Arriba. Periodismo (vendehumo, adictos al
morbo, dopados con humo); Augusto Batalla (Arquero
de River, resistido, inseguro como el Conurbano, dubitativo); Doping (Flagelo de River Plate).
Abajo. Quilmes (Club sumergido en
problemas, arruinado por los políticos, descendido);
Atlético Rafaela (Club descendido, peleador); Termos (Amenazadores,
quilomberos).
Selección
A estas alturas ya todos están enterados del Doping
positivo de los jugadores de River. Por ahora son dos jugadores: Martinez
Quarta y Camilo Mayada.... aunque si nos
guiamos por nuestro querido periodismo puede
pasar que le dé positivo hasta a Copani o que estén todos más limpios que el
Padre Farinello. Porque habian dicho que eanseis,luego bajaron a cuatro. Cuando ya Arevalo y Aguilera no tenían más medias para chupar
por el Boca campeón, el periodismo recibió un hermoso centro del destino, este
caso de Doping ¿Qué pasó que dieron positivo tantos? ¿Es verdad que hubo un
complemento vitamínico contaminado? ¿Es verdad que son seis los jugadores? ¿Es
verdad que la CONMEBOL va a suspender a todos? ¿Es verdad que si River prueba
que no fue deliberado, pueden zafar todos? Tenemos más preguntas que nuestra
vieja cuando volvemos del boliche al otro día a las 10 de la mañana. Pero
tenemos menos respuestas que Batalla en un centro. Esto recién empieza y el tema, va a lamentar al periodismo durante
todo este receso. No es que los jugadores de River tuvieron una botella de Chivas
Regal a mano, y se tomaron media botella y además tenían un sobre de cocaína, se
papotearon y fueron a jugar así. Les salió positivo en diuréticos, que pudo
haber sido utilizado para “limpiar” algo raro. A menos que el médico de River
sea el mismo del equipo de Alemania Oriental en los Juegos Olímpicos de Seúl en
1988, algo raro pasa. Recordemos que hace muy poco, Lanús e Independiente
también tuvieron dos casos, también por diuréticos. Y exactamente el mismo en
los tres casos: hidroclorotiazida. Pero bue, mientras el periodismo falopa, va
a aprovechar a lo pavote y nos van a mear a todos sin ningún tipo de diuréticos.
En la última fecha
jugada frente a Aldosivi, Augusto Batalla no
pasó ningún sofocón, pero contra Racing si, fue hace 6 días, pero con todo este
quilombo parece que ese partido fue el año pasado, además los garcas de la AFA
se apuraron para terminar el torneo metiendo las últimas tres fechas en 10 días
pero a la hora de pagar no se apuran. Bien, River en ese partido se “despidió”
de la lucha por el título y otra vez el joven arquero riverplatense estuvo en
medio de las miradas. Volvió a salir pero que Ribery en la foto del DNI y quedo
pagando. Si bien Racing ya ganaba, fue otra mancha más en el legajo del arquero
de River. Son muchos los que le achacan a Batalla ser el “piantapuntos” que
imposibilitó a River pelear el campeonato hasta el final. Con la casi segura
llegada de German Lux al arco de River, Batalla comerá banco, porque se quedara
a pelearla. Así River abrió y cerró una semana nefasta.
Y se definieron los
descensos, bah por lo menos dos más. A Sarmiento se le sumaron Atlético Rafaela y Quilmes. Dos equipos que ya estaban
con una gamba en primer desde hacía rato. La Crema la luchó, remó en un mar de
poxirran usando dos escarbadientes. Pero la luchó. Si no hubiesen promedios, el
conjunto de Rafaela zafaba por amplio margen: sacó 37 puntos, a 9 de los que están
entrando a las Copa. Una buena campaña. Peroooo si no hubiese promedios, tal como
dijimos recién, la Crema se hubiese ido el torneo pasado cuando solo sumó 9
puntos. El caso de Quilmes es al revés, el cervecero se hundió fuertemente este
torneo. Si bien venia de una mala campaña, con Grelak había sumado puntos como
pensar en una salvación, desde la salida de este, el equipo se hundió y ya los últimos
encuentros estaban condenados. ¿Es culpa de Grelak y los distintos DT? Y no. La
mayor parte de la responsabilidad de este descenso la tiene la anterior
dirigencia, léase los Meiszner y Aníbal Fernández. El nuevo presidente, que
está por cumplir casi un año se encontró con un club en ruinas —recordemos los
dos entrenadores a la vez, la venida de 12 jugadores con contratos extraños—, y
si bien también tiene responsabilidad en este descenso, mucho no pudo hacer.
Si en Rosario Central rendís
bien y te vas a River es fija que va a haber quilombo. Pasó con Larrondo y
ahora está pasando con Javier Pinola. El ex Nürenberg, manifestó su deseo de ir
a River [NdeR: Recordamos cuando los muchachos de “En una Baldosa” tuitearon
que lo corran a Pinola, que había aparecido en la tele a un costado con muletas
por lesión, porque River lo iba a comprar… otra vez la realidad supera todo], y
los termos de siempre salieron a amenazar al
jugador, a hacer pintadas en el colegio donde va su hijo y demás termeadas
violentas. El hincha está enojado, es cierto. Pero el hincha no va a salir a
amenazar ni a pintar medio Rosario, a los sumo lo puteara por Twitter, LinkdIn,
Facebook, Fotolog, ICQ o en la misma cancha. Claro, en este ítem tambien entra Broglia, un clásico termodirigente de Central que salió a apagar el incendio con TNT mezclado con nafta diciendo que a D'Onofrio habría que prenderlo fuego en la plaza. Señores de Central y del futbol en general, hoy la mayoría de los jugadores son profesionales, se cagan en todo y van donde el prestigio y dinero esten a la orden del día. Claro que hay casos de jugadores que vuelven por amor al club y no por la plata, pero son pocos, se pueden contar con los dedos de una mano... de una tortuga ninja. Si sos jugador de Central y te querés
ir a River, corta: gorrita, capucha o pasamontaña y metete en el baúl de un
auto.
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