Arriba: Claudio “Chiqui” Tapia (Presidente
de Barracas Central, bruto, Moyanista, basurero, asesino de eses); AFA (Asociación anarquía, Huérfana desde la partida
de Don Julio); Hugo
Moyano (Sindicalista, presidente de Independiente, polifuncional,
apretador profesional).
Abajo: Marcelo Tinelli (Vicepresidente
de San Lorenzo, creador de puterios, futuro presidente de la Superliga,
multimillonario); Daniel Angelici (Presidente de
Boca, Macrista, genocida de eses, rosquero judicial); Rodolfo
D’Onofrio (Presidente de River, enemigo del Vasco Arruabarrena,
Tinellista, vendedor de seguros); Julio Grondona (Alma
mater de todo este quilombo afista)
Víctor Blanco no entro en la
foto porque lo mandaron a comprar pizza como a Savino.
Selección.
Completamos el antiequipo con todas figuritas surgidas de la cantera de garcas
de la AFA. Porque si Argentinos Juniors es el semillero del mundo, la AFA es el pozo ciego. Esta semana se vivieron momentos
tan tensos en la AFA que Daniel Osvaldo si estaba se bajaba tres cartones de
Marlboro. De un lado el Chiqui Tapia y Hugo Moyano, por el otro Marcelo
Tinelli, Rodolfo D’Onofrio, Daniel Angelici y Víctor Blanco, y desde
arriba (o desde abajo) Don Julio se cagaba bien de risa de esta comedia de
enredos, poder, guita y tongos. Hubo un amague de reunión que Moyano y Tapia
intentaron desarticular, en el medio Tinelli, D’Onofrio, Angelici y Blanco quisieron
hacer la gran Chacho Álvarez y renunciaron, claro, hasta que los llamo Macri
amenazó con la intervención y los cuatro mosqueteros no dieron marcha atrás más
rápido que Berrio cuando fue Musto a cagarlo a piñas por festejarle el gol en
la cara a Sosa. Con este panorama la AFA está siendo violada, descuartizada y
abandonada en un baldío. Porque ahora lo que va es la Superliga y más desde que
vino Tebas a dejar volantes como si fuese un testigo de Jehová. Lo que no dicen
es que el Estado español a la Liga profesional tuvo que salvarla de la quiebra
muchas veces, porque se fumaron toda la guita… Acá seguro que no pasaría ¿No? ¿No?
¿No?
¿Es buena o mala la superliga? Y esto es más o menos como cuando
te preguntan ¿Quién fue más burro en la final contra Alemania, Palacio o Higuaín?
Y la respuesta es más dividida que los mechones de pelo con los que Pitana se
arma ese peinado extraño. Las opiniones se dividen entre los que dice que es
dañina e injusta con los clubes chicos y que esto se va a descontrolar con los
cinco grandes ganando todos los torneos.
Los ingresos de la TV se van a dar en función de cantidad de
socios, rating, “animación” de los últimos torneos. Parece loable. Pero equipos
como Boca o River, esa plata de la televisación es un porcentaje de su
presupuesto que no supera el 10%. Para clubes chicos la guita que entra de la
tele a veces es hasta el 90% de su presupuesto. Y eso que los grandes cobran
mucho por la TV. Pero claro, son grandes, tienen más hinchas, más historia, y más
bla, bla ¿La solución cual sería? Si no les gusta, armen su propia liga y ganen
las elecciones. Porque este país funciona así.
¿De quién es la culpa de que el futbol argentino este así?
Sin ninguna duda: de Don Julio, primero y principal por fomentar un sistema tan
asquerosamente patriarcal y del medievo, donde lo único que funcionaba era el
tongo y el retorno. En segundo lugar, por morirse. Si no se moría, pegaba un
grito, acogotaba financieramente a un par de clubes díscolo y la cosa se
esfumaba. Porque ahora todos se la dan de guapos, pero cuando el viejo estaba
vivo hacían fila para lustrarle el casco de carne y nadie osaba contradecirlo
en nada.
Mención Especial.
Jürgen Klopp (Entrenador del Liverpool, pierdefinales,
hípster con comedor movible).
Eduardo Coudet (Entrenador de
Central, pierdepartidosimportantes)

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