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Noche de Domingo de peleas. Parte II "Caruso Lombardi vs Elio Rossi"
Es conocida la rivalidad entre Caruso Lombardi y Elio Rossi. Para compensar el humo emanado desde el programa de Fantino, desde "Futbol Permitido" mejor conocido como "El programa de Alina" o "El programa de Apo", decidió llevar a Ricardo Caruso Lombardi. El tema es que Elio Rossi es uno de los panelistas de ese programa. Juntar a estas dos personas es como prender un fósforo adentro de un deposito de Trotyl y TNT, algo indefectiblemente va a volar, y volo nomas. Cuando fueron a una nota grabada (El partido entre Godoy Cruz y Lanús) se pudo escuchar los gritos de una mujer, supuestamente acompañante de don Ricardo. "¿¡Para que... vinimos!? ¿¡Vinimos de la cancha, loco, para esto!?" se puede escuchar a la mujer si uno para bien la oreja. Finalizando con un "¡Este forro hijo de puta!" emanado por la dulzura característica de Caruso Lombardi. A la vuelta, Elio Rossi dio detalles de como fue "la batalla en el programa de Alina", contando que mientras a Caruso le hervía la sangre a él lo hacia cagar de la risa. Entre que Caruso se calienta de la nada y la risa de hiena de Elio Rossi, es raro que Caruso Lombardi no haya entrado en una "fusión termonuclear".
Lamentablemente no hubo imágenes o videos de la pelea, no sabemos si Caruso lo llego a embocar o no. El videograph automáticamente tendría que haber cambiado a "Caruso revivió a Argentinos juniors y nos revivió el rating". No pasaron ni 4 horas de su debut como técnico de Argentinos Juniors que Caruso ya logro la primer polémica. Y eso no es todo, el hijo de Fabian García Matias García ayer debuto en la reserva de Argentinos Juniors, si no lo pone al pibe, viene García padre a repartir mediciones y no precisamente de IBOPE. Gracias por volver Caruso, gracias por la magia. Te extrañábamos.
Lamentablemente no hubo imágenes o videos de la pelea, no sabemos si Caruso lo llego a embocar o no. El videograph automáticamente tendría que haber cambiado a "Caruso revivió a Argentinos juniors y nos revivió el rating". No pasaron ni 4 horas de su debut como técnico de Argentinos Juniors que Caruso ya logro la primer polémica. Y eso no es todo, el hijo de Fabian García Matias García ayer debuto en la reserva de Argentinos Juniors, si no lo pone al pibe, viene García padre a repartir mediciones y no precisamente de IBOPE. Gracias por volver Caruso, gracias por la magia. Te extrañábamos.
He aquí la crónica de los hechos bochornosos.
Capitulo I: Miradas peligrosas
Capitulo II: La batalla oculta entre gritos
Noche de Domingo de peleas. Parte I "Leto vs Fava"
El programa de Fantino venia medio Light, hasta que a Alejandro Fantino no se le ocurre otra cosa que cederle la palabra a Daniel Fava arengandolo a que corte con tanta monotonía del programa (recordemos que en la TV Publica estaban dándose palos Elio Rossi y Caruso Lombardi). Entonces Favita decidió salir con los tapones de punta contra Leto quien lejos de callarse la boca se calentó tanto que el color de la tintura muto a un "rojo" furioso. Leto estaba dispuesto a levantarse para surtirlo a Fava. Fantino acongojado y arrepentido del "fuego amigo" decidió cerrar la discusión con una anécdota de las suyas. Esta calentura de Leto le vino bien a Fava, porque no había cenado y gracias a esto, se comió los mocos.
Video del canal de Youtube de drkhumalo, subido por Facu Perez al grupo "Yo soy argentino soy soldado de Fantino"
La democracia de los barras [Completo]
Encontré unos artículos sobre la violencia en el fútbol que
eran de mi padre que era periodista deportivo. Lamentablemente él ya no esta y
por cuestiones de plata tengo que vender la oficina que solía usar como
redacción para escribir sus libros y sus artículos en los distintos diarios.
Fue una notable tarea la de mi viejo, escribió más de cinco libros y cubrió de
seis mundiales. Fue un gran tipo, lo apreciaban bastante y en este momento
tengo ya llevo como siete canastos llenos con sus logros y distinciones. Es una
pena que el viejo se haya ido tan joven.
Por esas cosas que tiene la nostalgia, que te atrapa y no te
suelta, me quede mirando y leyendo varios artículos que él escribió en la flor
de su edad y de su carrera periodística. Mi padre era bastante ordenado en lo
que respectaba a su trabajo, por eso puedo leer cronológicamente sus notas sin
perderme de nada. La primera de ellas esta fechada en Marzo del 2014, y
puntualmente habla de cómo la Asociación del Fútbol Argentino decidió que lo
mejor para combatir a los violentos en las canchas era que el publico visitante
se quede en su casa. Era una solución fácil que dividía a muchos, pero que se
implementó… al fin y al cabo en la Argentina todo es a “error y prueba”. Yo era
chico en ese momento, tendría unos dos o tres años. Recuerdo que mi viejo, al
trabajar de “ver fútbol”, no podía llevarme a la cancha de niño. Si hasta la
adolescencia fui unas diez veces, creo que fue demasiado y estoy exagerando.
Muy pocas personas llevan a sus hijos al trabajo. Leyendo sus artículos me
encuentro con que en el periodo 2013-2014 la violencia en las canchas había
arreciado y la solución de la AFA era la de prohibir el ingreso del publico
visitante. Eso no había calmado las aguas ya que fue muy recordada la batalla
que llevaron adelante dos facciones diferentes de un equipo de la zona oeste
del conurbano bonaerense. Hubo tres muertos y decenas de heridos. Según el
titular de la AFA de aquel entonces, fue un “hecho aislado”. Sin embargo en los
próximos meses la violencia entre barras del mismo equipo fue subiendo. Para
finales del 2014, la cifra de muertos por la internar de barras trepo a 10
personas. La cosa se había desmadrado.
La AFA tuvo otra solución, porque los barras ya no se
agarraban dentro de la cancha, sino que lo hacían en los alrededores y minutos
antes de los partidos. La solución propuesta fue “reforzar” con más policías en las zonas aledañas al
estadio y “sacar” efectivos de adentro de la cancha, si total adentro de la
cancha ya no se agarraban. La situación parecía estabilizarse, hasta que un día
la hinchada de un popular equipo estallo con el arbitro cuando cobro un penal
dudoso, al haber poco personal uniformado, la gente invadió la cancha y se la
agarro con el equipo rival y los colegiados, el saldo fue lamentable: un
jugador asesinado a golpes y mas de medio plantel con heridas de gravedad. Los
árbitros habían zafado porque lograron esconderse dentro de uno de los armarios
del club. Durante semanas se hablo de este lamentable episodio y obviamente el
fútbol había sido suspendido hasta no lograr la paz, hecho que estaba a años
luz de concretarse. Se juntaron representantes del gobierno con dirigentes de
los clubes para buscarle la solución a este conflicto. Después de dos meses de
arduas reuniones, se opto por una salida un tanto fácil: todos los partidos de
ese campeonato se iban a jugar a puertas cerradas, sin público. Dicha medida se
prolongo en el tiempo, se jugaron cuatro torneos de esta forma, la plata de las
entradas el gobierno decidió “compensarla” con un suculento aumento en los
derechos de televisación. Hasta los más fervorosos hinchas ya se habían
acostumbrado a no ir a la cancha. Sin embargo se vio a muchos líderes de las
barras disfrutar de muchos partidos (o de su totalidad) en los palcos de los
dirigentes, algunos otros se camuflaban como reporteros o fotógrafos vaya a
saber uno de qué medio.
Sin embargo, dos hechos escandalosos hicieron rever esta
medida. Fue el 12 de marzo del 2017, según me consta en este artículo. Un “fotógrafo”
agredió a tiros a un arbitro por un penal no dado al equipo loca. Para suerte
del árbitro, el barra camuflado como fotógrafo estaba tan ebrio o drogado que
no le atinó en ningún de sus tiros. La sociedad se indigno a niveles
incalculables, al otro día hubo un banderazo espontáneo de todos los hinchas
comunes en frente del edificio de la AFA. Dos millones de ciudadanos o hinchas
fueron a expresar su descontento ¿Cómo puede ser que ellos sí puedan seguir
entrando y nosotros no? Mi viejo se había cansado de denunciar esto en cuanto
diario pudo, nunca le dieron pelota. La marcha fue pacífica y sólo se llevaban
banderas con inscripciones en contra de los violentos. Sin embargo, hubo una
muy fuerte represión. No, no fue la policía,
fueron los mismos barras que hicieron acallar a la fuerza el descontento. Por
suerte no hubo muertos, si una cantidad enorme de heridos, entre ellos mi viejo
que llego a casa con una cortadura terrible en la frente. La cúpula de la AFA voló,
se eligieron nuevos miembros y mientras esto pasaba el fútbol estaba
suspendido. Había que hacer algo nuevamente.
Nuevamente se juntaron gobierno y directivos de los clubes,
esta vez tardaron menos. La solución fue simple: volvían todos a la cancha.
Violentos, locales, visitantes. Todos. La mayoría sabíamos que para calmar los
ánimos y la billetera del gobierno que ya casi no podía hacerle frente a los
tres mil millones de pesos que les pagaba a los clubes en “compensación” de las
entradas. Lo cierto es que la cosa se calmó y la situación parecía retrotraerse
a los de hace una década atrás. Si bien había hechos de violencia entre barras,
como siempre la pelota siguió rodando ante la vista de todos. Con esta decisión
obviamente “volvían” los negocios de los barras, las entradas, los
estacionamientos, la indumentaria, etc. Si bien con dos años de freezer en los
que estuvieron esos negocios, los barras de apoco iban a recuperar el negocio,
y una vez levantado iba a aparecer otra facción para disputarle el negocio y
así volver a formar el circulo vicioso, tal como lo explico mi querido padre a
una revista española. Lo único “bueno” es que teníamos unos años de paz hasta
que pase eso.
Esa “paz” que no era total, terminó más de dos años después,
cuando en el 2020 se enfrentaron cuatro barras distintas, dos eran de un equipo
de la zona sur de Buenos Aires y otras dos del interior del país. La barra del
equipo de Buenos Aires tenía dos facciones, cada una de ellas eran “amigas” de
las otras y decidieron dirimir sus diferencias un día martes justamente en
Buenos Aires. El enfrentamiento fue trágico. Hubo veinte muertos, cientos de
heridos y más de un barrio devastado. La curiosidad es que ese día de semana no
jugaba ninguno de sus equipos. El hecho volvió a catalogarse de aislado y la
pelota siguió rodando. Pero volvió a pasar algo similar con menos cantidad de
muertos, seis en este caso. Había que hacer algo y de fondo urgente. El futbol
nuevamente se había suspendido.
Y llegó una propuesta algo extraña desde la AFA:
“Democratizar a la barra”. Ya como socio no solo había que elegir presidente y
Comisión Directiva, ahora había que elegir barra. Algo un tanto raro y que
repercutió en la sociedad de una manera abrupta. Durante casi un mes se habló
pura y exclusivamente del tema. El gobierno lo tomo para bien y en conjunto redactaron
una ley. El Senado y la cámara de Diputados la aprobaron casi en su totalidad y
se promulgo la Ley 78.086 que establecía que cada club iba a elegir
democráticamente los líderes de su propia barra, que iban a manejar una pequeña
porción del presupuesto del club como “gerentes administradores de espectáculo popular
dentro de los estadios”. Curiosa forma de redactar el folclore y el cotillón de
cada domingo.
Los clubes debieron modificar sus estatutos e incorporar
esta decisión. Para algunos era el “blanqueo” de los violentos. Para otros
estaba bien porque los barras iban a dejar de matarse unos a otros para volcarse a la política “partidaria”,
aunque eso ya lo venían haciendo desde antaño “apoyando” al presidente de turno
que los bancaba económicamente y amedrentando a los potenciales votantes
opositores con cantitos del estilo “a los traidores los vamos a matar”. Las
elecciones fueron elegantemente llamadas “Elecciones generales de autoridades
de aficionados locales”. La votación fue
gradual y se llevaron a cabo cuando cada club tenía que elegir su presidente. Había
dos boletas, uno por la de Presidente y comisión directiva y otra por la de los
barras, que tenía obviamente un “líder”, un segundo y una pequeña “comisión”,
esto remplazo a lo que algunos clubes tenían como subcomisión de socios o
hinchas. Curiosamente, los
enfrentamientos internos cesaron al otro día de promulgada la ley. Igualmente
los días de partido cercanos a las elecciones de cada uno de los clubes no
faltaban los “aprietes” a los hinchas comunes para que se vote por tal o cual
lista.
Para el 2023 las barras de todos los clubes fueron elegidos
por sus socios, los violentos “disidentes” que perdían las elecciones, no la
“pudrían” sino que profundizaban su campaña política de cara a las próximas
elecciones y ya no se dedicaban a matarse unos a otros. Es más, algunos barras
espantados porque podían quedarse afuera del reparto de plata al perder las
elecciones decidieron dejar de lado las diferencias y unificar sus listas. El
problema parecía resuelto, solo algunos pocos dirigentes y periodistas se
opusieron a la medida, entre ellos mi padre que escribió una furiosa critica en
el diario de mayor tirada. Sostenía que era una bomba de tiempo y que, si bien
se solucionaba en un corto plazo el tema, se creaba un problema a largo plazo
mucho más grande que el original, que era darle el voto, el consenso del pueblo
a estos tipos. Sin embargo se comenzaron a vivir insólitos momentos de paz en
el fútbol argentino, de a poco las familias iban volviendo a los estadios,
parecía que dieron en la tecla con la solución. Sin embargo este país todo es
cíclico.
Los primeros conflictos comenzaron a salir a flote durante
el 2028, cuando en uno de los clubes más importantes de la Argentina se vivió
un hecho confuso. El “gerente” o mejor conocido como el líder de los barras
rompió relaciones con el entonces presidente de Boca Juniors, Alfredo Sosa.
Durante más de un año “convivieron” a los tirones, hasta que un buen día don
Sosa no quiso entregarle un peso más a Juan Ferreyra, conocido como el “negro”.
A pesar de que la ley decía que debía hacerlo. La consecuencia fue algo inédito
en el futbol mundial: el primer golpe institucional producido por una barra.
Los violentos una tarde de viernes coparon las instalaciones del club y tomaron
el poder por la fuerza. Primero fue un repudio generalizado de toda la
sociedad, luego las críticas fueron apagándose de a poco y todo siguió como si
nada. Mi padre había hecho un trabajo de investigación y en él decía que dichos
barras están muy vinculados políticamente con el gobierno del momento y que por eso no se hizo eco con el asunto.
Muchos hinchas se indignaron y decidieron no ir más a la cancha, pero como todo
en este país quedo en la nada y al mes ya casi nadie hablaba del tema.
A casi seis meses de ese episodio, tomaban el poder en otro
club importante, esta vez Racing cayó bajo el yugo de los barras. El presidente
de aquel entonces, muy débil políticamente fue baleado en un supuesto asalto el
día anterior. Sin embargo Hermes Bedoya presento la renuncia alegando fatiga y
cansancio. El poder recayó no en el vicepresidente, sino en el “gerente
administrador de espectáculo popular”.
Muchos hinchas racinguistas no protestaron ya que el gobierno de Bedoya
fue bastante malo y tibio. Racing andaba más por los puestos de abajo que por
los de arriba. Algunos hasta se esperanzaron de este nuevo “gobierno”, si total
era un hincha “genuino”. Para el 2030 más de la mitad de los clubes eran
gobernados por barras, muchos de ellos subiéndose a la presidencia de forma
ilegítima, mediante la fuerza y/o jugarretas políticas.
En la Fiesta por el “primer centenario” del profesionalismo
del futbol participaron políticos, y dirigentes de los clubes que a esta altura
eran todos barras, el periodismo casi no pudo cubrir dicha celebración ya que
muchos de ellos no fueron acreditados por escribir en contra de los mismos
barras, entre ellos estaba mi padre. Entre todo el rejunte de “dirigentes”
curiosamente el único que no provenía de alguna barra brava era el presidente
de la AFA, el Señor Atilio Banderas, quien tenía una cintura política
envidiable, claro en lugar de condenar los “minis golpes de estado” en los
clubes miraba para otro lado y luego los legitimaba. Todo el mundo conocía
actos de corrupción de este sin embargo nunca nadie pudo probar ningún cohecho.
Económicamente los clubes estaban destrozados, los equipos grandes lejos de
serlo ya, no descendían porque desde la AFA se impuso un coeficiente de
descenso en el cual se ponía un numerador basado en la “Cantidad histórica de
temporadas en primera”. Los cinco grandes nunca más descendieron. Las
elecciones en los clubes pasaron a ser historia, y si algún equipo la hacía,
obviamente eran alterados los padrones y siempre ganaba el presidente actual. A
todo esto la violencia en las canchas había vuelto con más furia que nunca, las
internas entre las barras recrudeció de una forma increíble, eran barras contra
barras devenidos en dictadores de sus propios clubes. La gente dejo de ir a la
cancha y por ende los socios dejaron de pagar. La situación era crítica, el
futbol estaba muerto.
Muchos añoraban las épocas doradas en donde el futbol era
para todos, donde había libertad, en donde uno se sentía orgulloso de ser
hincha de su equipo. Esta añoranza hizo que se reunieran periodistas, viejos dirigentes de clubes,
políticos e intelectuales. Había que volver a la fuente, a esa raíz que era el
futbol para los argentinos. Tras mucho debatir se propuso crear una asociación
del futbol paralela. El tema principal era que no había equipos, todos los
equipos estaban en manos de los violentos, y proponerle a algún equipo
comandado por la barra sumarse a este proyecto era inviable, por culpa de ellos
se estaba haciendo esto. Entonces se barajó
la posibilidad de hacer todo paralelo, equipos y asociación. Se refundaba desde
cero el futbol argentino. No era la
primera vez que en la argentina pasaba algo similar, paso con la CGT en su
momento, paso con el mismo fútbol en sus orígenes del profesionalismo. Otra
mancha más al tigre no le hacía nada. La nueva y paralela AFA se llamaría APFA,
Asociación Profesional de Futbol Argentino. Y de a poco comenzó a construirse
nuevos equipos. Poco a poco esta idea que entusiasmar comenzó a tomar forma,
los hinchas de River Plate comenzaron a amoldar al “Club Atlético Rio de La
Plata”, los de Boca fueron por el “Club Atlético Republica de La Boca”,
Independiente en su nueva versión se llamó “Los Infernales de Avellaneda”, el
“nuevo” Racing era “la Academia Futbol Club” y San Lorenzo fue el “FC Santos”.
Podría estar toda la tarde leyendo los nuevos nombres.
En apenas tres años empezaron a crecer a pasos agigantados
con un amauterismo muy grande, pero todo se hacía a pulmón y con el corazón. Algunos
jugadores profesionales de la otra liga se vieron tentados a pasarse, muy pocos
lo concretaron. La gran mayoría prefirió quedarse en la el “futbol oficial” por
dos cosas: Había más plata ahí y los barras devenidos en presidentes los
apretaban para que no se pasen de ninguna manera. Los equipos de la AFA conducido
por los barras ya empezaban a mirar de reojo esta nueva liga y no tardaron los
atentados a las distintas sedes de los nuevos equipos. El primero fue en la sede de “los infernales
de Avellaneda”, una bomba explotó en la sede del club en la avenida Güemes. Fue
por la madrugada y a modo de aviso. Luego de este bochornoso hecho, comenzaron
a multiplicarse los hechos de violencia que querían imponerle un límite a este
proyecto que tenía como objetivo revivir al futbol tal y como no se lo conocía
hacía tiempo. No menos de una docena de nuevos clubes fueron blanco de
vandalismo, algunos tuvieron que cerrar, otros se las ingeniaron para
sobrevivir. El hecho que colmó la paciencia de todos fue cuando al presidente
de “Ferrocarril Banfield Club” le dieron una terrible golpiza que lo dejo casi
al borde de la muerte. Horas más tarde, el mandamás del club “Ciudad de Lanús”
vio como desconocidos entraron a su negocio de la calle 9 de julio y saquearon
todo.
Los integrantes de Asociación Profesional de Futbol
Argentino se reunieron de emergencia, la mayoría de sus miembros estaban
atemorizados y algunos hablaban de abandonar esta lucha desigual. El presidente
de la APFA, dio un discurso realmente conmovedor, en donde hablaba de la
libertad, que la única batalla que nunca ganarían los violentos es la lucha
pacífica. Todos lo escuchaban con calma, y todos renovaron su fe y esperanza.
El presidente y el comité ejecutivo u “asamblea”, como les gustaban llamarlo,
de esta asociación se reunía con el gobierno para llegar a un acuerdo y
solicitar garantías. La idea era buena y los representantes del estado estaban
dispuestos a oírlos. Lamentablemente nunca llegaron a juntarse, ya que a la
salida de esta reunión, un grupo de desconocidos, atento contra la vida del
presidente de la Asociación paralela y le quito la vida de cinco disparos, dos
le dieron en la cabeza, los tres restantes en el pecho. Ese día se murió uno de
los tipos más honestos y que siempre busco la paz en las canchas, ese maldito
31 de agosto del 2034 mataron a mi viejo.
T.Schweinheim
Obra publicada, expediente Nº 510614, Dirección Nacional de Derechos de Autor
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