Por Eugenia de Chitzoff (*)
Muy buenas tardes mis queridos pupilos del tablón 2.0. Este año hemos iniciado
el ciclo lectivo un poco más tarde. Pero nunca es tarde para agarrar los libros
y capacitarse. El saber no ocupa lugar mi estimado alumno y es por ello que
nunca esta demás repasar algunas de mis clases anteriores, las cuales están
enfocadas para aquel neófito en temas relacionados a la cancha. En esta
ocasión, vamos a ver y a interpretar algunas cuestiones que tienden a
confundirse con folclore. Antes que nada hagamos una pequeña definición de la
palabra folclore. Cuando nos dicen esta bonita palabra lo primero que se nos
viene a la cabeza es Horacio Guarany y toda esa música popular, esto es porque
dicha música es nuestra, viene de nuestra tierra. Pero el folclore abarca mucho
más. Si querés saberlo googlea, como dicen los jóvenes ahora, y no me rompan
los ovarios acá. Así que vamos a abocarnos al “folclore futbolero” ¿Qué significa?
Todo lo propio al futbol, todo lo que nos legó en todos estos años.
Determinados ritos de cancha, como cantitos, papelitos, cargadas varias,
determinadas formas y costumbres. Ahora bien, el folclore últimamente se lo
viene relacionando solamente con las cargadas de dudoso gusto moral.
Veamos un
ejemplo práctico:
Juan es hincha de River. José de Boca. Juan
llega a la oficina y lo saluda a José con “Dos veces en seis meses”, a lo que
el otro responde “Vos dos veces en seis meses pero yo en toda una vida, ninguna
mancha”.
Analicemos. River en seis meses,
o sea, entre el 20 de noviembre del 2014 y mayo el 14 de mayo ha dejado a Boca fuera
de dos competiciones continentales. De allí su expresión. Boca no ha descendido
en su historia, River si lo ha hecho y muchos dicen que dicho acontecimiento es
una mancha en la historia de River. Bien, son dos hechos dolorosos para ambos
hinchas pero que se toma como chascarrillo. Esto señores, es un ejemplo de
folclore a grandes rasgos.
Ahora bien.
Vayamosno a otra situación:
Juan llega a la oficina, se sube al
escritorio de José y defeca en gran cantidad. Luego con las heces escribe en
las paredes: “Dos veces en seis meses, la concha de tu puta madre pimientero
del orto”. Al observar eso, José baja al estacionamiento, le pincha los cuatro neumáticos
al auto de Juan, para luego agarrar una maza, reventarle todos los vidrios y
escribir con un trozo de vidrio en el capot del auto: “Gallina puta descendida”.
Está situación si bien parte de los
mismos hechos dolorosos, no es folclore, no señor, no, no. Es una actitud
parecida a la de un barra brava o un integrante del ISIS o más bien de un
panelista del Show del Futbol. Pero no es folclore. Anote bien, no sea perezoso.
Lo mismo va para su
comportamiento dentro del estadio. Si usted le grita al 4 rival que es un “reverendo
chupaverga, rustico hijo de puta, aborto futbolístico” podría llegar a ser
folclore. Pero si en cambio usted le revolea el cárter de un Torino modelo 69
por la cabeza, usted ya ha sobrepasado todos los límites del folclore y se ha
transformado en un violento de mierda y un completísimo pelotudo, mi estimado estudiante.
Ampliando un poco más el concepto
de que es folclore y que no, repacemos el siguiente cuadro comparativo, donde
usted podrá observar con detenimiento cada una de las situaciones.
Espero que le haya quedado claro
cuando es folclore y cuando no. Nos veremos en alguna próxima clase, recuerde
estos cursos son para personas que son neófitas en el ámbito de la asistencia a
los estadios de futbol.. Nos vemos en la próxima. Chaucito.
(*) No confundir con Eugenia de Chikoff, esta
es Eugenia de Chitzoff, alguna tía lejana del ex jugador de Central, Colón,
entre otros.
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