Antes que nada, señor, señora, a mi el fútbol no me gusta, el fútbol se murió allá por 1931, cuando unos seres de derecha, (la derecha fáctica, no la empírica) decidieron que era hora de darle un rumbo consumista y fetichista al balompié, desde esa época yo deje de mirar fútbol, hoy el fútbol es el elixir pelotudo de Occidente, no se si me explico bien, no puede ser que un negro de mierda de un país indómito de África, gane mas que ese país lleno de negros que no tiene para comer, cuando me refiero a “negro de mierda” no lo hago en la forma despectiva que si utiliza la ideología derecha recalcitrante, utilizo ese termino verborrágico, porque el individuo en cuestión, ya no tiene color, ya no es ni blanco ni amarillo, ya no tiene color, la ausencia de color es el negro, por eso ahora es negro, por mas que sea un ario del tercer Reich, ahora no tiene color, por eso se refleja en el negro, dejo de ser un negrito que corría en libertad por las estepas de su país, para ser coaptado por un régimen derechista en donde abunda el neoliberalismo déspota y avasallador, y digo de “mierda” porque ese sujeto ahora es parte de este sistema capitalista de “mierda”, un efecto de causa/ consecuencia.
Se lo tengo que decir, tal vez mis palabras le pueda resultar algo chocante, pero no me importa, para eso esta la libertad de Expresión ¿No es así? A mi personalmente el fútbol, me importa poco, o mejor dicho, me importa tres carazos, trasladémoslo a la realidad contemporánea argentina, vayamos a cualquier institución de enseñanza primaria del conurbano o ¿Por qué no? Una de Capital, suena el timbre del recreo (en mis tiempos una directora gorda y con cara de milico hacia sonar una campana dorada que parecía de bronce, pero que lejos estaba de serlo) y los pequeños gurrumines salen al recreo, los pibes utilizan cualquier objeto que haga de pelota, soñando ser el ídolo de turno, gambeteando la pobreza, gambeteando imaginariamente a los rivales, y también gambeteando los libros, usted me podría retrucar eso ultimo, diciéndome que los chicos solo deben divertirse, que ya tendrán tiempo para instruirse. Pero no, los niños deben absorber conocimiento desde pequeños, no puede ser que hoy ningún pibe lea a Søren Aabye Kierkegaard o a Martin Heidegger, ¿Sabe cuantos filósofos como la gente hay en el país? Ninguno, pero seguramente usted podría citarme incontables nombres de jugadores de “buena calidad”, los cuales no me dicen nada, ese patrón de pelotudizacion argentina esta presente en la mayoría de todos los argentinos y estamos mal, vemos como un libro escrito por el Bambino Veira (seguramente otros lo han escrito por el) se agota en cuestión de semanas, cuando un libro de Friedrich Nietzsche reposa por años en una estantería de San Telmo. La tarea de la hermenéutica es “entender el discurso tan bien como el autor, y después mejor que él”, pero yo leo el libro del Bambino y no entiendo una mierda, a lo mejor si lo entiendo, pero mi razón y mi sentido de existencia se niegan a comprender semejante disparate escrito por un trasnochado que encima es festejado por miles de pelotudos iguales o pero que el. No quiero ser extenso, me encargaron dar una breve introducción, ya que en breve comienza un nuevo torneo de fútbol (repito: a mi no me va ni me viene) y yo les digo, Señor, Señora, o mejor, el mensaje lo tienen que tomar las clases jóvenes, uds jóvenes que son el futuro de esta nación, dejen de estar pendientes de 22 tipos exaltados que corren detrás de un cuero, eso no nos lleva a nada, si así y todo ustedes siguen viendo al fútbol como el mejor deporte que jamás haya existido, no sirve, usted esta idiotizado por los medios masivos de comunicación, además señor, si usted se pone a mirar Domingol, en vez de leer un buen libro, déjeme decírselo; usted es un PELOTUDO.
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