Primer Puesto: Jonás Gutiérrez (Jugador del Newcastle, luchador,
campeón de la vida)
Segundo
Puesto: Aldosivi (Equipo marplatense, sorpresa)
Tercer
puesto: Diego Milito (Crack de Racing, amuleto de Racing, goleador)
¿Cómo no ponerlo al galgo Jonás Gutiérrez en el
primer puesto de este podio? La peleo más que las letras eses contra Angelici y
la gano. Triunfó en el partido más importante de su vida venciendo a ese grandísimo
hijo de puta llamado cáncer, ese triunfo lo tomamos como propio y lo
festejamos. Llego el turno de la vuelta futbolística, fue el 4 de marzo, fue
aplaudido y todos nos pusimos contentos. Pero faltaba la frutilla del postre y
eso vino el pasado domingo. El Newcastle hace rato que anda a los tumbos y por
los puestos de abajo, esta temporada no fue la excepción y llego a la última
fecha de la Premier League con chances de bajar. El Newcastle tenía 36 puntos y
abajo estaban: Queen Park (30); Burnley (30); Hull (34). Si ganaba se olvidaba
de todo y no dependía de nadie. Ahí fue cuando entro el Galgo: primero con un
centro para Sissoko y luego con un gol de su autoría. Jonás Gutiérrez nos demostró
que es un ejemplo para todas aquellas personas que sufren esta enfermedad,
porque se puede y también no demostró que en el fútbol hay vida después de
todo.
La revelación del torneo no hay dudas que es Aldosivi. Es
tanta la sorpresa que trajo consigo que Chávez casi lo invita a salir. Esta vez cayó
de visitante en la bombonera y se llevó tres puntos frente a un Boca Juniors
más cascoteado moralmente que el micro de Cruzeiro. El conjunto de Mar del
Plata pego en los momentos justos y supo aguantar a un Boca que atacaba pero
que tenía menos efectividad que Palacio en una final de un mundial. Hasta un
gordo vestido de futbolista le robo la ilusión al sobrino de Osvaldo de gritar
un gol. Aldosivi se quedó con los tres puntos y Boca quedo más golpeado que la
jeta de Julio Cesar Chávez jr contra Maidana.
Otro que anda de parabienes es Diego Milito. Racing había
logrado el último campeonato corto, está haciendo un buen papel en la Copa
Libertadores pero le faltaba algo y ese algo era ganarle el clásico a
Independiente, algo que a Racing le cuesta más que a Fabbiani hacer una dieta.
Pero ganó, lo logro en un partido vibrante. Fue Milito el abanderado del ataque
de Racing y que siempre busco en el área rival. Tuvo una chance que remato
afuera —se acalambró al momento de rematar al arco según él—, pero la cosa es
que metió el penal con una tranquilidad envidiada hasta por el Padre Farinello
y así le dejo un quilombo terrible a Independiente que ahora busca entrenador.
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