Como una pregunta obligada, sonó el “¿Cómo salimos mañana?”.
No lo sé, no tengo un oráculo, no manejo profecías. Si tuviera algún poder para
hacer futurología, tal vez no estaría aquí, o tal vez si pero con menos
equivocaciones. Si puedo intuir, percibir, imaginar. No un resultado, si un día
después. Una jornada postrera. Un amanecer con banderas argentinas colgada de
los balcones. Banderitas amarradas en las ventanillas de los autos luchando
centímetro a centímetro contra el viento. Camisetas de la selección por
doquier. Al mismo tipo de siempre que se levanta a las 4 de la mañana para ir a
la fábrica. Ese que se toma un amargo infaltable en las heladas mañanas. Que
sale corriendo a la parada del bondi como el mejor de los wines. Gambeteando a
la adversidad, trabando protestando y puteando por esa roja que el destino o la
fortuna le saco, que lo dejo afuera de tantas cosas. Pero el lunes se sentirá
diferente, un océano de emociones y de sentimientos apretados en el pecho.
Es muy probable que el lunes, todos hagan su rutina
habitual, pero no será igual. No sé el resultado, ni por asomo me atrevería a
tirar un número, una estadística, algo frio y muerto. Pero sé que el lunes, el
sonido del tango será más machazo y más nostálgico, que conquistará a más y más
extranjeros. Y será un lunes como tantos otros, pero muy diferente. Es el único
resultado que me imagino.
Félix Sosa
No hay comentarios.: