Arriba. River Plate (Club que
se quedó en semis de la Libertadores, cagado por la tecnología); Andrés Cunha (Árbitro uruguayo, ciego, menonita, amish
del arbitraje); VAR (Sistema polémico usado como
el ojete por los árbitros).
Abajo. Marcelo Bielsa (Entrenador
cuestionado, demente, torturado por el periodismo); Diego
Cocca (Entrenador de Racing, casi entrenador de Racing, cuestionado,
desbolado tácticamente); Ricardo Caruso Lombardi (Entrenador
de Tigre, peleador, exportador de humo).
Selección.
Siguen los dimes y diretes con el VAR. Uno de
los debates que se armaban antes de la llegada de este sistemita, era que le
iba a sacar al fútbol la “polémica”, algo lindo del fútbol. ¿Querían polémica?
Acá tenés tu polémica. El quilombo se armó por la mano de Marcone en el área de
Lanús. River pidió el VAR pero el árbitro no
quiso. Ya en el segundo tiempo, con un equipo millonario con la soga en el
cuello, hubo un clarísimo penal a favor de Lanús que Andrés Cunha, árbitro no
vidente, no vio. Pero claro, todos los jugadores de Lanús, el cuerpo técnico,
los hinchas, Manolo Quindimil y Nino Dolce fueron a reclamar. A instancias del
línea, Andrés Cunha fue a ver la repetición por
el VAR y sí, cobró penal. Lo miro 350 veces al videíto. Si al VAR lo manejan
inútiles, de nada sirve el VAR, el Ojo de Halcón o la palometa sónica. Una vez
decretada la pena máxima para el Granate se desato el quilombo, un QUI LOM BO,
como diría un filósofo contemporáneo llamado Guido Süller. Si a Lanús no le
cobraban ese penal, tal vez metía otro por cómo estaba embalado. Si a River le
cobraban el penal, capaz que goleaba a Lanús. Si mi abuela tuviese tren
delantero sería un Rambler 660. Lo cierto es que el arbitraje del uruguayo fue
desastroso. No supo leer el partido, y si en lugar de abaco Pero tampoco le
quitemos méritos a Lanús, que se tomó el partido como una verdadera final.
Sacando el temita del penal no cobrado. El granate estaba a 4 goles de una
hazaña completamente impensada. El tema es que River no se relajó, sino que
siguió como si nada y le entraban más fácil que un punga a una formación del
Roca. Pero gracias a eso, vimos un partido épico e inigualable, claro siempre
cuando uno no era ni de River o Lanús, que casi mueren infartados.
Mi viejo Cocca ya no es lo que era, ya no es… Todo parecía que se
venía una semi entre el Rojo y Racing. Independiente pasó caminando y la
Academia se quedó en el camino. Los números de este ciclo de Diego Cocca son peores que los de la economía: 14
puntos sobre 39 posibles. Los hinchas ya lo están criticando más que antes de
haber salido campeones. Siendo sinceros, a Racing se le fueron un montón de
jugadores clave y se reforzó como el orto. De toda la parva de refuerzos solo
funcionaron algunos. Hasta los dirigentes mucho no lo bancan, los jugadores ya
lo miran con las sabanas en las manos. Contra Libertad le faltó ligar, tuvo
menos suerte que Kenny en los capítulos de South Park…
Otra vez Ricardo Caruso Lombardi la
caruseó fuerte. Otra vez contra un árbitro. Esta vez fue Pitana. Pasó
Mayweather y le dijo que no puede hacer tanto show en una pelea. El entrenador
de Tigre se calentó a sobremanera y nos dio un hermoso show diciéndole de todo
en la cara al árbitro con peinado de cortina mojada de carnicería. Lo cierto es que Tigre sigue sin ganar, el
entrenador cada día es más puteado que Feinmann en el programa que tenia de
cable y el temible fantasma del descenso clama venganza.
La tortura que está viviendo Marcelo
Bielsa en el Lille es terrible. El equipo que lo había traído para
tratar de dar un salto de calidad, ahora está por dar un salto… pero al
descenso. Tiene un partido suspendido, en el cual puede sumar, pero aun ganando
sigue en la zona roja. Encima el periodismo al “loco”, lo esta volviendo más
loco. Encima el mismo Bielsa sostiene que la esta pasando peor que Gaudio
haciendo doble falta, pero ni en pedo piensa renunciar. Claro, lo trajeron para
un proyecto a largo plazo, pero los resultados no acompañan.