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Ya estamos en vacaciones. Algunos estarán en la costa, otros en el sur, en Córdoba o porque no en el mismo hogar. También están aquellos que no se fueron de vacaciones porque se van más adelante o esos que ya las hicieron. Hoy mezclamos el futbol y las vacaciones, y nos salió esto:

El veraneante Cappa. El tiempo en la costa es inmejorable, hasta que él llega. Inmediatamente después de bajar del auto/micro/avión el descenso de la temperatura es inmediato. Las nubes en cuestión de segundos cubren toda la extensión del cielo y se larga el diluvio universal. El temporal dura lo que dure su estadía en el lugar. Suele putearse con todos los que le pasen cerca, desde la pobre empleada de limpieza porque no le dejo toallas a la que suele gritarle “cagones de mierda esconden las toallas” o al bañero por cambiar de bandera, “Que levantas la bandera la concha de tu madre” o al momento de pagar la cuenta del hotel al grito de “Que me cobras la reputisima madre que te pario”. Suele decir que le encanta disfrutar pero la realidad es que se pelea con más gente que Luis D’Elia.

El veraneante Caruso. Es el único que se va en marzo para aprovechar todos los tipos de promociones que haya. Generalmente se va con un grupo de jubilados, no le importa nada, en su afán de ahorrar plata es capaz de viajar parado en el 160 hasta la costa. En el micro con el resto de los jubilados se lo puede distinguir fácilmente, es el único que está armando quilombo y hablando a los gritos. A veces suele ser más molesto que oír a las mismas viejas quejándose de sus yernos. Una vez instalado en el hotel usa todos los elementos gratuitos, no importa si es una gorra de baño, un peine o fósforos, aunque no fume. No sale a cenar, subsiste a base de una dieta de playa que consiste en choclos, churros, panchos o fruta que se afano del desayuno del hotel. En la playa no disfruta ni del sol, ni del mar. Va a mirar culos los cuales son fotografiados a mansalva y puestos en su grupo un grupo de whatsapp. Suele apostar al tejo por con el resto de los jubilados y ganarles con trampa.

El veraneante Guillermo. Es el único que sale de vacaciones para llorar y protestar por todo lo que le cobran. Desde que compra el pasaje en micro o avión se protesta por lo que le cobraron. No tiene empacho en plantársele al vendedor de churros o al vendedor de choclos y putearlo de arriba abajo por lo caro que cobran, por más barato que sea. Al momento de colocar la sombrilla suele tener disputas familiares ya que él quiere colocar la sombrilla lo más adelante, casi en la orilla. Odia que el resto se meta atrás. Al termino de sus vacaciones protesta porque no le adicionaron más tiempo en el hotel.
El veraneante Bielsa. Hay dos variantes de este tipo de veraneantes. Una de estas alternativas es aquel que se toma vacaciones pero no se va a ningún lado. Se encierra en la casa a terminar trabajo atrasado o a ver fútbol mexicano o rumano. Disfruta mucho más viendo la técnica del 9 del Oțelul Galați que de chapotear en el mar o de sentir la fresca brisa de las sierras. La otra acepción es el veraneante “Bielsa” que efectivamente sale a la costa o a algún otro lugar pero con la salvedad que sabe todo. Meses (o incluso años) antes de viajar suele ponerse a investigar todo lo circundante a lugar donde va a estar. No importa si va a Mar del Plata, Santa Teresita, Carlos Paz, El Calafate o Mikonos. El Bielsista de libreto sabe absolutamente todo luego de una ardua tarea de investigación y de noches en vela. A cuánto está el choclo en las costas argentinas, las rabas en Gerli o a cuanto está el maní con chocolate en un quiosco cercano a la estación de Gelsenkirchen.

El veraneante Almeyda. No le importa si llueve, hay sol o caen meteoritos. A él no le importan los resultados sino como la pasa. Le pueden llover los 15 días que no se va a quejar, también puede ser que por un error ajeno se equivoque de ruta y tarde dos días más en llegar pero él nunca va a cambiar. Generalmente cuando está de vacaciones le roban la casa ya sea porque le entran por el patio de su casa porque tiene un fondo muy inseguro o porque tiene un portero muy malo.

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