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Pagani times. Hoy: A Horacio le va a dar un patatús...

Otra vez lo hicieron calentar a Pagani, esta vez por el equipo que River presentaría frente a Talleres. Don Horacio se toma todo tan a pecho, que a estas alturas no sabemos si todo esto es posta o es "acting". Si llega a ser una actuación de Pagani, le vamos diciendo a Robert De Niro que vaya renunciando y lo deje a Horacio.

Video extraído del canal de Futbol Puro Futbol :

Nos quieren cuidar

— ¿Trajiste eso Rodo? —preguntó ansioso Antonio. Rodolfo sacó un sobre de uno de los bolsillos interiores de su saco marrón y lo fue pasando entre todos los “muchachos”.

—Uh. No lo puedo creer —dijo Enrique con una sonrisa de oreja a oreja.

—Hace cuánto que no veía una, hace tanto…

—Sí, desde que somos viejos chotos y nonos dejan hacer ni probar nada —contestó Roberto.

—Nos quieren cuidar, Roberto, y es por nuestro bien — se defendió Rodolfo.

—Cállate, pollera ¿Ahora te vas a vender y pasarte del otro lado? —lo atacó Antonio.

—No, nunca, solo te digo que entiendo las prohibiciones…

— ¿Prohibiciones como estas? —dijo Enrique mientras se prendía un cigarrillo.

— ¿Qué haces? No seas chambón…

—Si vamos a hacerla, vamos a hacerla completa… —respondió Enrique mientras le daba una pitada interminable al cigarrillo.

—Estamos todos mal del corazón, y vos haciendo eso… —se quejó Antonio.

—Peor es lo que estamos a punto de hacer…

—Dejémonos de joder y vayamos a lo importante —ordenó Rodolfo— ¿Qué excusa dijeron en su casa para estar acá?

—Yo que iba a jugar a las bochas —dijo Antonio.

— ¿A las bochas un domingo a las dos de la tarde? —se sorprendió Roberto.

—Si, no sospechan nada.

—Yo que iba a pescar con vos a la costanera —respondió Enrique.

—Pará, yo le dije a la bruja que me iba con vos pero a ver a un primo tuyo al hospital…

—Igualmente te digo que si se enteran, nosotros ya habremos hecho lo que teníamos que hacer —se atajó Antonio — ¿Vos, Roberto, que dijiste?

—No tuve necesidad de mentir, no soy tan pollera como ustedes, les dije que venía acá con ustedes…

—Son un kamikaze ¿Qué te dijo tu señora?

—Nada, que tengamos suerte…

—Es más grave que lo nuestro, le chupas un kinoto a tu señora —se alarmó Enrique.

—No, papá, ella sabe que me gusta. Sí, me hace mal, pero sabe que no me va a matar esto.

—Estamos perdiendo tiempo valioso —interrumpió Rodolfo— ¿Qué hacemos?

—Y… le metemos para adelante —dudaba Antonio.

— ¿A esta edad no será jodido para nosotros? —titubeaba, ahora, Enrique.

—Estamos jodidos de la presión, del corazón, de todo… yo creo que esto no nos va a hacer nada —trataba de calmar Rodolfo.

—Sentí ese olorcito —interrumpió Antonio mientras los cuatro viejos pasaban por delante de una parrillita improvisada atiborrada de hamburguesas y choris — ¿Nos clavamos uno?

—No, ya bastante la estamos embarrando haciendo esto, yo no sé si la vamos a contar en un par de horas —dijo gravemente Enrique.

—No sean tan alarmistas, no va a pasar nada —se enojaba Rodolfo.

—Es que el médico nos prohibió sal, fritos, embutidos, carne roja, alcohol y, por sobre todo, las emociones fuertes —enumeró Roberto.

—Hermano, vamos a ver un partido de fútbol; bastante que ya tenemos que escondernos de nuestras familias para ver un puto partido —se indignaba Rodolfo.

—Porque quieren cuidarnos. Nada de emociones fuertes, nos dijo el cardiólogo… —recalcó Antonio.
—Prefiero morirme gritando un gol o puteando al réferi a morir en casa aburrido como una planta o que la vida me la manejen los enfermeros—se enojaba Rodolfo, mientras los otros tres viejos asentían con la cabeza. Acto seguido sacó las entradas del sobre y se la dio a los muchachos. Se metieron sigilosamente, como quien se mete a un lugar del que quizás no salga con vida.

***

—No puedo lo creer che, pobre Rodolfo —dijo Antonio, mientras caminaba rápido para no quedar rezagado de Roberto y Enrique, mientras salían de la cancha con la multitud.

—La verdad, no hubiésemos venido…

— ¿Como se lo explicamos a su mujer? —se alarmó Enrique.

—No sé, pero mirá qué mala suerte che…

—De doce mil tipos y justo a él lo ve el cana revolearle un encendedor al árbitro— se lamentaba Antonio.

—Capaz que estando en cana tiene más libertades que nosotros —sonrió amargamente Roberto.

—Apuremos, muchachos  que a las 5 tengo que tomar los remedios. —apuntó Antonio mientras apretaba el paso.



Toni Schweinheim 
Obra Publicada, expediente Nº 510614. Dirección Nacional del Derecho de Autor

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Sábados de Fontanarrosa. Hoy: "Fútbol y ciencia" (a propósito del VAR)

Aprovechando que se vino el VAR, casi 32 años después que Fontanarrosa plasmara en octubre del 85 en la revista Fierro una historieta llamada "El avance alemán" (lo publicaremos nuevamente la próxima semana), el cual luego fue hecho cuento por el negro en 1990, bajo el nombre de "Fútbol y Ciencia", que este que publicamos aquí y ahora.

***

¡Hasta siempre, señor árbitro!

Los 73.000 espectadores que concurrieron el 15 de enero de 1988 al Duisburg Stadium de Oberhausen no pudieron dejar de apreciar que entre los protagonistas del espectáculo había significativas ausencias.

Y no se trataba, por cierto, de que el Ruhr 214 no alistara entre sus filas a Hans "Caperucita" Gfrörer, o bien que entre los fervorosos "barqueros" del Postfach no estuviese Fritz, "El talabartero" Kiepenheuer. Lisa y llanamente, lo que brillaba por su ausencia aquella tarde en el Duisburg Stadium era el público, dado que, la "Effektivaterien Ballönem Helveticen" había anunciado el match como una prueba piloto de un nuevo sistema de "referato a distancia". Efectivamente, a escasos cien metros del coqueto estadio de Oberhausen, los concurrentes podían advertir una misteriosa construcción de cemento, de forma tubular, que alcanzaba la respetable altura de 75 metros. Esta torre no representaba ventaja alguna, y más podía confundirse con un monumento moderno, o con alguna reminiscencia emblemática de la majestuosidad nazi que con lo que verdaderamente era: la central computarizada de control desde donde se dirigía el encuentro. Los curiosos asistentes al match tampoco podían adivinar que, bajo sus pies, una intrincada maraña de cables, sensores electrónicos, filamento inalámbricos y terminales computadorizadas, unían el estadio propiamente dicho con la torre de referato.

Dentro de la torre, a una altura de 50 metros sobre el nivel del piso, se encuentra la nave central, a la cual se accede mediante el servicio de tres elevadores, uno para el árbitro y los restantes para ambos jueces de línea. Quien entra allí, a ese vasto recinto privado de luz natural y arrullado por el permanente murmullo de los acondicionadores de aire, podrá pensar que se halla en alguna de las centrales de control de vuelo de la NASA, o bien que ha caído en el vientre mismo del Nautilius, el legendario sumergible del capitán Nemo.

Cientoveintisiete pantallas de televisión, prolijamente alineadas, emiten su mensaje, desde las paredes levemente curvadas del salón. En frente de ellas, en medio de ellas, tres hombres, tres profesionales del difícil arte del referato futbolístico, recepcionan hasta el más mínimo detalle de cuanto ocurre sobre el campo de juego. Allí, alejados de la gritería ensordecedora de la turbamulta, ajenos a la indudable presión que configura el hostigamiento de los partidarios, los colegiados pueden dirigir, asépticamente, el encuentro.

El sistema, costoso hasta el momento, simplifica notablemente la tarea del árbitro y ha reducido en forma sensible los disturbios en los campos de juego. El juez, fría su mente, gozando del privilegio de beber su marca de cerveza preferida en tanto vigila a los 22 jugadores, cuenta, entonces, con la inestimable ayuda de mil ojos electrónicos, que complementan los suyos. En cuanto detecta una infracción, oprime un botón y un silbato estridente se escucha a unos cien metros más allá, en todo el estadio. Si la jugada no ha sido clara o si la infracción es dudosa, el colegiado cuenta con otro valioso recurso para calmar y convencer, en forma palmaria, al bando que se considera perjudicado: con otro simple botón desplegará sobre las dos inmensas pantallas electrónicas colocadas en ambas cabeceras del estadio, la escena repetida, con detención de imagen y ampliación de los ángulos necesarios para refrendar con sólidas razones la penalidad adoptada. Cualquiera podría suponer que esa maniobra requeriría dos o tres minutos en concretarse, con el consiguiente retraso y ruptura del ritmo del partido. Pero no es así, ya que la memoria computarizada seleccionará entre los centenares de enfoques de la misma acción, las cuatro o cinco que considera más gráficas y contundentes, brindando al juez, en una fracción de segundo, la posibilidad de poner frente al público las que juzgue más válidas. Todo esto, sin que la máxima autoridad del match sufra el reproche de los jugadores ni sus estentóreos reclamos.

Más simple aun, para le nuevo sistema de referato, es eliminar cuanta duda pueda presentarse respecto de balones fuera de juego, balones ingresados o no tras la línea de la portería o bien, incluso, ante la siempre controvertida "Ley del Offside". Un sistema televisivo tipo "Fotochart" turfístico, elimina cualquier clase de duda, ya que le ojo eléctrico que patrulla la línea del último defensor captará, precisará y denunciará a quien reciba el balón en posición prohibida. En los casos de un discutido hand, por ejemplo, donde ni siquiera la visión televisiva puede dictaminar en un ciento por ciento el contacto del balón con la mano del defensor, también la insospechable computación vendrá en auxilio del señor árbitro, puesto que las pantallas mostrarán la acción, agregando un luminoso pespunte verde. Nilo de coordenadas y flechas indicatorias que avalan la posibilidad o la imposibilidad, de que dicho contacto haya tenido lugar.

De cualquier manera, el revolucionario sistema, llamado provisoriamente A.U.P. (Arbipeissal Und Perspecktiven) admite también el encanto de la controversia. Nadie puede negar el importante condimento que significa para el partidario del fútbol la discusión en la oficina, durante toda la semana, sobre si tal o cual fallo estuvo acertadamente tomado. Y no puede tampoco, quitársele al aficionado común la posibilidad de exorcizar sus frustraciones y represiones domésticas, denostando la figura del colegiado. Así ha sido siempre y lo seguirá siendo, aunque en menor medida con el nuevo sistema, que también deja, sabiamente, resquicios para la discusión.

En algunos casos, muy puntuales, el poder de decisión quedará en manos del clásico y consabido criterio personal del árbitro. Allí, como siempre la falibilidad humana seguirá alimentando el intercambio de opiniones. Se dará, por ejemplo, con la inefable "Ley de la ventaja". No habrá computadora, entonces, que ayude a dictaminar a su referí si tal o cual jugador cometió una infracción adrede o sin quererlo, como tampoco contará el árbitro con ayuda tecnológica para decidir si el delantero que se proyectaba solo hacia el gol ha de caer definitivamente o podrá continuar con su carrera, luego del golpe que intentara derribarlo. La misma incógnita deberá enfrentar el colegiado cuando deba determinar, sin respaldo científico alguno, cuándo una "mano" dentro del área, es intencional o casual, ya que no hay todavía, por fortuna, computadora alguna que esté conectada con el cerebro mismo de los futbolistas. Se podrán repetir, entonces, protestas o abucheos del público, pero ya nunca de la magnitud de la ocurrida en torno al recordado árbitro internacional belga, Henri Degrelle*.

Justamente en virtud de este suceso, la FIFA aceleró los estudios y puesta en práctica del sistema A.U.P. De todos modos, ese grado de controversia, ese resquicio de humana posibilidad de error ha sido minuciosamente estudiado por los sicólogos que trabajaron en el proyecto para no revestir al más popular de los deportes de un halo tecnocrático que le reste espontaneísmo y creatividad. Así será, entonces, que los seguidores partidarios de los conjuntos podrán continuar exteriorizando sus quejas como siempre, como en todas las épocas, a pesar de que, también en ese orden, se han detectado indicios inquietantes. En efecto, desde el 17 de junio último, un adelanto significativo se puso de manifiesto en el campo de la protesta partidaria, en ocasión de llevarse a cabo el clásico encuentro entre el Benelux-Gotha de Mons y el Astipalaia de Grecia. Tras un discutido fallo del colegiado sueco Gustavo Skelleftea, un proyectil misilístico del tipo M-L7, versión soviética de segunda generación, impactó y redujo a polvo la torre de control de referato. Se piensa que el proyectil fue accionado por un fanático del Astipalaia, mediante un propulsor personal, desde atrás del arco norte del estadio, distante casi unos 250 metros de la sólida construcción tubular, aún hoy hecha escombros. "Ellos también han progresado mucho", sólo atinó a decir Gerd Walde, titular del Consejo Arbitral Germano y propulsor del sistema A.U.P., a título de conformista comentario.

* Referencia a los disturbios ocurridos en el match del 23 de marzo de 1978, en oportunidad de enfrentarse el Maat-Riebevs y el EDV-14/N y que finalizaron con la quema total de la bella ciudad de Nachdruck.

Roberto Fontanarrosa
Extraído del libro "El mayor de mis defectos". De la Flor 1990/Planeta 2012. | "Solo fútbol". De La Flor 2002/ Planeta 2012 

Muy muy muy feliz




Por Toni.


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Las mejores frases de octubre. Quinta parte

“Tramposo será tu vieja”
Horacio Pagani, poeta.

"Yo no recomendé al sanador Manuel"
Juan Sebastián Verón, ramoneándola.

"Maradona es el felpudo de Infantino. Solo Romario y Yo los guerreros contra la corrupción"
José Luis Félix Chilavert, elisadescarriando.

“Somos un equipo ordenado, pero el fútbol es injusto, como lo es la vida”
Ricardo Caruso Lombardi, filosofo.

"Comprá todas las entradas porque vamos a salir campeones del mundo"
Chiqui Tapia, positivo.

"Si yo hubiese estado en el lugar de Falcaohubiese hecho lo mismo que él con los jugadores peruanos y no hablo de arreglo"
Chicho Serna, mecánico.

"Ojalá que River gane la Libertadores para que nosotros nos podamos meter en grupo directo"
Darío Cvitanich, interesado.

"Con el 10 siempre hay que creer que se puede"
Nicolás, Otamendi, creyente.

"Sigo porque estoy contento con el plantel"
Humbertito Grondona, portador de apellido.


"Si él arrancaba la Eliminatoria, estábamos perfecto. Hay cosas positivas hasta acá. En cuatro partidos recibimos un sólo gol"
Lucas Biglia, optimista.

Frases tomadas desde el 10 al 25/10/2017

El antiequipo de la semana

Arriba: Nicolás Russo (Presidente de Lanús, angurriento, cabeza e’ pingo);  Dirigentes del fútbol argentino (Manada de garcas, amantes del billetín); Bebote (Barra, fuerza de choque, ex casi candidato a presidente de independiente, termo violento, revoleador de sillas, ex profugo).

Abajo: Juan Manuel Lugones (Titular del Aprevide, inútil, camaleón político y deportivo); Hincha visitante (Olvidado, denigrado); Televisación paga (método siempre polémico de ver o no ver fútbol).

Selección.

¿Y ahora de que se va a disfrazar Bebote? Al líder de la barra del Rojo lo buscaban más que a Wally.  ¿Qué paso? Al parecer, junto con otro grupo de barras, apretó a Holan para que le de 50.000 dólares. Algunos dicen 100.000. Bueno, la cosa es que lo amenazó al DT y a su familia sino le daba el dinero para irse al mundial de Rusia. Bebote negó todo rotundamente y dijo que Holan era un mentiroso. El entrenador lo denunció y como consecuencia, a Bebote le dictaminaron una perimetral para no acercarse a Holan, su cuerpo técnico y sus familiares.  Luego se vino el pedido de captura que llegó hasta la interpol. Y hete aquí lo raro. Bebote se mando mil, por citar solo un ejemplo: a Cantero, por ejemplo,  lo volvió loco. Y nunca nada. Se mando miles y peores. Pasaron un par de años largos ya de la gestión Moyano al frente del Rojo y Bebote siempre estuvo ahí. ¿Qué paso, le soltaron la mano? ¿Moyano tardo en darse cuenta? ¿Ya no les sirve más? Todo más raro que chino con rulos, pero lo cierto es que al parecer, después de todo, Bebote estará un tiempo a la sombra.


Se armó en Lanús por el tema de entradas. De un lado Juan Manuel Lugones del Aprevide y del otro, Nicolás Russo, presidente de Lanús. El tema es que don Nicola, permitió vender entradas a los no socios. Entonces varios hinchas de River fueron a comprar entradas para poder ver a su equipo. Encima las entradas están bastante saladas, ya Sand se había quejado. Y si, estimado amigo, todo indica que Russo está buscando recaudar a lo pavote. Mas teniendo en cuenta que es más fácil que se legalice la venta de merca en kioscos a que vuelvan los visitantes y es aquí donde entra los hermosos dirigentes de la AFA: ¿Hace cuantos años que no hay visitantes? La cosa era para un rato y se demoró más que el Diego en completar una frase. La medida era momentánea y ya pasaron varios años. Nunca un proyecto serio, si algunos intentos desprolijos que siempre fracasaron. Tenemos visitantes en la Copa Argentina y no en la Superliga. Ahora que volvió el futbol pago mucho menos, olvídelo amigo, búsquese otro tonto, amigo.  En fin, la cosa es que Lugones desde el Aprevide salió a amenazar con que el partido podría jugarse sin visitantes, mientras Farinella lo entrevistaba también hacia elaboración de lobby  a la vista para que River tenga visitantes.  En el medio se decían que 5.000 hinchas de River ya habían comprado la entrada. Luego salió Russo a contradecirse. Total normalidad en el fútbol argentino.

Se termino lo que se daba. Chau, chau adiós para el futbol gratis. Era una muerte anunciada con la llegada de la televisación paga, la cosa es que se adelanto una fecha, vaya a saber uno porque. Seguramente porque es un exitazo de ventas: 800.000 abonos vendidos según varios medios. Y acá volvemos a lo que dijimos en el párrafo anterior: sin público visitante es un negocio redondo. Para poder ver a tu equipo de visitante solo te queda comprar el pack o verlo en un bar o en lo de un amigo. Pero no solo es ver, al no haber público visitante uno se pierde de viajes con amigos, de momentos maravillosos, como diría Virginia Lago. Pero bueno, poniendo estaba la gansa. A muchos $300 le parecerá poco, a otros muchos. Pero habrá que hacer el esfuercito para poder ver la enormidad de hospitales, jardines de infantes y escuelas que ya se están haciendo ¿No, no?

Afirman que volvería el público visitante ni bien Fox y Turner recuperen la inversión, la junten en pala, los dirigentes dejen de hacer negociados y los barras vayan de saco y corbata como en los ’50.

Lejos en el tiempo. Estarían los visitantes
Desde hace más o menos 4 años que el público visitante está vedado en los estadios argentinos por el torneo local, no así para encuentros de la Copa Argentina. “Pasa que en la Copa Argentina los partidos se dan en cancha neutrales, a veces lejos, a pesar de que la barra siempre esta, les da paja agarrarse a piñas o quizás están tan ocupados matándose en su interna que se les escapa”, comenta un funcionario. A pesar de que hubo varios intentos fallidos, como que algunos partidos de baja peligrosidad, se jueguen con público visitante, la modalidad ha quedado en el olvido. “Lo más lindo que tiene un partido es ver a ambas hinchadas cantando, tirándose piedras, agarrándose a escopetazos en las inmediaciones de la cancha. Lamentablemente nos sacaron todo este folclore”, se queja un inadaptado de siempre.

A pesar de muchos intentos para que vuelva el público visitante, se vio frustrado por hechos de violencia, ya desde el 2013, en la actualidad no existe un proyecto para que vuelvan. “Estamos trabajando en el tema, se tienen que dar un par de factores para que el público visitante vuelva a la cancha. Por ejemplo ni bien Fox y Turner recuperen la guita que metieron en el fútbol, la junten en pala —lo cual puede darse en los próximos tres o cuatro minutos— , se termine las divisiones en el país, los barras dejen de ir a la cancha y los dirigentes dejemos de hacer negocios, comenzaremos a trazar un plan para que vuelvan los visitantes, hay que tener paciencia” desliza un dirigente de AFA.

¿De qué te ponés contento?

 Yo la verdad es que no te entiendo Cacho, la verdad que no te entiendo. Ni a vos, ni a todos aquellos que van a una cancha. O a esos hincha...


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