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Por Ale Apoesia (*)
Se demoró la fecha tal como el impertérrito Campestrini demora su saque de valla. Me han dicho que el “Nene” otrora goleador implacable esta con un cuadro gripal. Densa mucosidad verde expele por sus acueductos faciales, verde como el verde césped donde se lleva a cabo cada jornada donde el futbol cuenta un cuento, sumergido en las aguas torrenciales de la pasión y el hermoso vivar de las tribunas, ululando su mensaje de “te vamos a matar por puto y cagón”. Por eso yo lo he de suplantar tardíamente en este análisis. Oh querubines vestidos con los colores de su equipos que solo han de gritar goles y amenazas múltiples a sus jugadores, si es que estos pierden. Oh espada de Damocles que pende sobre la cabeza de todos aquellos técnicos que pierde. Ylari ylari ylarié, Oh Oh Oh, Ylari ylarié, Oh Oh Oh, Ylari ylari ylarié, Oh Oh Oh, Ylari ylari ylarié, Oh Oh Oh.

Ganó Olimpo y se aleja del descenso como Ícaro se alejaba con sus fastuosas alas hacia la eternidad acosado por Minos. Elevase como un efluvio Dylan Gissi para capitalizar a los cinco minutos el primer tanto de la jornada. Olimpo creía, creía como creen los enamorados en el amor. Densos nubarrones se cernían sobre el equipo de Burruchaga. Pero la lucha es mucha y continua, por eso el guerrero llamado Atlético Rafaela fue busco y busco y el empate llego a los ocho minutos del segundo tiempo llego el gol de la parda. Federico González esperaba solo, solo como aquel hombre enamorado espera en la esquina a su amada y su amada llegó. Su amada era la pelota, a quien empujo y logro meterla. Metáfora sexual de la vida fue, caramba. Pero Olimpo no se resignó y llego al tanto de la victoria. José Valencia, hijo de tigre. Hijo del Tren. Clavo el empate en el blanco arco de la Crema. Gano Olimpo y la gente de Bahía Blanca festeja. La Figura: Blanca cabellera al viento la de Burruchaga, una cana es sinónimo de sabiduría. Sabio el entrenador de Rafaela, su cabellera vasta y abundante así lo indica. Blanco como las nubes del cielo. Blanco como parte de la bandera. Blanco es el presidente de Racing y sus hijas están buenísimas.

Suma y pelea. Suma en dos tablas y batalla. Allí está el gladiador de Colón que en el verde césped no sabe de inhibiciones. No sabe de resignarse. Como el salmón que desova y muere luego de nadar contra la corriente. O como el salmón que es sushi. Tempranero fue el gol de Colón. Temprano como el roció que empapa las verdes praderas de Santa Fe. Temprano como aquel diariero se levanta a buscar el diario para darles las buenas nuevas a sus clientes. Carlos Luque cae como fulminado con un rayo, ante la impericia de García. Cayendo como un roble talado. Cayendo como una miga de un sanguche de milanesa, reposando sobre mi vasta y selvática barba. Y entonces fue Lucas Alario el que intercambia por gol dicho penal. Y el estadio se vistió de algarabía. Y la gente grito un gol. Y yo grito, a este chegusan le falta más mayonesa, está seco. Seco como la garganta de los hinchas del sabalero gritando el gol. La Figura: Allá va Lerche, con su costal lleno de dinero mal habido, gente mala si las hay. Gente que no quiere al futbol y su verde césped, que dañan y lastiman al club como Pepe daña y lastima rivales, como una fuente brota la sangre de las piernas rivales que son atacadas por Pepe.
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Volver canto Racing. Volver al triunfo que ocho partido no es nada, que febril la mirada. Volvió a la victoria Racing. Derrota otra derrota sufría la humanidad de Merlo. Dolor tras dolo, así como la espada de excalibur se metía dentro de la roca, la derrota se metía dentro de la piel de Merlo. Oh injustos resultados que casi condenan al pelo de oro de Merlo a renunciar. ¿Accidente o intencionalidad? Nadie sabe a ciencia cierta si la mano de Lollo fue lo uno o lo otro. Dudas existenciales, así como uno duda de hacia dónde vamos o de donde venimos. Nadie sabe bien. Un mar de dudas tenia Laverni, un mar tan grande como el atlántico y en el navegaban las sospechas, quizás pescando alguna que otra certeza sobre el penal, pero allí estaba Saja, quien pateo fuerte y metió el balón adentro. Balón que fue y se besó con su eterna amada: la red. Es ella quien contiene al balón en su rumbo final de victoria, porque detrás de todo gran hombre hay una gran mujer y detrás de todo gran valor hay una red conteniéndolo. Me emociono. Luego otro penal. Villar recibe estoicamente un codazo en la cara, fiel guerrero se pone el equipo al hombro como Barry Gibb se hacía cargo de los Bee Gees. “Ah, ha, ha, ha, stayin' alive, stayin' alive. Ah, ha, ha, ha, stayin' alive” decía Gibb con sus hermanos y lo mismo decía Villar, porque también estaba vivo y encima le daban a Saja la oportunidad de poner el 2-0. Pero la pelota impacto en el palo, tal como impacta esa porción de pizza en el suelo… Pero la puta madre que lo pario, como se me viene a caer esa porción. El segundo gol lo hizo Hauche. La Figura: Con la pizza no, puta madre que lo pario.

Enormes y colosales venas se fueron dibujando en todo el globo ocular de los espectadores del partido entre Argentinos Juniors y Newell’s. El tedio fue apoderándose de aquellos que presenciaban este encuentro. El verde césped mustio quedo de tanto andar errático de los delanteros. La Figura: Mares de colirio para los vituperados ojos.


El Central del negro Olmedo, del Negro Fontanarrosa, del Negro Palma, del Negro González Oro, del Negro el álbum de Metallica ¡Que disco! Se enfrentaba a All Boys del Negro Rodríguez. Negros nubarrones se cernieron sobre el presente de All Boys porque el primer gol llego de penal por intermedio de Abreu de penal. No la pico, no hubo alegría por la picada. Esa picadita antes del partido o durante del partido si uno lo ve en los acogimientos del hogar. Y Central fue por más y llego al segundo tanto, Acuña que no es el torito pero que también va al frente marcando camino, como aquel caminante de la canción de Serrat. La Figura: La sapiencia y la paciencia de Miguel Ángel Russo para confrontar con el lapso de tiempo que estuvo sin ganar, como el labriego tiene su paciencia al recoger la siembra. 

(*) Cualquier coincidencia con un comentarista de similares caracteristicas, es pura coincidencia

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