Sálvanos del mal por favor te lo pido. Que tus manos alejen
el mal. Con fortaleza mirad y desafiad al verdugo. Que no haya lágrimas en esos
ojos luego de la ejecución, que todo sea alegría por haberos salvado.
Mirad al rebaño de ovejas que gimen a tu alrededor esperando
que tú, su pastor, aleje a ese lobo solitario y con mirada de fuego que
intentara entrar a la fuerza. Oh ilumínate y detened el mal que os intenta
hacer entrar el demonio, saltad, volad, volad hasta la eternidad para evitar
que nos hagan daño. Hacedle comer todo el daño a esos hombres de negro que tan
solo han venido a la tierra desde el infierno para impartir su maldad y
condenarnos.
Eres tú hombre solitario defendiendo el altar, evitando su
profanación. Oh por favor os ruego que no salga el grito sagrado de las
gargantas de aquellos guerreros impíos que turban nuestro castillo y están por
derribar la puerta, protégenos y ten la suficiente fortaleza para evitar la
caída de nuestra gloria de nuestro orgullo, de toda esperanza. Toma mi alma la
dejo en tus manos, acalla los alaridos que viento trae del páramo oscuro, solo
tu fe y tus manos podrán detener la pesadilla que se está por desatar,
sálvanos, te lo pido, sálvanos. En tus manos están la gloria del señor, la
alegría de los fieles, detén esa bola de fuego del mal que amenaza con destruirnos, sálvanos… ¡oh
sálvanos! No nos dejes morir… ¡por favor!
Se acerca la hora de la verdad, no nos dejes caer, sálvanos el alma con
vuestras manos ahora…
No hay caso, este pelotudo siempre hace lo mismo, ¡se morfa todos los amagues! Y eso que el
delantero anunció adónde le iba a tirar el penal y este culorroto va y se tira
para el otro lado. Anda a cagar boludo.
Antonio Schweinheim
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