Esta "predicción" es del inicio al Mundial de Alemania 2006.
*****
"Las promesas hay que cumplirlas", gimotea la
vecina del octavo que, por una promesa, hace 45 años que está casada con un
imbécil. Mi departamento ha sido elegido subsede. Ya hay 27 personas, entre
conocidos, amigos y favorecedores, que han reservado su sitio (sean sillones,
sillas o cajones) frente al televisor.
Es un grupo heterogéneo que, dada la elevada edad de alguno
de sus componentes se conoce como "El grupo de la muerte". La airada
vecina se refiere a la supuesta promesa hecha por Carlos Bilardo y su plantel a
la Virgen de Copacabana del Abra, de Punta Corral, cerca de Tilcara, poco antes
de la obtención del título en México 86. "No se cumplió con la promesa
—continúa mi vecina— y desde ese momento cayó sobre nuestra Selección la
"Maldición del Coya".
Es cierto que corren enormidad de rumores sobre el tema. Hay
quienes afirman que integrantes de aquel plantel, confundidos con la mención de
la Virgen de Copacabana, intentaron saldar la deuda viajando a Río de Janeiro,
malográndose el intento. Otra versión, malintencionada tal vez, cuenta que
Bilardo, en una ocasión anterior, cumplió una promesa con la Difunta Correa
llevándole un bidón de agua, al parecer, igual al denunciado por el brasileño
Branco, y la ofrenda desató un verdadero escándalo en el santuario. Y ya se
anuncia en Jujuy el lanzamiento de una versión corregida y aumentada del best
seller El Código Da Vinci echando luz sobre el tema. La aparición de este
libro, afirma el filósofo, semiólogo y cosmetólogo Juan José Serenelli (Jota
Jota, el Yaya Serenelli) empalidecerá la aparición milagrosa de una imagen de
un Menem sufriente en una pared de la Catedral de La Rioja.
La Hermana Rosa se sincera conmigo, exigiéndome absoluta
reserva. Me confía que, por supuesto, ella ya sabe qué equipo saldrá campeón
del Mundial, pero debe callarlo para no destruir el suspenso del evento. Ha
recibido varias llamadas de Joseph Blatter rogándole que no haga público su
pronóstico. El hombre fuerte de FIFA le prometió, de regalo, una de las pelotas
con las que jugará Argentina en su debut. "La pelota— exagera Rosa— tiene
inscripto en sus gajos el día, la hora y los nombres de absolutamente todos los
concurrentes al partido".
Nuevamente participa la vecina del octavo. Anuncia que
traerá a su sobrino a ver los partidos. "El está en la edad de los por
qué, en que todo lo quiere saber —se enternece—. Todo lo pregunta, todo lo
averigua". Veridiana, asistente de la Hermana Rosa, consulta. "Qué
amor —dice—. ¿Cuántos añitos tiene?". "32 —responde la vecina—. Es
inspector de Robos y Hurtos".
En efecto, poco después llega el sobrino y plantea una nueva
incógnita destinada a dividir a los argentinos: "¿Pueden jugar juntos
Crespo y Tevez?". Sin duda, como bien lo afirma el filósofo Serenelli,
nuestro pueblo está condenado a las divergencias, desde Civilización o Barbarie
hasta Braden o Perón, pasando por La pata o La pechuga.
Roberto Fontanarrosa.
ESPECIAL PARA CLARIN
No hay comentarios.: