Primer puesto: Jorge Almirón (Entrenador
de Lanús, Camarilleado en Independiente, garchador de equipos, GuardioRinusMichelista,
campeón de punta a punta)
Segundo puesto: Zinedine Zidane (entrenador
del Real Madrid, cabeceador de tanos, rompepantalones, campeón de la Champions)
Tercer puesto: Horacio Montemurro (Entrenador
de El Porvenir, mano derecha de Caruso Lombardi, el San Pedro de Caruso,
Campeón de la D).
Selección.
Lo de Lanús fue terrible. A lo peladito de Brazzers: se garchó de dorapa a
cualquiera que se le pusiera en frente. Más allá que Lanús viene haciendo las
cosas bien institucionalmente —salvo en el tema barras—, que el equipo nunca se
desarma y que mantiene una línea de juego desde la época de Cabrero; esta
cuarta estrella del club es mucho mérito de Jorge Almirón.
El DT que fue camarilleado en Independiente y al que rajaron rápidamente a
pesar de haber hecho un buen torneo transición (termino cuarto con 33 puntos
con un Rojo recién ascendido). Recordemos que Almirón tuvo un arranque más
turbulento que Matias Alé con delirio místico cuando rajó a un referente como
Fritzler y la dirigencia lo banco más allá de las puteadas, aunque bien los dirigentes
pudieron haberle bajado esa directiva. Almirón potenció a Sand, sacó de la
parsimonia a Román Martínez, despertó a la defensa y consolido varios buenos
jugadores. Claro, es prácticamente casi la misma base que dejo Guillermo Barros
Schelotto y muy consciente de ello, Almirón lo incluyo en los festejo de este
campeonato.
Zinedine Zidane o Zidanrrucho
como le habían puesto cuando en la casa blanca rajaron a Benitez luego de
chocar el Roll Royce contra un poste de luz. Con la ida del entrenador español,
tomo la manija el cabeceador de tanos y el equipo cambio para bien. Tras el “mal
mes” que tuvo Barcelona, se le pego en el campeonato y avanzo en la UCL. Si bien no tuvo una llave tan complicada
desde octavos hasta la final, el equipo fue al frente y en la final pudo tirar
todo el peso de su historia en la tanda de penales en donde no fallo ningún
jugador y asi, Zidane se tiró de “cabeza” a la Copa.
Hay un infierno llamado ascenso argentino, y en ese infierno
hay un infierno mayor: la primera D. Donde los jugadores deben ser amateurs,
solo algunos de ellos sobrepasar cierta edad y obviamente no hay un puto mango.
Si Caruso es el Jesús del descenso, Horacio Montemurro es
San Pedro, su mano derecha y primer apóstol. Contra viento y marea el ayudante
de Caruso se puso al frente del barco de Gerli y lo metió en la C. El Porvenir
logró el ascenso sin jugar, Ituzaingó le gano a Argentino de Rosario y la
diferencia que el conjunto de Gerli le había sacado bastó para asegurarse el
primer puesto, el campeonato y obviamente el primer puesto. Pero antes pasó
algo, vamos a recapitular un poco: Enrique Merelas, último eslabón del más
recalcitrante grondonismo a finales del año pasado había conformado una nueva
comisión directiva muy afín a él, el objetivo era claro: seguir perpetuándose en
el poder chupándole la sangre a El Porvenir. En febrero de este año, esa misma
CD le pego un voleo en el tuje a Merelas y tomo el mando del club. Tan solo
tres meses después, El Porvenir ascendió… Y así Gerli, la tierra prometida de
Ricky de Flema, de Pedro Saborido y la nuestra llega a un primer puesto desde
1998. Nos vamos pa’Gerli.
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