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El antiequipo de la semana

 


Arriba: Barras de Racing (Termos vengativos); Barras de Deportivo Cali (Barras con manoplas, facas, destornilladores y robabanderas); Barras de Independiente sector disidente (Repartidores de piedras contra la policía, Bebotistas).

Abajo: Chacarita (Club caído en la miseria); Kylian Mbappé (Bocón, doble de Donatello); Independiente (Club caído en la miseria, quilombos políticos, de barras y deportivos)

Selección.

El 25 de mayo estuvo bastante movido, la barra celeste y blanca se agolpó, pero no en el Cabildo, sino en la estación Gerli para entrar a la formación e ir a buscar a los hinchas de Cali para propinarles una serie de afectuosos puntazos y puñaladas en forma de venganza, ante la azorada vista de los señores y señoras pasajeros/as. Hace un tiempito, los de Cali le robaron un trapo a Racing, la bandera de Burzaco. Como era de esperarse los barras/hinchas colombianos subieron a las redes posando con la bandera (dicho sea de paso fue un hurto y no un robo mano a mano) y los de Racing clamaron vengarse, también fueron a la justicia e hicieron la denuncia. El hecho que sucedió el miércoles., terminó con un saldo de 6 hinchas de Deportivo Calí con heridas de leves a graves. La estrategia de guerra era ir a agarrar a los hinchas del club colombiano en el banderazo que estaban haciendo en el obelisco, pero dicho banderazo duro poco ya que desde tempranito empezó a circular la versión que los de Racing iban a buscarlos ahí. En el medio el usuario común y corriente del Roca, esos que volvían o iban a trabajar, o aquellos que iban o volvían de recrearse en un día feriado. La pobre gente quedó con un cagazo terrible, pero la barra de Racing les avisó que no eran con ellos y fueron con lo contra los colombianos. La cosa no terminó ahí, porque el jueves detuvieron a 50 integrantes de la barra de Deportivo Cali, todos con cuchillos, facas… cualquier cosa que pueda dar puntadas ¡Qué linda es la patria grande!

 

Otros que repartieron de lo lindo el 25 de mayo, y no escarapelas precisamente, fue la barra disidente del Rojo a cargo de Bebote que repartió cascotazos contra la policía, que repartió balas de gomas en lugar de pastelitos. Todo terminó en… ¡163 detenidos! Entre los cuales había un… ¡policía de la ciudad! Realidad mata cualquier parodia, hermano. Y no, Bebote no quedo detenido. La cosa es que querían entrar a lo guapo a pesar del derecho de admisión, les dijeron que no y arranco la lluvia de piedras y balas de goma. Los 163 terminaron detenidos en la comisaria primera de Avellaneda, con más gente adentro que un poster de buscando a Wally. Si le ven el lado positivo, el APREVIDE le ahorro el disgusto de ver lo espantoso que jugó el Rojo y como se quedó afuera de la Sudamericana, el único objetivo que le quedaba en pie, que ahora pasó a ser la Copa Argentina.

Y ya que estamos con Independiente, es un caos institucional, deportivo, económico y de barras. Todavía ni rastros de las elecciones. Económicamente le debe plata a todo el mundo y está más embargado que Argentina en el 2001. Deportivamente da ulcera de córnea verlo jugar, y esto no es culpa de Eduardo Dominguez, aunque sabía a donde se estaba metiendo. En la Copa de la Liga quedó lejos rápidamente, en la Sudamericana out y solo sobrevive en la Copa Argentina. Un quilombo por donde se lo mire. Doman apunta a Moyano, Moyano a Doman y el hincha se apunta a los huevos al ver como el club está quedando devastado por egos, disputas de poder y coso.

Y don Kylian Mbappé se agrando como la mierda después de ser el jugador mejor pago y que le dieran las llaves del club y el rosquete del jeque para que siga en el PSG. El jugador parecido a Donatello de las tortugas ninjas salió a decir que Argentina y Brasil no jugaron partidos de mucho nivel. Bueh, hablo el señorito cuya selección en eliminatorias enfrentó a Kazajistan. Déjate de hinchar las pelotas. También habló del nivel de las ligas sudamericanas que no están tan avanzadas como en Europa. Y no papá, si la guita la tienen toda ustedes. Pero te quiero ver jugar el Nacional B o en la Primera C. A la primera bocha que tocas, un defensor te deja sin hígado y perdes tres dientes y ya estas pidiendo refugio en la embajada de Francia. Está bien, Francia es el último campeón del mundo y está bien, pero tampoco te agrandes amigo si hasta 1998 solo tenías una Eurocopa, una medalla olímpica dorada y una Copa Kirin. Gato.

A Chacarita le pidieron la quiebra. Pobre chaca hace rato que no levanta cabeza, ni deportiva, ni económicamente. Tiene que pagar la módica suma de USD 163.000 por un quilombo de porcentajes de juveniles (que ahora ya están más cerca de la jubilación) como Lisandro López o Cachete Morales. Esto viene desde hace rato, la dirigencia anterior había llegado a un arreglo, que después se incumplió y otra vez le pidieron la Quiebra. Desde el club pusieron a disposición una cuenta corriente para que los hinchas depositen ahí y también dispuso de un bono. Dale Elon Musk, copate, para vos es un vuelto, compraste cada pelotudez amigo, ayuda a los de Chaca y pone a Tesla de sponsor.

Consultor espiritual, no mago

¿Sabes lo que pasa? Todos te tildan de chanta ¡Todos, eh! Nadie te da una oportunidad. Claro, porque en este país es muy fácil etiquetar al otro. “Ahí va el chanta”, te dicen. Por más que los resultados estén a la vista. Acá para que te creantenés que ser político. Y un político garca. Cuanto más garca mejor. Vas de traje y corbata y ahí sí te respetan. Por más que te hayas cagado en medio mundo y que te hayas robado medio congreso.  Acá escuchan la palabra “espiritualidad” o “hechizo” y ya sos un ladrón. Un ladrón de gallinas, eso es lo que sos. Por más que le cambies la vida a la gente que asesorás. Si te dedicás a lo espiritual sos un cagador. Más si sos un sanador. Sos chanta. Punto, no hay vuelta que darle.

Vos le cambiás la vida a la gente, pero al resto le chupa un huevo. Peor si te dedicas al fútbol. Pfff, peor. Lo digo porque yo me dedico al fútbol. Y mirá que yo he hecho milagros. He laburado como un burro. ¿Se acuerdan de Pelligatti? El delantero que pasó de Ferro a Boca. Claro, como no lo van a conocer si hoy está jugando en el Milan y en la selección. Bueno a ese flaco le salvé la carrera. En Ferrocarril Oeste era un goleador eximio. La metía hasta con la nalga derecha. La pelota rebotaba en un rival, le pegaba a al juez de línea, picaba en el banderín del córner y le quedaba a Pelligatti en el medio del área, para empujarla. Un culo termonuclear.  Cuando pasó a Boca daba asco. No le hacía un gol ni al Arco del Triunfo. Quería escupir al suelo y le erraba. Cuatro partidos estuvo así. Pobre flaco, lo cargaron todos, hasta el técnico lo boludeaba en conferencia de prensa. No podías abrir ninguna red social sin ver un meme del chabón errando. Hasta que me vino a ver. Claro, no creía una mierda en mí y mucho menos en mis “poderes”. Le  cerré bien la boca. A la otra fecha de haberme consultado, se despachó con tres goles y no paróde meterla partido tras partido.  Obviamente, el flaco me quiso pagar un vagón de guita. Le dije que se la donara al comedor de una iglesia. Por un lado, con la publicidad que me iba a hacer Pelligatti, yo ya estaba hecho; por el otro, lo mandé a que done esa guita a la parroquia del barrio porque después dicen que uno es un brujo adorador del diablo, que hace pentagramas en la vereda, que invoca hasta a SatanásPáez y que votó a Menem en el ‘95.

Después de eso me vino a ver el presidente de un equipo grande. No puedo decir el nombre porque lo prendo fuego, pobre. Hacía siete años que no salían campeones. Acá les podría mentir y decir que con mi intercesión dieron la vuelta olímpica, pero la verdad es que no acepté el caso. Uno no puede aceptar estos casos, son imposibles. Soy un consultor espiritual, no un mago. Por más que venga Mandrake, si los dirigentes se mandaron cagada tras cagada y encima los jugadores son horrendos, yo no puedo hacer nada.Me quemo para siempre. Caso contrario al que me pasó con otro equipo. Un equipo chico. Habían armado un equipazo pero no lograban embocarla en el arco. Mucho menos ganar. Me acuerdo que vino su entrenador para ver si podía darle una mano. Después de interiorizarme bien, y de ver que los jugadores eran buenos, pero que estaban teniendo una mala racha, me fui a la cancha, hice algunas “sanaciones” o “trabajitos”, les dije que había una traba que se las había hecho el rival, pero que ya la había alejado y a otra cosa. Metieron ocho partidos ganados al hilo. Entraron hasta a la Libertadores.

¿Sabes cuál es la posta de esto? Yo les voy a contar la verdad de la milanesa. Seguramente después de que les cuente esto les voy a parecer un chanta, pero soy honesto y les tengo que batir la justa…¿Ustedes vieron que alguna cábala funcione?  De verdad, eh. Seguramente me van a decir que sí. Yo no sé cómo puede ser que el calzoncillo rojo que algunos suelen usar por cábalalos días de partido logra que la pelotita entre en el arco. Imposible. Pero la cábala funciona como un refugio, como un manto sagrado, es un colchón al que uno se tira. La mayoría de las veces las cábalas no funcionan pero uno las sigue usando igual. Si todas funcionasen, todos los equipos saldrían campeones en un mismo torneo. Pero uno va confiado. Y ahí está el asunto, mis queridos amigos: la confianza. Cuando a uno no le salen las cosas, la confianza se le va al carajo. Las dudas comienzan a aflorar y el jugador comienza a dudar de todas sus capacidades. A medida que la presión aumenta las dudas son mayores. El tiempo pasa y al jugador no le sale una. Hasta que inevitablemente meta una y empiece a ganar confianza de a poquito. Pero ese poquito puede ser un mes, dos meses, un año. Y el tiempo es vital en el fútbol. Es ahí donde aparecemos nosotros. Cuando al fútbolista o al equipo le decís que la culpa del mal presente no es de ellos, sino que le hicieron “un trabajo”, es como meterle una batería de confianza por el traste. Enseguida levantan y vuelven a tener confianza. Claro, la culpa no es de ellos. Que hayan mandado la pelota por encima de la segunda bandeja estando a menos de un metro del arco solo, ya no es culpa de ellos; es culpa del “trabajo”. Que le hicieronerrores pelotudos, goles infantiles. Todo deja de ser culpa de ellos. Es como que los expiás de toda culpa. Mejor que ir a confesarse,  ¿me explico? Le sacás un peso de encima.  Yo la verdad es que no creo demasiado en esto de la espiritualidad, de los “trabajos”.  Ojo, respeto a la gente que sí cree de verdad. Yo no creo demasiado en mis métodos, pero es muy efectivo ¿saben por qué?  Porque yo no  soy solo “brujo”, como le gusta decir a la gente, yo soy psicólogo.
Toni Schweinheim 
Obra Publicada, expediente Nº 510614. Dirección Nacional del Derecho de Autor

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 Yo la verdad es que no te entiendo Cacho, la verdad que no te entiendo. Ni a vos, ni a todos aquellos que van a una cancha. O a esos hincha...


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