro. Habitualmente estudian la carrera de Contador Público o de Abogacía, para luego ser el abogado con cara de ojete que defiende a tu ex jermu en el divorcio o el inspector de la AFIP que viene a revisarte los papeles de tu comercio.

Alumno Bielsa. Se la pasa encerrado todo el día estudiando, solo ve la luz del sol en la clase de educación física en la cual le va mal como típico nerd. Sus métodos de estudios son raros y generalmente en los exámenes suele escribir diez hojas con letra chiquita e indescifrable, por lo que el docente encargado de corregir se embola de leer a la segunda carilla y le pone un diez por las dudas. En los recreos no se junta con nadie y prefiere quedarse leyendo al sol algún libro de física cuántica. Al momento de realizar una pregunta en pleno examen, suele plantear dicha pregunta de un modo tan retorcido que termina confundiendo al docente, a sus compañeros, a la directora y a las inspectoras. Siempre va vestido con joginetas por más que estudie en una escuela rural de la Quiaca y haga 45 grados a la sombra o en el St Jones Institute Park Cambridge. En los primeros meses sus notas no bajan de un 10, luego empiezan a bajar en una espiral descendente que nadie puede explicar. En el ámbito universitario estas personas suelen elegir alguna carrera difícil, como Ingeniería, Actuario o Ciencias Exactas generalmente le va bien, sin embargo la clave es promocionar todas las materias, ya que el final nunca lo aprueba.

Alumno Barros Schelotto. Es un buen alumno pero  se pasa toda la clase hablando y suelen mandarlo a la dirección por tal motivo. En los exámenes es cuando más rompe las bolas y saca a los profesores de las casillas con protestas y quejas reiteradas. “Ese tema no lo vimos”, “Para la prueba de lengua tuvimos un día más de estudio”, “En 6° C tuvieron cinco minutos más para hacer el examen” y demás latiguillos son sus preferidos. En los recreos y a la hora de jugar a las figuritas, si llega a perder alguna en el “Chupi” suele enojarse y llorar, para luego salir corriendo y acusar al compañero que gano la figurita con la maestra y dejarlo como que a la “fichu” se la robo. A la hora de estudiar putea y protesta, “¿¡Por qué tengo que estudiar la fotosíntesis si yo voy a ser actor dramático!?” esta entre sus quejas referidas.

Alumno Azzaro. Es el alumno discutidor, cuestiona todo sin fundamento, solo lo hace para figurar y hacer calentar al docente. Es capaz de poner en tela de juicio la "teoría de la relatividad", sin siquiera saber lo que es una regla de tres simple. Es el típico alumno desubicado que queda pagando con un comentario desubicadisimo cuando hay silencio. O es el clásico boludo al que ve la maestra cuando arroja un bollito de papel, una tiza o cualquier cosa. Es el típico denso que quiere "levantarse" a la mas linda del curso pero termina rebotando una y otra vez sin importarle el ridículo. Generalmente tienen voz del "Gallo Claudio" desde los siete años.

Alumno Abreu. Tiene apenas ocho años pero ya pasó por 17 escuelas distintas. No por ser un alumno problema, sino porque se muda a cada rato. No llega a sonar el timbre del recreo que los padres ya lo cambiaron a otra escuela. Sus festejos de cumpleaños terminan pareciéndose a una asamblea de la ONU por el crisol de etnias de los chicos que concurren.


(*) Originalmente publicado en el 2012 y modificado para esta ocasión. 

La alegoría del dragón y la princesa. Versión fútbol.

Hace un tiempo atrás, más o menos cuatro años, hicimos la alegoría del “dragón y la princesa”, narración que se utiliza en joda para describir los distintos tipos de géneros del Heavy Metal. Pueden leerla ACÁ en este link de Taringa.
En esta ocasión en lugar de copypastear lo que ya hicimos, ACÁ pueden verlo, decidimos “remasterizarlo” y nos quedó esto…

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Nuevo informe sobre la mufa de las tapas de El Gráfico. Segunda parte.

Por Rolando Grana (*)
Bien amigos, esta es la segunda parte del informe especial que hemos realizado sobre la mufa en las tapas de esta revista deportiva. Hicimos los últimos seis meses por una cuestión de memoria. Es un informe en el que usted podrá creer o no, el cual le podrá parecer rebosante de datos o una completa porquería, que lo es. Pero sepa estimado que así como hay gente que no cree en fantasmas o mitos, hay gente que no cree en las cábalas y en la mufa. Así como el agente Mulder tiene un poster de un ovni que dice “quiero creer”, muchos de ustedes tienen tapas de estas en sus casas. A lo mejor esta etiqueta de “mufa” a dichas portadas se la han dado aquellos futbolsitas que no eran convocados a salir en esas preciadas tapas y de allí se ha viralizado. O tal vez no, tal vez es un capricho de la naturaleza. Pero antes salir en la tapa de esta revista, era casi tan importante como ser convocado a la selección. Ahora ya no, porque cualquier pelagatos es convocado por Martino. Pero bien, esta es la segunda parte de este informe. Buenas noches, soy Golando Rana y estoy re puestísimo vieja.

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Conclusiones.
Luego de analizar la muestra de estos meses, seis en total. Tenemos:
  • Tres tapas de 90, 95 y 100% en mufa.
  • Dos por el 0%
  • una indefinida.
De acuerdo a estos parámetros podemos afirmar sin temor a estar equivocados que no todas las tapas son mufas y aquellas que sí lo son, son realmente fulminantes. Seguramente en un par de meses volveremos a analizar algunas nuevas tapas, pero para ello dejaremos pasar el tiempo. Nos vemos en la próxima edición. Buenas noches, soy Volando Lagañas y mierda que me pego eso que aspire, carajo.

(*) Ese es Rolando Grana, un hincha de Lanús, nada que ver con el periodista eh.

Nuevo informe sobre la mufa de las tapas de El Gráfico. Primera parte.

Por Rolando Grana (*)
Muy buenas tardes. Tiempo atrás hemos tenido dos informes sobre la mufa de cierta revista que sale mensualmente y es conocida como “El Gráfico”. El mito popular sostiene que dichas tapas contienen una especie de maldición para aquellas personas y/o equipos del que trata dicho medio. ¿Es verdad es mentira? No lo sabemos ¿Es un mito como el chupacabras o el AFA plus? Tampoco lo sabemos. Lo único que estamos seguros de saber es que el futbolero es muy cabulero. No hay peor acusación que la de ser mufa, piedra, yetatore, lagarto, sanfilippo, fulmine, yeta o pedregullo. Si a uno lo acusan de ser un delincuente, al cabo de un tiempo podrá demostrar que no lo es. En cambio si a uno lo acusan de traer mala suerte, es algo que jamás se podrá demostrar en contrario. En el 2012 y el 2013 existieron dos informes de mi impoluta investigación paranormal y científica. Al final de la nota les pongo el link. En esta ocasión vuelvo a levantar el guante y a investigar este flagelo de la mufa alrededor de estas tapas. Cabe señalar que nosotros no hemos etiquetado a tal revista de ser más piedra que el conductor colorado de Fox. Ese rotulo se lo han puesto desde hace tiempo, lo que vamos a hacer es investigar a fondo y en base a los resultados obtenidos agarrarnos bien fuerte el huevo izquierdo cada vez que un ídolo popular aparezca retratado en dicha tapa o bien decir que “que manga de pelotudos que creen en ese tipo de cosas”. No es en contra de dicha revista, le repito, nosotros no la tildamos de esa forma, fue la cruel sociedad quien lo hizo. Tampoco vamos a demostrar el por qué es piedra dicha revista. Solo vamos a recabar información sobre sus tapas y en base a un cálculo estadístico que se me ocurrió mientras tomaba ayahuasca con crack en el cruce de Varela con los pibes. Habrá que ver, quédese y disfrute de este informe revelador. Soy Rolando Grana. Buenas noches. O buenas tardes. O buen día. Estoy tan puesto que no sé qué hora es.


Puntuación del Nivel de Mufa.
Cantidad de jugadores mufados en la tapa
__________________________________ x 100 = Porcentaje de Mufa + (1)
Total jugadores que aparecen en la tapa

Adicionales (1):
+ 10% si el jugador aparece como figura central
+ 5% si el jugador se lesiona dentro de los 6 meses de la aparición en tapa
+5% si al jugador/técnico lo despiden o renuncia por malos resultados.
+5 % si el equipo del jugador se quedó afuera de competiciones o descendió o fue colgado o lo pico un calamar del Báltico o cualquier otro hecho extraño.


Analizaremos las tapas de noviembre del 2015 a la fecha, es decir los últimos seis meses, en dos partes de 3 meses cada uno porque si vamos a chorear, vamos a hacerlo bien.

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(*) Ese es Rolando Grana, un hincha de Lanús, nada que ver con el periodista eh.


Dinos como eres trabajando y te diremos que personaje fútbolero eres


Y como es 1° de mayo, día del trabajador, cerramos el día mandando un refrito, porque peor sería laburar. Salud a todos en su día.

Muchos de ustedes trabajan, algunos lo harán en una oficina, otros en un comercio, etc. Siempre tenemos un ámbito laboral con compañeros con los que nos llevamos mas o menos bien, algunos serán simpáticos otros unos rompebolas, otros medios garcas, etc. Mezclamos eso con el fútbol y te traemos esto que titulamos "Dinos como eres trabajando y te diremos que personaje fútbolero eres".

El empleado Bielsa
Llega a las siete de la mañana cuando su horario habitual es el de las nueve. Se pone a repasar la agenda del día, generalmente nunca tiene trabajo atrasado. Estudia meticulosamente todas las tareas del día, se cronometra en algunas tareas, es meticuloso en todos los detalles. Suele participar de todos los simulacros que haga la empresa, desde un simulacro de incendio hasta un simulacro de resucitación de potus de helecho de oficina, en todos los casos se lleva material y los lee en el colectivo mientras va para su casa. Al momento de tomarse la hora de almuerzo ya conoce todos los tiempos, cuando tardará en bajar por ascensor y el promedio de gente que hay en le fila de la pizzería de la vuelta. Usa 15 minutos exactos para comer, unos 10 minutos para lavarse meticulosamente los dientes. Es capaz de realizar múltiples informes a la vez, desde un informe detallado de gastos, pasando por un informe de gestión técnico-administrativa del área hasta un informe de consumo eléctrico de la cafetera.  Los “viernes casuales” siempre viene con joggings. 

El empleado Caruso Lombardi
Llega siempre con media hora de retraso, a veces de una hora o más, suele quedarse dormido, ni bien llega a la oficina lo primero que en la computadora es abrir Facebook, Twitter y cualquier red social para hacer tiempo.  Con su retraso suele dar las excusas más espectaculares, siempre le echa la culpa al tránsito, a piquetes inexistentes, a tormentas solares que solo él percibe o que el chofer del colectivo no escuchó el timbre y lo dejo a 250 cuadras. Por más que viva a tres cuadras del trabajo siempre pero siempre llega con retraso. Tiene en su escritorio una pila de trabajo acumulado que no hace porque suele echarle la culpa a otras áreas o gerencias de la empresa. “Todavía no pude hacer el informe porque me falta un memo de Contabilidad”, ese memorándum nunca lo pidió y es poco factible que lo haga. En las reuniones con los jefes suele vender humo a lo pavote proponiendo nuevos procedimientos inverosímiles del tipo de “como mejorar la productividad laboral cambiando la presión de agua de los dispensers, ya que si sale poca agua la gente demora mas en llenar sus vasitos descartables”. En muchas oportunidades los jefes intentaron echarlo, pero este personaje ante dicha situación suele ponerse a llorar aduciendo que tiene que mantener a sus ocho hijos, cuando en realidad lo mas cercano a tener un hijo fue cuando tuvo un tamagochi allá lejos por 1996 cuando estaba en la primaria.. A la hora de la comida no suele salir porque nunca tiene un mango, además espera a que otro empleado baje la guardia para zarparle galletitas y/o cualquier elemento comestible. Siempre se olvida el tupper con sobras en su casa y cuando se acuerda de traerlo el muy hijo de puta trae milanesas con ajo, berenjenas en escabeche o cualquier comida que irradie más olor radioactivo que Chernobyl. Suele buscar empleos públicos.

El empleado Niembro
Suele ser telemarketer y se toma muy a pecho eso de la venta, no porque vaya a comisión, sino porque en sus venas corre el mercantilismo más recalcitrante. La mayoría de las personas que lo atienden suelen cortar y putearlos. Aquellos que tienen la mala suerte de prestales atención son sepultados por una catarata de palabras pomposas acerca de las bondades de un servicio pedorrisimo de llamadas de larga distancia o de una tarjeta de crédito que te rompe el culo con intereses. Esta persona es capaz de venderte cualquier cosa, desde un apoyavaso siliconado con motivos navideños  hasta un pisapapeles con la forma de pokemon. Suelen ser vendedores de salón también, generalmente en alguna concesionaria de autos usados, se caracterizan por léxico de tono épico. No te vende un auto, te vende un móvil  para superficies adoquinadas o asfaltadas cuyo objetivo es finalizar con la lucha cotidiana de viajar en bondi. Este sujeto suele ir a trabajar como si fuese a trabar al ceremonial y protocolo del Vaticano. Riguroso traje y corbata —a veces sin corbata— a pesar de que sus compañeros de trabajo vienen vestidos informalmente, siendo que el mejor vestido de ellos tiene una campera Angelo Paolo modelo '88. Suele estar informados de toda un abanico de datos completamente inutilizables en la vida cotidiana, como por ejemplo cual es la mayor exportación de Kuala Lumpur o saber que el tío segundo del emperador del Japón sufre de micosis en los testículos. Sus compañeros no se lo bancan y lo esquivan, pero este extraño ser suele ingeniárselas para cagarle el día al resto y contarles hechos históricos que nunca sucedieron o que si sucedieron pero fueron completamente distintos. Este espécimen si cuenta con personal a su cargo suele maltratarlos y denigrarlos. Suele usar el teléfono de la empresa para llamadas de largas distancias. Siempre se hace el boludo a la hora poner plata para los cumpleaños pero es el primero en anotarse en la repartición de la torta.

El empleado Campestrini
Para él, trabajar es una pérdida de tiempo y por ende busca que el tiempo transcurra lo más rápido posible. Llega al trabajo puntualmente, primero que nada ficha si tiene que fichar. Después comienza a saludar a todos los integrantes de la oficina, uno por uno. Les da un beso y le pregunta el lacónico: “¿Cómo estás?” esperando que alguno le dé charla, generalmente saludar a todos le lleva alrededor de 20 minutos. Luego comienza a “acomodarse”, se saca lentamente el saco o campera que lleva puesto (en invierno el tiempo se triplica), acomoda su mochila o portafolios lentamente, saca de adentro papeles que jamás utilizara. Acomoda la silla, abre los cajones sacando más papeles, acomoda el teclado y luego si prende la máquina.  Cuando realmente arranca a trabajar ya gano como una hora. Luego ante cada tarea encomendada va a preguntar en reiteradas oportunidades al jefe como tiene que encarar la tarea, no porque no lo sepa, sino porque de esta forma logra ganar más tiempo. A la hora del almuerzo suele pedirse la comida por teléfono con media hora de anticipación, y la deglute muy lentamente, el horario de almuerzo de una hora pasa a ser de casi una hora y media. También va al baño en muchas ocasiones, estas excursiones al “toillete” duran en promedio unos 15 minutos.

El empleado Barrientos
Se lleva mal con el resto de sus compañeros, de los cuales ya se fue a las manos con varios de ellos. Suele putearse con los otros miembros de la oficina porque según él tiene que trabajar más por culpa de los otros. Es violento y cada vez que la computadora se le tilda o se pone lenta comienza a pegarle desenfrenadamente. Ante cada error de tipeo putea o golpea el escritorio. Frecuenta el baño para ir a fumarse un “pucho” humeando casi todo el edificio. Algunos también son motoqueros taxistas o colectiveros. Estos últimos suelen no parar en las paradas por más que tengan lugar adentro del bondi, tampoco suele arrimar el colectivo al cordón de la vereda para que suban las personas mayores, suelen acelerar y frenar de golpe para que las viejas se zamarreen dentro del colectivo y así divertirse. 

El empleado Grondonista
Es el típico empleado que te roba algo. A él le viene bien todo, desde ganchitos, clips, abrochadoras, taquitos de papel, agujereadoras, mousepad todo lo inimaginable. Al primer descuido ¡Zas! Ya se robó algo. Siempre manguea algo, yerba, azúcar, café, té… cualquier cosa y no porque no tenga, él tiene pero para no usar lo propio comienza a mendigar.  No suele ser muy adepto al trabajo, es más nunca trabajo pero su personalidad servil para con los jefes lo hacen como un imprescindible. Generalmente este tipo de empleados suele ascender rápidamente llegando prontamente a ser jefe o director dejando así el choreo de ganchitos, clips, abrochadoras, taquitos de papel, agujereadoras, mousepad, etc. Para pasar a robar con presupuestos, licitaciones, contabilidad maquillada, etc. 

El empleado Tweety Carrario
Es el tipicoo empleado golondrina. Tiene apenas 18 años pero ya paso por diez laburos diferentes desde que empezó a trabajar a los 17. También suele cambiarse de área rápidamente. Ni bien el jefe se aprende el nombre de pila del empleado, este renuncia y a los dos dias ya esta trabajando en otra empresa. Ya paso por todos los sectores. Fue Delivery, empleado contable, panadero, recepcionista, remisero, ayudante de ingenieria, paseador de perros, productor de TV, asistente de paleontólogo, etc.

El empleado Gago.
Es el empleado que vive de licencia por enfermedad. Si bien es un trabajador normal que siempre cumplió con sus habituales tareas, pero que en el último tiempo cayo en enfermo una cantidad considerable de tiempo.  Pueden ser de dos tipos: el hipocondriaco y el vivo. El vivo, al igual que el hipocondriaco, suelen ser oficinistas y cumplir sus tareas a la perfección pero en el último tiempo se avivo y pide licencia por enfermedad hasta por la aparición de un acné. El hipocondriaco en sí, suele alarmarse por todo y siempre posee un bidón de alcohol en gel. A la ART le saldría más barato cubrir a un marine en medio de Irak. En el último año se lo vio dos días, tiempo suficiente para que contrajera paperas, varicela, poliomielitis, ebola, gonorrea, escorbuto y hernia de disco. Suelen ser muy sensibles y ante la aparición de alguna tos es capaza de llamar al SAME o a Defensa civil para que lo internen en terapia intensiva por las dudas. Los jefes por temor a represalias legales no lo echan. Suele tener las lesiones más extrañas de la oficina y contraer enfermedades desconocidas por la ciencia occidental. A la hora de llamar por teléfono y avisar de que no concurrirá a su trabajo invoca estas enfermedades incomprobables como “Gripe Coreana”, “Tos del altiplano”, “El mal de Barijho”, “Göetzetesis”. El medico laboral ya ni siquiera se molesta en ir al domicilio de este sujeto puesto que son tantas las veces que tiene que ir por semana que a la empresa le sale más caro el combustible que darle la licencia por enfermedad. Cuando se reintegra al trabajo —si es que lo hace algún día— sus compañeros lo evitan. Por la simple razón de que están hartos de escuchar sus incursiones en el siempre molesto mundo de los análisis médicos. Comentarios del tipo “me hicieron un hisopado rectal y encontraron un flujo de un color verdoso” o el “La última vez me hicieron un cultivo de mocos y tuve que llenar un frasco de esos de mayonesa con mocos, tarde 15 días pero junte los 250 cc que me pidieron”, son habitués en estas personas. Sus periodos de licencia por enfermedad van de cinco por cada día trabajado.

El empleado Gustavo López.
Es el  clásico trabajador que no deja escuchar un solo comentario de otros colegas o del jefe. En las reuniones es el que siempre levanta la mano para preguntar alguna estupidez y así hacer perder el hilo del tema a todos los asistentes. Este individuo suele identificar desde lejos cuando una charla entre compañeros, para luego acercarse —siempre con un vaso en la mano, el cual puede contener café, té o simplemente agua— y cagar por completo la charla. Si el grupo de compañeros está hablando de fútbol, él les hablara de trabajo. Si en cambio la gente está hablando de trabajo, este esperpento comenzará a hablarles de fútbol u otro tema que nada tenga que ver con la charla inicial. El objetivo es claro: interrumpir. Este ser no conoce de límites ni de jerarquías. Puede interrumpir desde una charla informal entre dos cadetes, hasta la presentación de la memoria y Balance frente al presidente y todos los ejecutivos de la empresa. Pero no solo interrumpe charlas. Es el típico compañero que te caga cualquier tipo de levante. Si uno está frente a una apetecible compañera, casi en soledad, y la intención de uno es poder realizar un levante, este individuo se les pegoteara a ambos, hasta que cada uno se vaya por su lado.

El trabajador Guillermo Barros Schelotto.
 Es el empleado que protesto más que el MST y el Polo Obrero un 20 de diciembre. Su forma comunicacional con sus pares y para con su superiores, es el lloriqueo y la puteadita constante. Si el jefe le manda a hacer una tara fácil y sencilla, se queja. Si el jefe lo llena de trabajo, putea. Si el jefe le da el día libre, llora. Si trabaja en una oficina suele sentarse adelante, para putear a los que están atrás. Odia con todas sus vísceras a aquellos que están atrás. Si algún compañero llega tarde, se queja porque ese compañero tuvo más descanso. Suele tener un mal genio y es capaz de tirar por las escaleras al CEO de la compañía. Si es motoquero o taxista, putean a todo transeúnte que le pase cerca, si es un peatón, un automóvil, un camión o un Panzer alemán. Si es colectivero, es el típico chofer que empieza a protestar a los gritos que se corran para el fondo, cuando en el bondi no entra ni un pelo de Bastia.

El empleado Icardi.
Es el clásico compañero que piensa que ser compañero laboral implica tomar posesión de todos los bienes de la otra persona. Suele pasearse con una taza ajena por todos lados como si le fuese propia. Cuando otro compañero le reclama la propiedad de la taza, él solo esboza una sonrisa y se hace el boludo, luego deja la taza y va a buscar la de otro compañero. No tiene códigos de ningún tipo, si la empresa o fabrica esta con un alto índice de trabajo y mientras todos laburan a full, este sujeto permanecerá en su computadora, jugando al solitario o stalkeando a las parejas de compañeros en Facebook, no importa si son hombres o mujeres. La hora del almuerzo suele ser la más traumática. Cuando un compañero va a buscar su tupperware con comida que se trajo de la casa y no lo encuentra, automáticamente las miradas se posan sobre el “empleado Icardi”, quien lejos de disculparse dice con una amplia sonrisa: “Muy ricas che”, mientras se escarba los dientes. Si aún no lo golpearon es debido a su gran y enorme culo.

El empleado Cappa.
Es el empleado con peor suerte del mundo. A los pocos días de ser contratado la empresa quiebra, cambia de actividad o es azotada por un tifón. Casi siempre este estilo de trabajador es jefe o director al cual lo trajeron para mejorar su área. Lo presentan con estilo pomposo y como el salvador de dicha dirección. Ni bien asume el cargo afirma que va a cambiar el modelo administrativo, que no le importan los costos ni los resultados, solo le importa la eficiencia y la efectividad. Sin embargo a los pocos días su área es absorbida por otra o bien la empresa quiebra de manera abrupta y el termina despedido. Suele maltratar a los proveedores, sobre todo cuando falta mercadería y putearlos con que esconden las mercaderías.

Comparaciones futboleras de las apps para celulares...

Hoy por hoy existen más apps o aplicaciones de celulares para casi todo. Algunas malas, otras buenas. Muchas funcionan  prácticamente como si fuese algo futbolero y he aquí que nos proponemos desarrollar algunas aplicaciones que tienen carácter “futbolero” en su uso. Aquí van algunas.

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Cuando la realidad nos supera (de nuevo)

Nuevamente la realidad nos vuelve a superar más que los delanteros alemanes a los defensores brasileros en el ultimo mundial. Tiempo atrás, más precisamente un 8 de diciembre del 2010, publicábamos algo por el estilo ante la renuncia de Reina Reech al jurado del bailando...



LINK DE LA NOTA

Corría el final del 2010, Don Ricardo ya era un personaje medianamente mediático, dirigía a Tigre  donde había vuelto para el apertura de ese año luego de su paso por Racing. Después vendría el Caruso en San Lorenzo, las frases épicas como el "no me midas" en su pelea con Fabian García, el bombardeo a Placente y mucho más, hasta que hoy nos desayunamos con esto...

Tapa del Diario Crónica. 

Diario Show
Y si, una vez más la realidad agarró la pelota, nos metió un caño, engancho para adentro y nos la puso en el angulo...

Leyendas y mitos urbanos futboleros.

Por Rolando Grana.
Buenas noches, mi nombre es Rolando Grana. Estamos aquí para hacer un informe sobre un tema que nos afecta a todos los futboleros. Es sabido que en la Argentina hay seres legendarios, mitos como la llorona, el pombero, el lobizón, la luz mala o el campeonato económico. Sin embargo estas historias son del folclore cotidiano. Seres de la mitología rural. Hay sobrados casos donde se han aparecido, usted puede creer o no en ellos. Sin embargo en la Argentina hay otro tipo de mitología, una mitología que si bien es urbana tienen apariciones solo es espectáculo de futbol. Es sabida la condición de futbolera de esta nación, sin embargo nunca se habla de ciertas criaturas que aparecen en dicho ámbito. Las autoridades saben del tema, pero callan, quizás son conscientes que hablar de ellas aterrorizaría a la población y así nadie iría a los partidos de fútbol. Sin embargo nuestro deber es informarlo y por ello hemos realizado este primer informe, habrá otro seguramente. Queda en ustedes si creen o no en estos seres de la mitología futbolera. Buenas noches mi nombre es Rolando Grana.


El hombre sin cuello. Tal como su nombre lo indica es un hombre que ha nacido sin cuello. Un hombre aterrador. Su nombre proviene del guaraní: Gaá’bimercaaaá. Suele aparecer en algunos córners o ataque rivales provocando pánico en sus rivales. Aprovecha su terrorífica apariencia sin cuello para asustar delanteros y defensores rivales. Según cuentan algunos testigos su última aparición la hizo en la ciudad de Mendoza donde dejo un mensaje: “Son cagones, son cagones” le habría dicho a un lateral y a un delantero, quienes huyeron despavoridos ante la sorpresa de ver un hombre sin cuello. Algunos sostienen que es producto de una malformación genética y otros sostienen que antes era un hombre y trabaja de Donatello de las tortugas ninjas en el tren de la alegría hasta que una sustancia radioactiva hizo que su traje se convierta en parte de su cuerpo.

La llorona. Para describir a la llorona original nos remontaremos a lo vertido en la Wikipedia: “es el alma en pena de una mujer que asesinó o perdió a sus hijos, busca a estos en vano y asusta con su sobrecogedor llanto a quienes la ven u oyen”. Sin embargo la llorona en la mitología futbolística no es una mujer, es un hombre y suele aparecerse a los árbitros, ya sea en sueños, en caminos solitarios o en plena cancha. A diferencia de la otra llorona, esta no es un “alma en pena” sino que es un “alma en protesta”. Tampoco busca a sus hijos, sino que busca un beneficio, como un lateral o algunos minutos más de juego. “Yo me acuerdo bien como se me apareció la llorona. Era una noche de viernes, estaba nublado. Yo venía dirigiendo lo más bien hasta que se me apareció. Era una cosa espantosa, tenía un llorido fantasmal que hizo que me asustara mucho, estuve fuera de mí y adicione como diez minutos más, desde ese día no dirigí más”, nos confiesa Andrés de la ciudad de Merlo.

El hombre de la bolsa en la papada. El mito urbano nos cuenta sobre el hombre de la bolsa. Cuento que generalmente suele usarse para asustar a los más niños. Sin embargo el hombre de la bolsa en la mitología futbolera existe y es el “hombre de la bolsa en la papada”. Hasta hoy no se sabe con exactitud si se trata de un humano o de un espectro o de un parásito. Lo cierto es que tiene forma humanoide. Tiene una gran masa corporal y suele tener una bolsa de piel bastante grande en la papada. El mito sostiene que este ser amorfo suele aparecerse en épocas eleccionarias en los clubes, para posesionarse en uno de los candidatos a presidente. Si este gana la elección, el hombre de la bolsa en la papada comenzara a alimentarse de todo el patrimonio del club hasta vaciarlo, guardara todo en su bolsa/papada. Una vez que el club se encuentre  vaciado patrimonialmente, el hombre de la bolsa en la papada se comunicara con otro hombre de la bolsa de papada de mayor rango a fin de que lo coloque a salvo en la un puesto en la FIFA.

El termo. No se trata de un ser, sino de varios espectros que suelen ocupar el cuerpo de algunos hinchas. Es un espíritu que entorpece la escritura y el habla. Se trata de espíritus malignos que poseen el cuerpo de una persona. Es una especie de luz mala del tablón. “El turquito era un chico muy educado, hasta que una noche comenzó a escribir ‘RiBer’, Rasin, indesingente’, también habla de unos trapos robados y que la doce se va a coger a todos, y que se yo que otras cosas” dice una madre preocupada por su hijo poseído. Se dice que los termos suelen reunirse por la noche en los comentarios del olé en busca de nuevas víctimas. A veces suelen confundirse y camuflarse en otras paginas, hasta que por fin adoptan su real forma. Este espiritu maligno suele propagarse con suma rapidez, ante el primer síntoma como una B escrita en lugar de una V, se recomienda ir a la parroquia más cercana a fin de realizar un exorcismo.

El Keko o el Ledesman. Hay noches calmas que suelen ser interrumpidas por un grito desgarrador al promediar la medianoche. No tiene explicación científica alguna pero los lugareños sostienen que este grito de ultratumba proviene del Keko o del Ledesman. Según cuenta la leyenda, el Keko era un chico feliz como cualquier otro, hasta que un día le anularon un gol pero en el clamor del festejo el niño nunca se enteró. Cuando lo hizo fue demasiado tarde, rojo de la vergüenza decidió desaparecer. No se lo vio más, sin embargo cada medianoche cuando escuchamos un grito desgarrador es él gritando terroríficamente su gol. Su grito suele confundirse con el del lobizón o con el silbido del pombero. Espeluznante.

El comehombre. Una leyenda inglesa asegura que Aaron Ramsey cada vez que convierte un gol, un famoso muere. Sin embargo una leyenda urbana argentina afirma algo similar: Cada vez que Andrés Chávez convierte un gol, luego se come un hombre. No se sabe a ciencia cierta si se trata realmente de un mito o una leyenda urbana con tintes caníbales. Lo cierto es que cada vez que este delantero realiza un gol, los murmullos y habladurías se triplican en cuanto a su persona y un halito oscuro envuelve a su persona, a quien acusan de comerse un hombre en un extraño ritual caníbal o vaya a saber de qué.  

¿De qué te ponés contento?

 Yo la verdad es que no te entiendo Cacho, la verdad que no te entiendo. Ni a vos, ni a todos aquellos que van a una cancha. O a esos hincha...


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