Que
difícil esto. Decidimos parar la pelota un poco. El horno no está para bollos. Esta es una situación
dramática para el futbolero. Una catástrofe futbolera. No por el resultado si
no por todo: la interminable crisis de la AFA, la renuncia de Messi, obviamente
otra final perdida y la grieta entre los messistas y los antimessi. Nos explotó
todo en la cara. Claro, tragedia y catástrofe no es esto claramente, por supuesto
que no, acá no murió nadie. Si tenemos una herida muy grande, enorme. Hoy todos
los futboleros nos despertamos amargados, tristes, quizás enojados. A muchos nos
dolió más la partida de Messi que la final. O nos enojó más su renuncia que la
final. O nos fuimos con él. Todo dependerá de cada uno, pero esto no pasó
desapercibido de ninguna manera.
Lamentablemente
nosotros, los argentinos, no buscamos un ídolo futbolístico. Buscamos un
ejemplo social, moral, de vida, un superhéroe. Nos pasa en la política cuando
votamos. No elegimos un presidente. Elegimos un padre que nos defienda. Nunca
elegimos con la cabeza, elegimos pasionalmente en todo. Buscamos esos ejemplos en
el fútbol, en la política, en la música, la televisión… Adoptamos a Maradona
como ese ejemplo y al primer traspié personal lo matamos, lo cagamos bien a
patadas en el piso por fallarnos. Y así vamos en busca de otro “padre”, de otro
ejemplo que nos guie, hasta que vuelve a tener un desliz y otra vez lo mandamos
al matadero. Le pedimos a Maradona que sea Messi fuera de la cancha. Le pedimos
a Messi que sea Maradona dentro de la cancha. O defendemos a muerte a Maradona
y aborrecemos a Messi. O estamos a ultranza con Messi y denostamos a Maradona. Pocos, muy pocos pueden convivir con alabanzas
a Messi y Maradona.
Messi
es el ancho de espadas. Pero tenemos también dos cuatros. Esos dos cuatros pueden ser el DT, los otros
jugadores… Pero como Messi es el mejor
del mundo le exigimos, lo obligamos a que siempre gane solo el partido.Se puede
llegar a decir que Argentina llego fácil a la final, que no tuvo rival. Pero Brasil
quedo afuera en primera ronda. Uruguay quedó afuera contra Venezuela. Claro, si
uno va a los nombres, Argentina tiene un
superquipo, ya solo con Messi se supera a todos.
Somos
un caso a analizar. A Chile se le gano el primer partido y Messi no estaba. La
Selección fue muy superior ese encuentro. En las eliminatorias de visitante se
le ganó. ¿Qué paso? Al momento de ver como Agüero en el tiempo suplementario
tuvo una y le pego fuerte, tan fuerte que se fue alta. Le dio un fierrazo como
queriendo asegurar. Messi en el penal lo mismo, le die fuerte, muy fuerte para
asegurar. Porque el miedo a perder era muy alto, tan alto que nos terminó
ganando. Hay un miedo a perder, un miedo a fracasar que tenemos todos o que
tuvimos y ayer se vio eso. Es culpa de ellos por no saber manejar esa presión.
Es culpa nuestra por generar ese presión inmanejable.
A
Messi lo putean hasta los del mismo Barcelona cuando tienen una temporada mala,
después de todo lo que le dio. Lo puteamos nosotros por todo lo que no nos dio.
Cada uno podrá opinar lo que quiera y tendrá razón, cada uno podrá detestar o
defender a Messi y tendrá sus razones. Pero estas líneas nos sirven para hacer
catarsis.
Mientras
la AFA es una orgía de desmanejos, de inutilidades y de intereses personales.
Juveniles en completa acefalía. Manoseando a jugadores, clubes, hinchas… El fútbol argentino está muy herido en toda
forma. Ayer descendimos un peldaño más,
ya casi estamos en el sótano. Decimos “casi” porque con estos dirigentes que
tenemos, siempre puede irse más abajo.
Ayer
tardamos una eternidad en reaccionar, en poner el “minuto a minuto” o siquiera
en hacer alguna imagen. Nos dolió, nos pegó de lleno. Si apelamos al humor,
podríamos decir que la Ferrari del Tata nos chocó de frente. Anoche envidiamos mucho
a aquellos que le dan poca al fútbol. Pero acá estamos, el hincha no renuncia jamás.
A pesar de sufrir descensos, quiebras, dirigentes corruptos, negocios,
jugadores burros… el hincha siempre está. Puteando, alentando, criticando, pero
abandonando jamás. Y esperamos que Messi no nos abandone.
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