Ayer fue Rodrigo Espíndola. Hoy pediremos justicia, nos indignaremos. Mañana solo pedirán justicia sus familiares y amigos. Pasado será otra persona, volveremos a indignarnos y a pedir justicia. Y así la rueda sigue girando como si nada, solo cambian los nombres y nada pasa. Tal como pasa todos los días. Y siempre nos pasa a nosotros: a los laburantes, a los que le ponen el pecho a todo a pesar de la crisis, de la inseguridad.
Pedimos por el eterno descanso de Rodrigo Espíndola y justicia.
Nuestras condolencias y toda la fuerza del mundo a sus familiares,
amigos y compañeros.
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