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Las mejores frases futboleras de Julio. Parte II

"Yo creo que pase lo que pase en la final, Alejandro dejará de ser el entrenador de la Selección"
Eugenio López, representante y aguafiesta.

"Es mejor perder 7-1 que en penales"
Louis Van Gaal, dolorido.

"Vamos a ver si Argentina tiene suerte. Espero que la Copa se quede aquí en Latinoamérica"
P*l*, piedra.

"En 2006 y en 2010 Brasil no estuvo entre los cuatro primeros. Ahora sí. Y además, este equipo ganó la Copa Confederaciones el año pasado”
Luis Felipe Scolari, conformista.

“Le quiero pedir disculpas al pueblo brasileño, que nos apoyó a pesar del 7-1 y el 3-0. También tenemos sentimientos y nuestra tristeza es muy grande”
Thiago Silva, triste.

“Argentina tiene jugadores excelentes, merece estar en la final, con futbolistas de nivel mundial como Messi, Di María, Agüero y Mascherano, que es el líder de esa manada de lobos. Vi contra Holanda cómo impidió el gol de Robben. Se nota la actitud que tienen y cómo defienden a su país"
Bastian Schweinsteiger, tribunero

“Merecimos un poco más, hoy los de arriba no supimos definirlo, tuvimos todos ocasiones”
Lionel Messi, adicto a ganar balones de oro.

“Fue un partido muy duro y cualquiera pudo haberlo ganado,  dijo que sus jugadores están amargados, están tristes, quiero saber de usted, decime que se siente”
Periodista brasilero y termo, tratando de boludear a Sabella.

"Le dije a Götze que yo he jugado y ahora tienes que hacer el gol. Y lo hizo. Es sensacional"
Miroslav Klose, técnico.

"Demostrale al mundo que sos mejor que Messi y que podés definir el Mundial”
Joachim Löw hablando con Götze prendiendo el inflador anímico y la maquina de humo.

"El arquero golpea la pelota primero: yo no hubiera cobrado penal"
Pablo Lunati, amante de las cámaras.

"Los dirigentes vendimos entradas, pero a precio oficial. No hay una que pueda decir que fue con sobreprecio. Nos tomamos el trabajo en el hotel que estábamos instalados con Julio Grondona, padre e hijo, de vender las entradas. Por ejemplo el día del partido contra Bélgica, que ellos devolvieron entradas: atendíamos a la gente que podíamos atender, le pedíamos el documento, lo anotábamos en una planilla y le vendíamos las entradas a precio oficial. Nadie puede decir que se cobró un centavo más. Una cosa es vender y otra revender”
Luis Segura, comerciante.

"Messi se sacrifica por el equipo. Quiere ganar por encima de ser el mejor, el más goleador y el próximo Balón de oro"
Jose Mourinho, vendedor internacional de humo.

"No me importa una mierda ese estúpido premio. Usted se puede meter el premio en el culo"
Thomas Müller, educado.

"Román no aceptó la oferta"
César Martucci, destapando un champan.

So gehen die Gauchos, die Gauchos, die gehen so. So gehen die Deutschen, die Deutschen, die gehen so. So gehen die Deutschen
Alemanes termeandola.

“La idea de los jugadores surgió espontáneamente de la emoción y la alegría que se vio. Los deportistas no se burlan de nadie. Han querido celebrar con los aficionados. Lo siento si esto fue maliterpretado. Lo sentimos”
Wolfgang Niersbach, presidete de la DFB destermeandola.

"Juez, ¿esta es la final? Gracias es importante saberlo"
Christph Kramer, mareado.

“Me gustaría aclararlo. Eso (la canción que hicieron los alemanes) salió hace mucho tiempo de un grupo musical. Incluso el Bayern Munich lo empezó a usar en el vestuario. Yo fui partícipe de esos festejos y cada vez que ganábamos una copa o una liga hacíamos ese festejo, incluso haciendo el trencito, no como lo hicieron ellos ahora. Esta vez nos tocó a nosotros”
Martin Demichelis, desdramatizando.

“Este fin de semana decido qué hago"
Alejandro Sabella, lento.

“De Bianchi no voy a opinar. A partir de hoy, el mejor entrenador del país está acá al lado mío y es el que nos va a llevar a Primera”
Juan Román Riquelme con nuevo padre.

“Azzaro te crees muy vivo y no te conoce nadie ¡cállate la boca!”
Cacho Riquelme, atendedor de boludos.


Frases tomadas desde el 11/07 al 20/07 inclusive.

Sábados de Fontanarrosa. Hoy: Humor Gráfico.

Algunos chistes que fueron publicados en la pagina numero 2 de Clarín.











Milagro moderno.

Los recibí en mi piso, en Madison y la 37, allá por Diciembre. Hacía un frío lacerante. Tardaron un rato en decidirse a pedírmelo (un absurdo, dado que habían volado miles de kilómetros exclusivamente para eso), hasta que al fin lo hicieron.

“Lo que necesitamos es irnos al descenso” se animó el Doctor Gómez, primer candidato de “Pasión Rojiblanca”, sin que le temblara la voz. Su compañero de fórmula, un tal Palatino, más joven e inexperto, empezó con las excusas. “No es lo que parece. Nosotros amamos al Club, pero así no puede seguir. Necesitamos un cambio de mando o desaparecemos, y el hincha sólo descendiendo será capaz de…”

Lo corté en seco. “Eso no me interesa. Lo que quiero saber, antes que nada, es cómo vinieron a parar acá.” La respuesta me debe haber descompuesto la expresión. “Martínez es mi yerno, y me contó lo que hizo con Defensores. Queremos algo parecido” me dijo Gómez. No hay caso. Por más que uno se esfuerce por mantenerse en las sombras, por no trascender más que como “un tipo que viene de parte de alguien”, el chusmerío criollo termina por imponerse. La rabia me duró un par de segundos. No valía la pena hacerse problema por algo inevitable. Además, con despachar a esos dos tipos el asunto quedaba en el olvido nuevamente.

“Imposible”, les contesté, “Preséntense a elecciones si quieren conducir el club. No sé a qué creen que me dedico, pero evidentemente se equivocan”.

“Pero nos vinimos hasta acá, le contamos todo, nos expusimos así...” empezó a protestar Palatino.

“No es problema mío” volví a interrumpirlo. “Además, y perdoname que te lo diga: hablás mucho, pibe. Y decís muy poca cosa que valga la pena”.

Palatino, ofendido, se levantó para irse. Gómez no. Tenía una expresión abatida en el rostro. “Estoy quebrado”, se sinceró. “En pocos meses me quedó sin nada. Las dos empresas, mis ahorros, y todo lo que tengo. Junto a la cancha, el club tiene unos terrenos que dan a la calle, donde hay algunas canchitas de tenis, un playón. A media hora de Buenos Aires, en un lugar más o menos céntrico… en fin, valen mucho. Ya hablamos con una empresa constructora. Quieren los terrenos. Le harían dos nuevas tribunas a la cancha, de cemento. Bajarían plata para jugadores, nos acercarían nuevos socios… en fin, nos permitirían refundarlo. Y a mí, me permitirían rehacer mi vida. Todavía tengo tiempo. No mucho, unos meses. Pero necesito la presidencia. Y las elecciones son en dos años… es preciso un milagro. Y me dijeron que usted los hace”.

Lo escuché sin abrir la boca. Pregunté por preguntar, porque sabía la respuesta: “¿Cómo va a pagarme, si está en la lona?” “Los pocos ahorros en líquido que me quedan, son suyos por adelantado. Y ni bien consiga la presidencia, aunque tarde en acordarse la venta de los terrenos, podemos darle jugadores de inferiores. O la escritura de mi casa, llegado el caso…”

Riesgoso, poco rentable, sin garantías. El negocio no valía la pena. Pero estaba un poco aburrido, y Gómez me había caído bien. Me simpatizan los tipos que no se resignan al abismo. El hombre es un animal, y tiene que pelear en la jungla con las herramientas que tenga, sin absurdos reparos morales de filósofos forrados en plata. Además, yo también estuve alguna vez quebrado. Lo había necesitado para tomar impulso. Y el tema del pago, en fin, quizás pudiera arreglarse.

Les pedí un tiempito para pensarlo. En esos días, me dediqué a hablar por teléfono. Hice las llamadas necesarias para decidirme.

A la semana les respondí. Iba a hacerlo.

Viajé a la Argentina en Febrero. Todo parecido: la humedad insoportable, los vivos de siempre en Ezeiza, idéntica familiaridad en el trato, buena comida, y las mismas facilidades para operar.

Lo primero fue analizar al equipo. Eran, casi todos, muy malos. Venían medio flojos de promedio, y después de una primera rueda bastante pobre. Con un poco de suerte iban a hacer mi laburo ellos. Pero no quise arriesgarme con el 9: Juárez era (según Paco, al que llamé ni bien pisé Buenos Aires) de los mejores delanteros de la categoría. Así que me junté con el pibe. Le conté que era operador de varios clubes europeos (Antoniale, del Parma, me debía algunos favores y ya había hecho los llamados pertinentes para allanarme el camino). Le hice ver lo que valía. Le hablé de cifras, de casas, de proyectos. El pibe entró como un caballo, y a la semana estaba presionando para que lo vendieran. Después, obviamente, enfríe todo, pero dejando entrever que el pase se caía esencialmente por la intransigencia de los dirigentes, que le estaban cortando la carrera. Entre sanciones disciplinarias que lo dejaron afuera un par de fechas, y la desmotivación lógica del pibe, terminó haciendo menos de la mitad de los goles que en la primera rueda.

En AFA lo toqué a Jaimito, para tener de primera mano la opinión de la calle Viamonte. No había escollos por ese lado: sin salvavidas de ningún tipo, sin empresarios ni políticos que lo apadrinaran, el club no era estratégico por ningún concepto.

A las diez fechas venían barranca abajo y habían rajado al técnico. Juzgué que era momento, y organicé la reunión con los directivos. Me presenté como operador de una empresa constructora, interesada en negociar terrenos del club para construir propiedades. Hice una oferta lo bastante mala como para ser rechazada, pero no lo bastante ridícula como para ser desestimada tan fácilmente. El presidente, muy en su papel, se enojó bastante: que eso nunca, que antes descendidos, que la pasión eterna (esto me divierte especialmente: en el Gran Potrero Argentino se la pasan hablando de pasión, y esto ya no tiene absolutamente nada que ver con esa palabra; de hecho, ya no sé si alguna vez tuvo mucho que ver con eso). De todas formas, no todos se mostraron tan decididos a rechazar el acuerdo. Los resultados mandan, y las finanzas estaban tan mal como la del resto de los clubes. No se llegó a nada concreto: justo lo que quería. No me estoy adjudicando mérito alguno; cuando no sabés qué quiere el otro, es imposible negociar adecuadamente. Y esos tipos no tenían idea de mis reales intenciones.

Días más tarde, llamé a Palatino y le indiqué los pasos a seguir. No entendió mucho, pero obedeció. Vía redes sociales se filtró la reunión, se armó el conventillo consecuente, y hasta el Doctor Gómez apareció en algún medio denunciando que “la Comisión Directiva actual no sólo nos manda al descenso, sino que además quieren rifar los terrenos por el pancho y la coca”. Esto levantó más polvareda, y además puso en los diarios el nombre de Gómez y su agrupación. Era difícil que los medios masivos le dieran manija a un conflicto de una institución del Ascenso, pero le hice llegar algunos mangos a Pagani (para mí, un ejemplo de construcción de imagen: lírico y “de barrio”, cuando toda la vida fue corporativo, aceptó bajada de línea y arregló por monedas). Así que hasta hubo menciones en programas deportivos muy vistos.

Después armé la interna en la barra. Me junté en una parrilla con Jorge y Chingolito, dos delincuentes que habían sido desplazados un par de años antes por los que ahora dominaban la hinchada. Les adelanté algo de guita, los conminé a recuperar la tribuna con su gente, y los mandé a hablar con el Jefe de la Brigada, puenteando al comisario. Para terminar de enquilombar el asunto, les remarqué que atrás de toda la movida estaba Tomassi (el vicepresidente del club). La reunión fue corta, puntual y definitoria: los tipos sabían claramente lo que querían y no indagaron demasiado acerca de mi persona. No me esperaba tan buenos resultados. Con los directivos había perdido un montón de tiempo escuchando pavadas y dando vueltas sobre lo mismo.

No me quedé a ver el final. Buenos Aires me deprime especialmente en invierno. Pasé unos días en el Caribe, y allí me llegaron las noticias que había sembrado. Con el equipo descendido tres fechas antes, la cancha inhabilitada por los sangrientos incidentes derivados de la interna en la barra, e interminables acusaciones cruzadas en la Comisión Directiva, llegó el hastío de los hinchas, que tomaron el club y fajaron a unos cuantos. Ante semejante estado de cosas, se convocó a elecciones anticipadas, y los integrantes de “Pasión Rojiblanca” pudieron asumir el mando sin escollo alguno, con carta blanca para “refundar un club moderno y competitivo, recordando nuestra inoxidable gloria pero sin añoranzas exageradas del pasado, a tono con el siglo 21, etc.”.

También aproveché la playa para reflexionar un poco: durante esos meses, no había llegado a disfrutar el trabajo. No con la adrenalina de antaño. Evidentemente, era conveniente jubilarme. Comodidades no irían a faltarme durante mi retiro.

Gómez y Rossi volvieron a visitarme en Octubre. Entusiasmados, me aburrieron un rato con la actualidad del equipo (iba segundo tras un arranque auspicioso, jugando muy bien) y por supuesto me comentaron lo que ya sabía: que en Asamblea Extraordinaria, los socios habían aprobado (dada la situación económica desesperante, y las ventajosas condiciones obtenidas por la flamante Comisión Directiva) la venta de los terrenos aledaños a la cancha, en los cuales había dos canchas de tenis, dos de fútbol cinco y un playón. A cambio, los compradores construirían tribunas de cemento, aportarían mucho dinero para contratar jugadores y cubrirían los costos de asociar por dos años a todos los futuros propietarios de los departamentos a construir que quisieran pertenecer al club. Me trajeron camisetas (no sé qué haré con ellas, de ponérmelas ni hablar), y se deshacían en elogios. El Doctor Gómez fue al grano:

“Podemos irle pagando con algunos jugadores de inferiores. Le traje la ficha de cinco proyectos que consideramos viables. Además, estamos por conseguir los primeros adelantos por los terrenos, y con parte de eso…”

Me apiadé de los pobres tipos. Eran unos improvisados, pero ya habían sufrido bastante. “No se preocupen”, les dije, “yo ya cobré mis honorarios.” Me miraron como se contemplaría a un extraterrestre. Me causaban tanta gracia sus expresiones que les conté mucho más de lo que necesitaba contarles. “En Diciembre, cuando nos conocimos, no traían precisamente una oportunidad de inversión sólida. Así que ubiqué a la empresa constructora interesada, no me costó mucho. Parece que los terrenos que les vendieron valen un dineral… en definitiva, ellos ya me pagaron. De paso, permítanme un consejo: inviertan responsablemente. Hagan mejor uso de los recursos de la institución que sus predecesores. Están de por medio los sentimientos y el esfuerzo de mucha gente; ignorantes, manipulables, pero bien intencionados y generosos. Son miopes, que no saben mirar más allá de un resultado deportivo. Pero el resultado es una mera consecuencia; los partidos se definen en otro lado. Ahí juegan ustedes. Háganlo bien.”

El asombro no desapareció de las caras. Al contrario. Gómez se animó:

“¿Qué es usted? Vine a verlo desesperado, como se va a ver a una bruja, sin terminar de creer que pudiera hacer algo para ayudarnos, menos en tan poco tiempo. No hay caso, mi yerno tenía razón, usted hizo el milagro… ¿Cómo es posible? ¿Qué es usted?”

“Nada más que un articulador, doctor”, le contesté amigablemente. “Alguien que tiene los contactos necesarios, y que concilia intereses. Pero antes, mucho antes, fui un hincha, apasionado como cualquier otro. Sólo así se entiende lo que está en juego.”

Al retirarse, entre más efusivos agradecimientos, me invitaron a ver un partido cuando quisiera viajar a Buenos Aires. “No gracias, muchachos”, les contesté. “Lo mío son los negocios. El fútbol, la verdad, hace rato no me interesa.”

Nicolas Monja

El antiequipo de la semana

Click sobre la imagen para agrandar. 
Arriba: Alejandro Sabella (Subcampeón mundial, lento, aburrido, tipo de barrio, demoron); Diego Armando Maradona (Ex entrenador de la selección argentina, criticón); Gustavo Gómez (Jugador de Lanús, goleador en contra, desafortunado); Víctor Ayala (Jugador de Lanús, defensor amateur, goleador en contra); Ezequiel Lavezzi (Jugador de la selección argentina, sex symbol, jodón); Vicky Xipolitakis (Descerebrada, plastificada, proyecto de botinera)

Abajo: Juan Román Riquelme (Jugador de Argentinos Juniors, abandono a Ledesma, buen hijo, buen hermano); Carlos Bianchi (Entrenador de Boca, ex segundo padre de Riquelme, dormido); Cacho Riquelme (Padre, buen padre, quilombero); Periodismo (Fabuladores compulsivos, vendehúmos); Teo Gutiérrez (Jugador de River, futuro ex jugador de River, quilombero, hinchapelota)

Todo indicaba que Alejandro Sabella iba a confirmar su continuidad o su salida el pasado día miércoles, sin embargo “Pachorra” le hizo honor a su apodo  dijo que se iba a tomar algunos días más para seguir pensando su decisión final. Si don Alejandro demora en pensar si sigue o no como lo que tarda en para meter un cambio, la decisión estaría unos minutos antes de la fiesta inaugural de Rusia 2018. Encima hay alguien que estará dispuesto a ser el próximo entrenador y que ya comenzó con la operación para ello ¿Diego Simeone? ¿Gerardo Martino? No, Humberto Grondona y que ese te quiera serruchar el piso es grave, porque puede terminar de DT, si total, todo queda en familia. En definitiva, Sabella no dijo que si ni que no, pero el periodismo ya está buscándole reemplazante porque en esto del lobby desmedido hay que ser rápido. El periodismo tiro nombres como para armar una lista sábana y votarla en las próximas elecciones, si Sabella llega a decir que sigue, no se sabe si pagarían por el lobby hecho, pero al menos lo intentaron.

Además Sabella en la semana tuvo una feroz crítica por parte de Diego Armando Maradona, quien también le dio a Juan Román Riquelme. El coequiper de Víctor Hugo en “De Zurda”, dejó atrás su faceta moderada y critico el “tocuen” de Sabella. Diego le dio a Sabella más fuerte que Neuer a Higuaín y no solo lo tildo de defensivo, sino que dijo que Messi en el mundial 2010 jugo  “cinco veces mejor” que en el último mundial. Además propuso a Menotti como reemplazo de “Pachorra”.  Entre que Maradona demora décadas en redondear una frase y Sabella una eternidad en responder algo, esta pelea podría llegar a terminar en el 2025. Por suerte el Diego luego se reencontró con la pelota en un partidito jugado, ahí en la cancha es donde mejor habla y en donde a todos le gusta lo que dice con sus pies.

Lanús y Atlético Mineiro protagonizaron un partidazo por la vuelta de la final de la recopa sudamericana. En un partido para el infarto, el conjunto Granate logro poner el 3-2 casi, casi en el último segundo del tiempo normal. El arbitraje fue parejo, porque el árbitro se equivocó todo el tiempo, para un lado o para el otro. Sin embargo Lanús lo empato globalmente —en Buenos Aires gano el Mineiro y recordemos que en finales el gol de visitante no corre— y forzó el alargue. Parecía que la proeza se realizaba hasta que Gustavo Gómez en una acción desafortunada y en complicidad con el arquero Marchesin la mando en contra de su propio arco. Bue, cosa del destino, que se le va a hacer, un error lo tiene cualquiera. Pero iba a llegar otro gol de Lanús… pero en contra, esta vez Víctor Ayala, en una jugada digna de un “defensor amateur” la mando de cabeza adentro de la red. Gracias a esos dos goles, los brasileros del Mineiro pudieron festejar algo no ganado por Alemania después del mundial, mientras agitaban banderas brasileras con los colores teutones.

Ya finalizo el furor mundial y con ello las hormonas femeninas bajaron por el “Pocho” Lavezzi. Sin embargo ahora el jugador del Paris SG sale en revistas del corazón porque lo vinculan con Vicky Xipolitakis, por dichos de la palangana plástica con patas. Por tal motivo Lavezzi dijo que le iba a iniciarle acciones legales. Lejos de desmentir los rumores o de irse al maso, la ¿Vedette? Dijo que “Ahora si se pudrió todo, ya hablé con Morla, mi abogado. Le hago juicio a Lavezzi y voy hasta las últimas consecuencias“. Ahora solo falta que el “pocho” apriete el pomo, largue un chorrito de agua como para descomprimir la cosa, porque es jodido meterse con el sindicato del plástico. Además la señorita oriunda de Lanús como para seguir cartoneando cámara, dijo que fue la novia de Gago y que este le dio su número a Lavezzi. Darle a la Xipolitakis debe ser como darle a un Yummy gelatin gigante. En cualquier momento la Xipolitakis para robar algo de cámara va a decir que “estuvo” hasta con el papa Francisco.

Con la partida de Juan Román Riquelme a Argentinos Juniors parecía que la novela con Boca llegaba a su fin, pero no sucedió porque faltaba un último capítulo. En su presentación en Argentinos Juniors, los periodistas obviamente le preguntaron por Carlos Bianchi, por Boca, y por abandonar y dejar huérfano a Ledesma en Boca. Riquelme era (y lo es históricamente) una figura emblemática de Boca, sin embargo la presentación era de Argentinos Juniors y algunos periodistas no solo le preguntaron por Bianchi, sino que también le avisaron a Riquelme que Boca había hecho un gol, siendo algo desubicado en plena fiesta de Argentinos Juniors. A pesar de todos estos “condimentos indigestos” del periodismo, la respuesta de Riquelme fue: "De Bianchi no voy a opinar. El mejor técnico del país está acá, al lado mío. Y es Borghi". Frase que fue explotada a niveles insospechados de humo ¿Qué quiso decir Riquelme con eso? Algunas opciones son estas:

A) Por respeto a Borghi y a Argentinos, Riquelme decía que el mejor era Borghi. Punto final.
B) Que Bianchi era un forro, un mal tipo, que no había gargajeado en la cara a Angelici para que él siga en Boca.

La opción A parece la más viable pero el periodismo exploto con la B. Se habló hasta de una pela, lo fueron a buscar a Bianchi para que hable del tema, el Virrey los sacó cagando más rápido que el “Chiqui” Pérez encarando a la bandeja de los postres. La cosa es que se habló en todos lados y hasta “Cacho” Riquelme salió a hablar en el Show del Futbol —Otrora #ElProgramaDeFantino— y lejos de apaciguar la cosa intento apagar el incendio con 200 litros de nafta y alcohol de quemar al sostener que: “Bianchi no había hecho nada para mantener a Riquelme en Boca”. Tuvo que salir hasta Angelici a decir que el Virrey le había pedido en varias oportunidades retener a JRR10. Bianchi lejos de sumarse a los dimes y diretes, dijo que Riquelme es irremplazable. A esta novela solo le fato Vicky Xipolitakis diciendo que tuvo un trio con Riquelme y Bianchi.

Otra vez Teo Gutiérrez tiene un paradero desconocido e incierto. El colombiano debía aparecer en la mañana del 24 de Julio en River pero se pensó que D’Onofrio era el presidente que tuvo River entre 1997-2001  y lo dejo pintado (perdón, perdón, perdón). Luego del desplante, Teo hablo y dijo que su intención es continuar en River y que hoy se presentaría a entrenar. La cosa no cayó muy bien en el cuerpo técnico y Gallardo exigió más respeto”. Otra novela que recién empieza y en la que esperemos no aparezca Vicky Xipolitakis diciendo que le lustro la pistola a Teo.


Una vieja moda que vuelve: Las triangulaciones. Algunos Tips para comprender el tema

Un buen día volvió a instalarse el tema de las triangulaciones. Tema que exploto allá lejos y hace tiempo y fue explicado por Fantino cuando conducia “El Show del Fútbol” en el 2012 con un hilarante cuadro hecho en base a fibrones, de ahí la imagen que ilustra esta nota. El caso resonante fue el de Bottinelli. Esta vez el tema volvió en forma de Rulli. El arquero de Estudiantes paso a la Real Sociedad, pero antes su pase hizo una “escala técnica” en Uruguay. He aquí una breve explicación de las triangulaciones y algunos tips para entenderla.

¿Qué poronga es esto de las triangulaciones?

Los clubes/grupos empresarios/representantes/garcas  generalmente utilizan este tipo de huecos legales para pagar menos impuestos o para “tirar abajo” el monto total de la operación por la que se llevó a cabo el traspaso. La AFIP sospecha en estos casos que hay “Opacidad Fiscal”.

¿Qué es la opacidad fiscal?

Son los paraísos fiscales, debe llamarse así porque tratan de Opa al fisco (argentino o de otras latitudes). Bue, en realidad es Opacidad porque no se puede distinguir un carajo impositivamente, vayamos a un ejemplo gráfico:

Va un narcotraficante/ un político que se llevó del país hasta el agua de los floreros/ vendedor de armas/ don Julio a depositar 8 mil millones de dólares a las Islas Cayman, el cajero del banco le dice “Déjelos por ahí, bro”. Cero preguntas, pura discreción.

Ahora imaginemos la misma situación pero en vez de un narcotraficante o un político que se llevó del país hasta el agua de los floreros o un vendedor de armas o don Julio, imaginemos a un laburante que acaba de gastar más de $2.000 en un supermercado de acá. “Señor, se pasó de los mil pesos en la compra, debemos informarle a la AFIP para que usted declare de dónde saca la plata para comprar leche en polvo, usted anda en algo raro”.

El tema radica en la información, cuando se hacen transacciones de club a club en la Argentina, siempre que la plata, la biyuya, la mosca supere un determinado monto, se deberá informar para que obviamente se pague un correspondiente impuesto.

Ahora sí, llegamos al momento de la “triangulación”. Vamos a poner un ejemplo, para ello vamos a modificar el nombre del jugador asi no genera suspicacias. Llamaremos a nuestro jugador involucrado “Yonathan Votineli”.

Supongamos que Yonathan Votinelli se vendió en la Argentina a 100 pesos. De esos $100, seguramente $20 van para el representante, $25 para el intermediario, etc. Obviamente que el representante, el intermediario y todos los buitres que cobraron algo, van a tributar ganancias, entre otros impuestos.
En cambio, si viene desde la Unión San Felipe de Chile o de Deportivo Maldonado, podemos decir que, el pase de Botinelli… perdón, Votinelli, nos salio $3, cuando en realidad salio $100. Las cometas van a estar mejor pagas y lo mejor es que no hay que pagar impuestos sobre eso, porque no está declarado. La diferencia va repartida y se deposita en paraísos fiscales. Al Club que oficio de “segunda punta” en este triángulo le tiran un billete y todos contentos.

¿Por qué volvió a salir a flote este tema?

Porque Gerónimo Rulli, arquero de Estudiantes de La Plata, paso a la Real Sociedad, pero en la Real Sociedad figura como que vino de Deportivo Maldonado.

¿Por qué siempre sale algún caso como este?

Porque los representantes o intermediarios además de ser ávidos de dinero son medio pajerones. Rulli (ahora), Bottinelli (antes) son jugadores dentro de todo conocidos. Nótese que esto de querer currar sucedió hasta con Neymar.

¿Qué deberían hacer los representantes y/o intermediarios?


Deberían no mentir, pero si quieren seguir currando con evadir y/o eludir deberían ser más despiertos (si, más aún) y poner a triangular jugadores pocos conocidos. Que Rulli de reciente temporada en Estudiantes haya ido de Maldonado a la Real Sociedad despierta la sospecha hasta de Fernando De La Rúa. Son unos pelotudos barbaros o se sienten con demasiada impunidad.

¿La AFA esta haciendo algo al respecto?


Si, se está ocupando del tema pero últimamente no tuvo mucho tiempo porque están todos sus miembros ocupados tratando de poner a Humberto Grondona como DT de la selección mayor sin que prendan fuego el edificio de la calle Viamonte.


¿Podria haber clubes sancionados?

Si, quita de puntos a Chacarita, Nueva Chicago y Almirante Brown. Algunas butacas clausuradas en la Bombonera y la inhabilitación para hacer ese chiste quemadísimo.

¿Quién está metido en el tema de las triangulaciones?

En su momento uno de ellos era Vicente Celio, ex presidente de Chacarita. No contento con mandar a Chaca a la primera B metro, ahora se dedica a garcar a clubes uruguayos y al fisco. “Yo me fui de Chacarita y al tiempo fui convocado para manejar la parte deportiva de Sud America (club uruguayo)”. Si claro, en Chacarita también te convocaron para que te lleves todo el patrimonio del club. Encima de garca, cómico. Raúl Delgado, ex secretario de medios de Carlos Menem es la “pata” en Unión San Felipe de Chile. Un lindo grupo de gente, bah.

¿Los jugadores saben del tema?


Algunos jugadores no deben saberlo y otros jugadores se hacen mas los boludos que Grondona con el tema de la reventa de entradas en el Mundial.
Me gusta lo que hizo la AFIP ¿Me van a tildar de Kirchnerista?
Seguramente.

Me parece que la AFIP debería hacer más controles en el tema, estos no son suficientes ¿Me van a tildar de opositor?

Seguramente.

Bien. ¿Cuándo van a investigar a Grondona?

Este… eh… mmm… este… Nunca.

¿Grondona que dijo a todo esto?

Según el mismo Grondona, se puso contento, claro ¡Como no se va a poner contento si no lo investigan a él!

¿Ya salió Cherquis Bialo a decir incoherencias?

Ni bien encuentre las llaves del sotano de la AFA y logre salir de donde esta cautivo don Ernesto, seguramente dirá alguna barrabasada por el estilo.

Las mejores frases de Niembro del San Lorenzo 5 - Bolivar 0





 











Agradecemos de corazón la siempre excelente predisposición de Juan Augusto Erman (@JJJuanErman) para colaborar con las frases que sin él no hubiese dio posible.

¿De qué te ponés contento?

 Yo la verdad es que no te entiendo Cacho, la verdad que no te entiendo. Ni a vos, ni a todos aquellos que van a una cancha. O a esos hincha...


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