Llegamos a los 9 años, no, no hay fiesta. El presupuesto no
nos da ni para chizitos húmedos o palitos con gusto a aceite viejo de la época
de las invasiones inglesas. Pasaron 9 años ya, estamos tan viejos que en
cualquier momento Nelson Vivas nos invita a concentrar junto con el Chapu Braña,
Damonte, Desabato y Verón.
En 9 años pasó de todo. Un año en la Argentina equivalen a más
o menos un siglo en Suiza o a 350 años en Finlandia o a 365 días en Ruanda. Desde
abril del 2008 para acá, vimos como los hinchas de River recibían a Fabbiani
con caretas del Shrek, para luego putearlo al cabo de un tiempito. La vuelta
del Diego a la selección como entrenador y como se comió 6 con Bolivia, 4 con
los alemanes y el tocuen de Don Julio. En 9 años pasaron por la Selección. El
Coco Basile, el mismo Maradona, Batista, Sabella, El Tata Martino y Bauza. Todo
pasa. Hasta el mismo Don Julio que parecía eterno partió y dejó un descomunal
despelote en la AFA y al día de hoy nos seguimos acordando de él, ya sea para
pedirle que vuelva desde el mas allá a arreglar lo que dejó o para putearlo.
Otros dos grandes que se fueron, pero al Nacional B fueron River e Independiente,
impensado. En Boca volvía Bianchi pero esta vez para prenderse fuego. Perdimos
tres finales, una del mundo y dos de América contra Chile. El Panadero
Napolitano nos metería en los diarios del mundo tirando pimienta en un
superclásico por la Libertadores.
Ganaríamos la ensaladera de plata en la Davis, desvirgándonos
de una buena vez. Pareto haría historia,
al igual que los dirigentes de la AFA votando y empatando una elección 38 a 38
cuando eran 75 los electores. También prohibieron a los hinchas visitantes,
pero la violencia sigue. Messi se quedó
con 4 balones de oro, pero con nada en la selección, renunciaría y volvería de
la mano del Patón que duro menos que Vila como presidente paralelo de la AFA.
Los Leones llegarían al pico máximo de los Juegos Olímpicos, alentamos a muerte
a “Songuito” en Pin pong, para luego olvidarnos de él en menos de 24 horas. Se caía
el avión del Chapecoense y vimos como brotaba el sentimiento de solidaridad en
el mundo del futbol pero solo ayudarían de verdad un puñado de equipos. Fuimos
testigos de la llegada de Daniel Osvaldo, para luego hacerse humo en su
despedida. Vimos como salían campeones Boca, River, Banfield, Argentinos
Juniors, Arsenal, Vélez, Newell’s, Estudiantes, San Lorenzo, Racing, Lanús…
Vimos cómo se terminaba el futbol codificado y en su lugar reinaba el futbol
para todos, también vimos su caída y nuevamente el ascenso del futbol pago. Al Chiqui Tapia presidente de la AFA. A
Blatter implicado en una orgia de sobornos, la caída de los peces godos de la
FIFA, con muchísimos argentinos implicados… y podríamos estar enumerando
acontecimientos hasta cumplir los 10 años.
Las cosas siguen igual o más podridas que hace 9 años, pero
acá estamos para rociar con un poco de desodorante de ambiente a base de
ironía, acidez o humor la podredumbre y que se sienta menos, porque de eso se
trata.
Acá en la página también pasaron muchas cosas, arrancamos
como un blog choto y hoy somos una página chota. Cuando empezamos teníamos el
fiel pero rustico Paint, éramos medios termos, nos cagábamos en la ortografía
—lo seguimos haciendo eh—, no teníamos secciones fijas, etc. Fuimos
incursionando en el mundo de los cuentos sobre este magnífico deporte, dibujos,
mejoramos la estética de la página, algunas ediciones de imágenes… Todavía
falta muchísimo.
Crecimos, como todo en este ispa: día a día. Entendimos
a nuestra manera porque no había que ser termo. ¿Por qué vamos a joder a un
hincha? Ese último peldaño del fútbol —último pero imprescindible—, forreado
por todos desde dirigentes a políticos, pasando por jugadores, entrenadores,
etc. Esto lo aprendimos con el tiempo, claro está, y es nuestra forma de ver
las cosas, ojo no queremos hacer una filosofía barata de libro de autoayuda. Capaz
que no ser “termo” no nos ayuda a ser “populares”, no nos importa, no estamos
compitiendo contra nadie, no estamos acá por los números de visitas, ni por la
cantidad de seguidores o “me gusta”. Estamos acá para ahorrarnos la guita
del psicólogo y hacer terapia con esto, descomprimir y no para ser “el aguante”
del humor haciendo humor de hinchadas, para “descansar” al hincha ya están los
dirigentes.
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