Por Ale Apoesia (*)
Se largó la 17
nene, los 330 guerreros en 15 escenarios de guerra distintos se pusieron
prestos a disputar los 15 partidos de esta fecha. 255 enfrentamientos entre las
30 escuadras ya llevan en el verde césped. Cuantos números nene, tengo miedo
que venga Adrián Paenza, Allí en lo más alto, en la cima ecuestre del torneo reposan
4 de los 5 grandes. Boca, San Lorenzo, River, Racing. Falta uno que es
Independiente, pero que está remando cual Calleri en Boca. Pero que golazo el
del nene, cuanta calidad, cuanta sapiencia, cuanta hambre que tengo y el
delivery que no viene. Tengo hambre nene. Pero vayamosno adentrando en el
fascinante mundo que nos dejó esta fecha 17, cuanta lucha, cuanto combate entre
estos nobles guerreros el verde césped, mientras densos nubarrones se asoman en
el horizonte de la FIFA.
Se terminaron los
años de bonanza, las vacas gordas adelgazaron nene, como yo debería adelgazar,
y en este Arsenal se vino la malaria. Malaria que busco contrarrestar con el
denso humo de Caruso Lombardi, pero la diosa Fortuna se le ha ido al olimpo
junto con Don Julio. Uno, dos, tres los goles surcaron el cielo del bajo flores
como la sonda que llegó a Plutón. Blanco, Cauteruccio y Curbelo en contra los
goles de un Arsenal que tiene tanta mala suerte cual Familia Ingalls, tengo
miedo nene.
Cabellos al
viento, libre como Almeyda predicando la posesión de balón y el ataque. En
frente los celestes guerreros del pirata cordobés. Que ya no es sorpresa, es
realidad nene. Empezó ganando el taladro con gol de Vittor, de Vittor Hugo como
el poeta, pero escribió en la red con la pluma del penal ejecutado. En el
segundo tiempo, Banfield se iba a quedar como se me quedan las miguitas de
papas fritas en la barba, y ahí fue cuando el pirata elevo banderas y Zielisnki
en el timón, Belgrano lo dio vuelta. Zelarayan el primer tanto de los celestes
piratas en la noche banfileña. Luego ya casi sobre el final, a los 32 minutos,
Lema de penal. Qué lindo es ver al pirata cerca del tesoro de la punta, que
lindo es el fernet acompañado con papitas, con cornalitos, con rabas, con cualquier
cosa, invítame una picada, nene.
El guerrero
Canever dos veces hinchió la espada en contra de su valla. Dos goles en contra.
Fuego amigo dirían los marines enarbolando las banderas de la guerra eterna. Fállole
la suerte al pobre Canever y así Olimpo con la ayuda de sus dioses haciendo
pecar dos veces al defensor de Aldosivi, le permitía por fin sumar de a tres. Pero
hubo más porque cuando el primer tiempo le hacia el amor al entretiempo,
apareció Jonathan Blanco para poner una goleada sempiterna en la noche de Bahía
Blanca. En el segundo tiempo descontó Francisco León, nombre de antiguos poetas
en la cúspide española de la literatura.
Densos nubarrones
negros azotan el cielo del conjunto de Mataderos. Virgen de victorias, como
aquel guerrero que se negó a henchir su espada en el vientre enemigo. Allá va
el Torito de Mataderos sin un rumbo específico, directo al matadero del
promedio. Donde la sangre roja mancha los números de su último puesto.
Alejandro Gagliardi puso el primer tanto de la noche de Varela y los
verdinegros corazones de chicago en la lejanía se iluminarían con una luz de
esperanza. Pero en el complemento, José River le cortaría esa pequeña luz de
esperanza, cual Edesur hijo de puta en verano, invierno, primavera, otoño. Saveljich
descabezo toda esperanza de Chicago. Gano Defensa y Justicia.
Vuelve el hijo
prodigo al amor de sus padres. Volvió Tévez, recibiendo más afecto cual Cicciolina
en una caballeriza. Qué lindo es el amor nene. También volvió Falcioni. Vuelven
todos menos el delivery y tengo hambre nene. Un partido donde los guerreros
blancos, blancos como la espuma de la cerveza, quisieron aguarle la fiesta a
los guerreros de azul y oro. Palacios puso primera y el primer tanto de la
tarde. El Palacios con s y sin puteadas de por medio, lleva una invariable
colección de goles importantes. Boca era más pero Quilmes se resistía, se resistía
como los grandes espejos a reflejar a Falcioni. Se vino el gol, el golazo de la
fecha. Calleri, cual Marcos Rojo engalano el torneo con una definición magnifica
de rabona. Qué lindo gol nene. Una obra de arte como los churros marplatense de
playa. Que rico, nene. Pero Quilmes iba a descontar y fue Canelo, cual boxeador
mexicano, golpeado a tratar de descontar. Gano Boca.
(*) No tengas miedo nene, cualquier
similitud con un personaje de similares características es coincidencia.
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