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Generaciones. Dorada y plateada. |
Son
horas de nostalgia y de añoranza en el deporte argentino. La caída de la
selección argentina de basket frente a la de Estados Unidos, significo la
despedida de la generación dorada y sobre todo la de Manu Ginobilli, quien
termino emocionado y emocionando a todos. “Se nos va un deportista de puta
madre, no tiene detractores y tiene una imagen más positiva que Ricky Fort
desde que partió al paraíso. También se va Nocioni, se van todos menos Martino…
ah perdón, es la costumbre” manifiesta un hincha triste. Nunca se vivió en la
Argentina un equipo representativo que generara tantas sensaciones como el
compuesto por la generación dorada, coronado con el oro en Atenas 2004. “Desde
que Scola se calentó con una tapa de nuestro diario, la generación dorada me
chupa un huevo y la mitad de la papada”
se enoja un editor de un diario deportivo que suele termearla todos los días.
Los
sentimientos a flor de piel de Emanuel Ginóbili al quebrarse, despertaron en el
público argentino tristeza y admiración a la vez por su despedida del
seleccionado. “Vamos a extrañar mucho a esta generación dorada, la vamos a
llorar pero no por mucho tiempo, porque la generación plateada de futbolistas
nos va a sacar de ese sentimiento de desazón, cuando pierdan o empaten algún partido
y lo puteemos de arriba a abajo” dice un entusiasta hincha. “Fueron 12 años
intensos, bueno está bien yo no soy muy seguidor del basket y solo lo sigo cada
cuatro años pero dejan en mí una marca que difícilmente pueda ser llenada por
esos mercenarios hijos de puta que se dedican a perder finales” se enoja un
simpatizante.
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