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Boca analiza ampliar La Bombonera a 83 mil personas, para que todo hincha pueda putear libremente a jugadores y dirigentes.


Nueva Bombonera. Así sería.

Si bien no son horas felices para el Xeneize en lo deportivo, el club está evaluando ampliar su estadio e invertir en infraestructura. La obra, en principio, duraría entre seis y ocho meses y costaría unos 100 millones de dólares. “Ojalá sean ocho meses o más, eso nos daría un respiro en cuanto a las puteadas recibidas. Serían ocho meses de ser puteados, pero en otra cancha, lo cual no es lo mismo, eh”, confía un miembro de la Comisión Directiva. En un principio, la obra consistiría en mover la cancha unos metros, reubicar los palcos, techar la tercera bandeja, entre otras modificaciones. “Todo lo necesario para que el hincha pueda disfrutar de las comodidades de putear a los jugadores o a Riquelme desde cualquier ángulo del estadio”, comenta uno de los arquitectos.

“Todo socio e hincha de Boca merece putear libremente en la cancha a Riquelme, a la CD y a los jugadores. Por eso vamos a ampliar la capacidad del estadio a 83 mil personas”, sostiene uno de los responsables del proyecto. Todavía no se sabe con certeza cuándo arrancarían las obras, pero todo parece indicar que está encaminado. “Mano de obra no nos va a faltar: ya tenemos varios jugadores colgados y varios miembros de la ex Comisión de Fútbol que van a tener que ponerse a laburar en la construcción”, espeta otro dirigente.

Tipo de dolores

 


Debido al fin de semana sin Torneo local, pero con partidos de Copa Argentina, el “Chiqui” Tapia propone sumar 10 equipos más a Primera para cubrir estos casos.

Más partidos. Tendra el torneo.
Este último fin de semana no hubo partidos por el Torneo Clausura, aunque sí se disputaron encuentros correspondientes a la Copa Argentina. Sin embargo, muchos clubes de Primera que ya quedaron eliminados de dicha competencia tuvieron más descanso que el resto. “Lo bueno es que podemos recuperar lesionados; lo malo es que los lesionados tienen rotura de ligamentos y necesitaríamos seis o siete meses más de parate”, deslizan desde Banfield. “La verdad es que hicimos este parate porque el Chiqui Tapia quería ver la carrera de la Fórmula 1 sin que le rompan las bolas”, afirmó un dirigente allegado.

Recordemos que este parate ya estaba planificado, ya que las elecciones legislativas PASO a nivel nacional iban a realizarse el fin de semana pasado, pero fueron suspendidas. “La verdad es que es un horror: tenemos 30 equipos y sufrimos un parate innecesario. El hincha lo padeció, y las casas de apuestas, ni te cuento”, se lamenta otro dirigente. “Esto se soluciona fácil: para cubrir los huecos, vamos a meter 10 equipos más en Primera, como backup, para cuando haya un parate por elecciones o por fecha FIFA el torneo se juegue igual”, se frota las manos un amigo del presidente de la AFA.

Sábados de Fontanarrosa. Hoy: Sus geniales frases.

Hace mucho tiempo, casi dos años, que realizamos esta sección y nos faltaba algo. Las frases del Negro, no frases de sus cuentos o personajes. Sino frases suyas, propias. Acá recopilamos algunas, habrá más entregas, porque realmente valen la pena.











Estas últimas tres fueron cuando lo distinguieron con la Mención de Honor "Domingo F. Sarmiento" en el Senado de la Nación.

Romualdo

Ahí está Romualdo, una vez más la suerte le ha sido esquiva. Una vez más la pelota se perdió lejos del arco. Una vez más bajan los gritos desaforados de los hinchas puteándolo. Se acaba la paciencia y el partido. Un nuevo yerro cerca del final. Las manos en jarra sobre la cintura, la mirada perdida en el césped como buscando una explicación que nunca encontrara. Siguen llegando las puteadas, cada vez más fuerte.

Un once de julio de mil novecientos noventa y uno hubo un eclipse solar. Fue total en Costa Rica, el día se transformó en noche. La luna jugueteo bravamente con el sol y este tímidamente se escondió tras ella como un niño se esconde en las faldas de su madre.  Había magia en el aire, las estrellas aparecieron como las salpicaduras de caspa de algún dios distante y espacial algo descuidado. En la Argentina el fenómeno se vio en forma parcial pero sin embargo eso no le quito la magia al día. Nacía Romualdo, no venía solo al mundo.  Su número en esta vida no sería el once, tampoco el dos. Sería el nueve. Algunos dicen que nació un cinco de marzo ¡Hasta en eso le hacen errar al pobre de Romualdo!

Ahí está Romualdo esperando solo, sus compañeros lo miran, dudan si darle el pase o no. Pero se lo dan. Romualdo arremete con fuerza, mueve las piernas con la fuerza de un caballo de molienda.  Recibe la pelota y como un corvette en las onduladas carreteras norteamericanas se lanza hacia al área. Difícil que esta vez falle. “Off Side” dice la bandera del lineman que flamea. Otra vez esa bandera enemiga flameando en el aire. ¡Ese banderín hijo de puta de nuevo! Romualdo se agarra la camiseta y muerde la parte inferior, su mirada febril otra vez descansa en la gramilla. “Esta semana en el gym no voy a hacer bíceps porque me toca marcarle las jugadas a Romualdo, practico brazos levantando miles de veces el banderín con los off sides de Romualdo”, había bromeado el hijo de puta del juez de línea en la antesala del partido. Algún compañero solidario lo consuela: “Será la próxima, no te preocupes”. Otros en cambio lo miran con cara de culo y se lamentan haberle dado el pase. ¡Qué sabrán ellos! ¿Cuántos golpecitos debe dar un orfebre para terminar su obra? ¿Cuántas veces fracaso Einstein antes de desarrollar la teoría de la relatividad? El delantero, ese nueve de área es como una ametralladora, en armas de ese calibre muchas balas se desperdician, quizás tantas más de las que aciertan en el objetivo. ¿Cuántos goles se habrá errado Pelé? ¿Cuántas veces Jürgen Klinsmann quedo en Off Side en toda su carrera? Claro, nadie cuentas las malas. Solo valen las buenas, los goles asestados, las asistencias.  ¿Y si Romualdo se está errando todo esto porque luego emboara todas? Difícil saberlo. De mil goles que hizo Romario es más que seguro que habrá malogrado unos tres mil. Si los delanteros son así. En una muy buena tarde de cinco ocasiones, dos te la mandan al fondo de la red. Tres si están en una excelente racha. ¿Dicen algo de las ocasiones falladas? No, pero ahora Romualdo está fallando de cinco de cinco. O seis de seis. Perdimos la cuenta.

Otra vez bajan las puteadas, como esa lava que lentamente quema la vegetación. A Romualdo le zumban los oídos, seguramente tendrá revancha, pero hoy el enemigo a batir es él. Sus propios miedos y en dejar de darle bola a las oleadas de improperios que bajan de las gradas. No va a tener mucho tiempo más, el reloj marca que solo quedan un puñados de minutos. Tal vez pueda meter alguna y hacerle comer todas las palabras a esos hijos de putas que no dejan de romper las bolas con insultos. Se viene otro ataque, tal vez el ultimo del partido. “Pensá” le dice una voz interior a Romualdo. Entonces detiene su carrera hacia el arco rival, observa al último defensor y nota que no está en posición adelantada. 

Entonces ve como la jugada se va desarrollando por la banda derecha. Le llega el balón que quema, arde en los pies del delantero. “¿Por qué justo a mí?” pensó hasta el hartazgo. Romualdo levanta la cabeza, mira rápidamente a todos lados como para deshacerse de esa maldita pelota y evitar el ridículo y las postreras puteadas. No puede. Todos están marcados. Queda una única posibilidad: enfilar al arco. La gente brama, en el medio de la soledad de sus pensamientos puede escuchar lo que dice cada uno de ellos, sin embargo, en su pecho los latidos cada vez se oyen más fuertes. Siente un escozor que va desde el estómago hasta la garganta. La transpiración le cae fría, los ojos le brillan y siente una presión fuertísima en la nuca. Pero él estoicamente va al frente logra deshacerse de un marcador y fusila al arquero. El balón se pierde por los aires.  Hoy a la noche los programas deportivos lo mataran. Sus compañeros lamentaran haberle dado el pase.  Las palabrotas caen desde la popular y la platea como una cascada en donde no se distingue nada, solo es un ruido fuerte que lastima. Él sigue mirando el césped, buscando una explicación. Sus ojos ahora se posan en aquel esférico inflado con aire y maldad que descansa allá a lo lejos. La contempla como si pudiera desde lejos una darle una confortación. Pero el balón, la “caprichosa” como la llama Quique Wollf, sigue impávida allá a lo lejos como cagándose de risa de sus infortunios. La pelota no habla, si hablara tal vez lo aconsejaría, tal vez lo consolaría o tal vez lo putearía, como hacen todos.


Toni Schweinheim 
Obra Publicada, expediente Nº 510614. Dirección Nacional del Derecho de Autor


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Desde la AFA aseguran que, si a los hinchas les encanta ver la Champions con el formato de 36 equipos, también les va a gustar una Liga Argentina con 36 equipos.

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