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El programa que es la batalla de Termópilas del fútbol argentino

Click sobre la iamgen para agrandar.
Si, ya hemos publicado esta imagen pero fue hace mucho mucho mucho tiempo. Ya nadie se acordaba, asi que la volvemos a poner. Es eso o comprarnos una corbata fucsia.

Las mejores frases futboleras de agosto. Parte I

Luego de un parate volvemos a la carga con el compilado mensual de las mejores frases futboleras, en esta entrega esta la primera quincena de agosto, en la próxima entrega, la cual será a la brevedad, estará la última quincena.

“River es un club maravilloso”
Teo “Virginia Lago” Gutiérrez.

“Ramón me quiere”
Silvio Romero, enamoradizo.

Fuimos muy tibios”
Ricardo Caruso Lombardi, calentón.

“Tenemos plantel para pelear los tres torneos”
Mauro Cetto, vidente.

“Me convenció el Metalist”
Alejandro “Papu” Gómez, metalero.

“A Racing le falta la puntada final”
Iván Pillud, costurero.

“El fantasma de la B(rown)”
Titular del Olé, luego de la derrota de Independiente.

“Le quiero pedir perdón a la gente”
Miguel Angel Brindisi, disculpador crónico.

“El punto vale”
Jorge Burruchaga, conformista serial.

“Fui manager por primera vez en el año 2000, pero antes de eso, fui asistente en grandes clubes con otros grandes entrenadores y dirigí a los mejores jugadores del mundo. Tenía 30 años y estaba entrenando a Ronaldo, no éste, el de verdad, Ronaldo el brasileño”
José Mourinho, despechado.

“Ceballos nos tiene de hijos”
Ramón Díaz, excusador profesional.

“Me había quedado traumado por la imagen de la B Nacional, y como me estaba pasando eso, vi que quedaba otro cambio y lo pedí. Pero si no había otro cambio, me quedaba en la cancha, Por suerte no pasó nada malo y voy a tener que seguir cuidándome con la comida”
Leonardo Ponzio, hablando de la mancha (no la del Nacional B precisamente)

“El Kun ofreció poner plata para comprar cinco jugadores. Brindisi no lo llamó, Squeo (tampoco, ni nadie de la CD”
Leonel Agüero, padre del “Kun” y vendehumo.

"Estoy acostumbrado a que hablen mal de mí"
Cristiano Ronaldo, ególatra.

"Por cada gol que marque mi novio, lo haré gozar cuando llegue a casa"
Bruna Marquezine, novia de Neymar, botinera.

“Si me equivoqué, me equivoqué, tampoco me voy a inmolar. Pero en el penal sancionado a Boca y en la jugada de Carrera no tuve dudas”
Carlos Maglio, suicida ciego.

“Los árbitros argentinos son pinochos arbitrando, son de madera”
Alejandro Fantino, filósofo de occidente.

“No estamos mal”
Luis Zubeldía, desocupado.

“Me imagino que Tinelli me va a entregar una plaqueta”
Pablo Migliore, cholulo.

“Me gusta la presión”
Ramón Díaz, hipertenso.

"Aguante Riestra, carajo"
Diego Armando Maradona, hincha multicamiseta.

"No soy Messi"
Christian Giménez, no hay remate.

"No quedar como mala leche"
Jonathan Fabbro, karateca.

“La gente a Zubeldía lo ve tierno”
Alfio Basile, madura.

“A Bianchi nunca le dije viejo gagá”
Santago Silva, chocador.

"Más que ganarlo me gustaría salir campeón con Gimnasia, porque el clásico es una fecha más y sólo vale tres puntos. Me ha tocado ganar, empatar y perder. Hay que ver cómo llegamos todos"
Pedro Troglio, tribunero.

“Messi es insustituible”
Alejandro Sabella, messidependiente.

“Me gusta el tiki tiki”
Juan Antonio Pizzi, vendehumo

“Pizzi es pizzirrucho, me serruchó el piso cuando yo dirigía en el club”
Ricardo Caruso Lombardi, genio de la palabra.

“Cuando él declara parece un Fitito, se traba todo. No tengo por qué saludar a Pizzirrucho”
Ricardo Caruso Lombardi, usando como nadie la metáfora.

Frases tomadas desde el 01/08 al 15/08.



¡Vieja mirá quien vino a la cancha!

Argentinos Juniors perdía con Belgrano y se iba a la B, cuestión que a Caruso desde la platea le tiraron una dentadura postiza. Muchos recuerdan ese episodio. Argentinos Juniors se salvo de irse al Nacional B y hoy esta puntero, hasta acá no es noticia. Sin embargo hoy en el entretiempo del partido de Argentinos Juniors contra All Boys, las cámaras del Fútbol Para Todos captaron en el entretiempo a este señor, que dentadura en mano saludaba a la cámara. Como se ve en el video, tiene una dentadura de repuesto por las dudas. El hombre seguramente nunca dejo de ir a la cancha, pero es la primera vez que lo enfocan desde aquel episodio.

 

La Sentencia Final

En la semana recibimos un cuento procedente de un lector. Gonzalo Ochoa, estudiante de periodismo nos acerco el siguiente texto de su autoría,el cual compartimos con todos ustedes.

***
La Sentencia Final

El juez ya lo ha decidido, y la ejecución -pese al reproche de una parte de la masa- será en breve un hecho. Se verán cara a cara ejecutante y ejecutado o verdugo y sentenciado, si se quiere. Pobre hombre el ejecutado, quien debe pagar muchas veces los platos rotos de los demás, aunque en otras ocasiones fue él quien cometió el delito mortal.

No se trata de una ejecución convencional, puesto que el condenado no es ahorcado ni guillotinado como antaño, ni tampoco electrocutado en la silla eléctrica o muerto vía intravenosa como las prácticas actuales. Es más bien un novedoso sistema que al desgraciado le da una chance más de vida que surge a partir de sus propias habilidades o bien de las malas habilidades del ejecutor. Sin embargo, como contrapunto, en caso de que no se concrete esa chance el ejecutado debe pagar en algunos casos con una desgracia peor que la muerte misma.

Este novedoso sistema consta de una esfera colocada en un punto a doce pasos de distancia de un arco o valla compuesto por dos postes de hierro colocados verticalmente distanciados uno del otro por aproximadamente siete metros con treinta y tres centímetros y uno vertical que los une a dos metros cuarenta y cuatro centímetros de altura. Una red de polietileno, polipropileno e inclusive nylon entretejida en forma romboidal o rectangular completa este arco, unida a los postes antes mencionados y utilizada para detener la esfera asesina, quien en ocasiones es tan violenta que vence a esta red y rebota saliendo del arco, siendo igual de válida la ejecución. Una vez bien colocada la esfera asesina -que a partir de ahora llamaremos \"balón\"- sobre el punto, y el desgraciado bajo los tres postes se procede a la preparación del verdugo quien toma dos o tres pasos de distancia, quizá más, y en ocasiones realiza rituales tales como rezos, señales de la cruz y bendiciones intentando hacer todo lo posible -o sentirse satisfecho creyendo que lo ha hecho- para una definición satisfactoria. Lo propio hace el pobre hombre bajo los tres palos, implorando a quién sabe que Dioses para que su castigo no sea tal y pueda salvar su alma.

Ya preparado todo el juez da la señal con un pitido de silbato, el verdugo desanda sus pasos en pronta carrera y con su pierna más hábil patea sutil o violentamente el balón intentando engañar o vencer al condenado y hacer ingresar la esfera en el arco. El ejecutado lanza por completo sus extremidades intentando detener el balón para que no ingrese dentro de la valla siendo válida la utilización de cualquiera de las partes de su cuerpo con ese fin.

Si la pelota finalmente no ingresa en el arco el ejecutado es dejado en libertad, a veces condicional por una segunda pena llamada "rebote" cuando la primera es provisoria. En las ejecuciones de pena única y final es dejado directamente en libertad, algo obviamente muy festejado por el ex convicto y duramente lamentado por el verdugo. De la otra forma, si el balón ingresa en la valla de la forma que fuere, quien celebra y se lleva toda la gloria es el verdugo -los verdugos de sentencias memorables suelen quedar en la memoria colectiva y en la historia imborrable de los torneos- que pasará a la posteridad, mientras que el ejecutado no desaparece en su forma física sino que es arrojado a la peor de las humillaciones, yo diría que en un castigo peor que la propia muerte. Sobre todo si el ejecutante fue tan malvado como para ejecutar magistralmente, de forma sutil, acariciándola levemente con la punta del pie hábil en la parte baja de la esfera para que ella se levante a mediana altura y baje levemente muy mansita para descansar en el fondo de la red.

El público presente que ha elegido tomar parte por el ejecutador y alentarlo a definir correctamente salta de algarabía cuando esto sucede, logrando que el condenado se sienta aún más humillado e inútil. El nerviosismo y la tensión palpables en el ambiente son las más fuertes que jamás he visto y sentido, más cuando uno toma parte; pero aún sin hacerlo el clima de este novedoso castigo es conmovedor, logrando que se llegue a sentir incluso lástima por el pobre desgraciado.

He sido testigo y espectador de numerosas de estas ejecuciones y cada día me sorprendo más del ingenio de quienes la diseñaron que quizá nunca imaginaron que causaría tanto impacto y sensación. Créanme que vivir una sentencia semejante es incluso más emotivo y entretenido -en ocasiones- que el evento que uno se ha preparado para ir a ver realmente y que transcurre previo a la sentencia. Por último, quiero destacar que lo más notable y más valorado por mí sobre esta práctica es que es pacífica y no corre ni una gota de sangre, salvo contadas excepciones donde el público ha tomado parte o bien ejecutantes y ejecutados fueron más allá de la sentencia y la llevaron a un nivel físico.

El nuevo look de Ramón Díaz

Lo mismo que Mourinho.
Por si no entendiste o no enteraste que dijo Ramón, entra acá.

"Esse est percipi". Borges - Bioy Casares.

"Viejo turista de la zona de Nuñez y aledaños, no dejé de notar que venía faltando en su lugar de siempre el monumental estadio de River. Consternado, consulté al respecto al amigo y doctor Gervasio Montenegro, miembro de número de la Academia Argentina de Letras. En él hallé el motor que me puso sobre la pista. Su pluma compilaba por aquel entonces una a modo de Historia panorámica del periodismo nacional, obra llena de méritos, en la que se afanaba su secretaria. Las documentaciones de práctica lo habían llevado casualmente a husmear el busilis. Poco antes de adormecerse del todo, me remitió a un amigo común, Tulio Savastano, presidente del club Abasto Juniors, de cuya sede, sita en el Edificio Amianto, de avenida Corrientes y Pasteur, me di traslado. Este directivo, pese al régimen doble dieta a que lo tiene sometido su médico y vecino doctor Narbondo, mostrábase aún movedizo y ágil. Un tanto enfarolado por el último triunfo de su equipo sobre el combinado canario, se despachó a sus anchas y me confió, mate va, mate viene, pormenores de bulto que aludían a la cuestión sobre el tapete. Aunque yo me repitiese que Savastano había sido otrora el compinche de mis mocedades de Agüero esquina Humahuaca, la majestad del cargo me imponía y, cosa de romper la tirantez, congratulélo sobre la tramitación del último goal que, a despecho de la intervención de Zarlenga y Parodi, conviertiera el centro-half Renovales, tras aquel pase histórico de Musante. Sensible a mi adhesión al once de Abasto, el prohombre dio una chupada postrimera a la bombilla exhausta, diciendo filosóficamente, como aquel que sueña en voz alta:
-Y pensar que fui yo el que les inventé esos nombres.
-¿Alias? -pregunté, gemebundo-. ¿Musante no se llama Musante? ¿Renovales no es Renovales? ¿Limardo no es el genuino patronímico del ídolo que aclama la afición?
La respuesta me aflojó todos los miembros.

-¿Cómo? ¿Usted cree todavía en la afición y en los ídolos? ¿Dónde ha vivido, don Domecq?

En eso entró un ordenanza que parecía un bombero y musitó que Ferrabás quería hablarle al señor.

-¿Ferrabás, el locutor de la voz pastosa? -exclamé- ¿El animador de la sobremesa cordial de las 13 y 15 y del jabón Profumo? ¿Estos, mis ojos, le verán tal cual es? ¿De verás que se llama Ferrabás?

-Que espere -ordenó el señor Savastano.

-¿Que espere? ¿No será más prudente que yo me sacrifique y me retire? -aduje con sincera abnegación.

-Ni se le ocurra -contestó Savastano-. Arturo, dígale a Ferrabás que pase. Tanto da…

Ferrabás hizo con naturalidad su entrada. Yo iba a ofrecerle mi butaca, pero Arturo, el bombero, me disuadió con una de esas miraditas que son como una masa de aire polar. La voz presidencial dictaminó:

-Ferrabás, ya hablé con De Filipo y con Camargo. En la fecha próxima pierde Abasto, por dos a uno. Hay juego recio, pero no vaya a recaer, acuérdese bien, en el pase de Musante a Renovales, que la gente sabe de memoria. Yo quiero imaginación, imaginación. ¿Comprendido? Ya puede retirarse.

Junté fuerzas para aventurar la pregunta:

-¿Debo deducir que el score se digita?

Savastano, literalmente, me revolcó en el polvo.

-No hay score ni cuadros ni partidos. Los estadios ya son demoliciones que se caen a pedazos. Hoy todo pasa en la televisión y en la radio. La falsa excitación de los locutores, ¿nunca lo llevó a maliciar que todo es patraña? El último partido de fútbol se jugó en esta capital el día 24 de junio del 37. Desde aquel preciso momento, el fútbol, al igual que la vasta gama de los deportes, es un género dramático, a cargo de un solo hombre en una cabina o de actores con camiseta ante el cameraman.

-Señor, ¿quién inventó las cosas? -atiné a preguntar.

-Nadie lo sabe. Tanto valdría pesquisar a quién se le ocurrieron primero las inauguraciones de escuelas y las visitas fastuosas de testas coronadas. Son cosas que no existen fuera de los estudios de grabación y de las redacciones. Convénzase, Domecq, la publicidad masiva es la contramarca de los tiempos modernos.

-¿Y la conquista del espacio? -gemí.

-Es un programa foráneo, una coproducción yanqui-soviética. Un laudable adelanto, no lo neguemos, del espectáculo cientifista.

-Presidente, usted me mete miedo -mascullé, sin respetar la vía jerárquica-. ¿Entonces en el mundo no pasa nada?

-Muy poco -contestó con su flema inglesa-. Lo que yo no capto es su miedo. El género humano está en casa, repatingado, atento a la pantalla o al locutor, cuando no a la prensa amarilla. ¿Qué mas quiere, Domecq? Es la marcha gigante de los siglos, el ritmo del progreso que se impone.

-¿Y si se rompe la ilusión? -dije con un hilo de voz.

-Qué se va a romper -me tarnquilizó. -Por si acaso, seré una tumba -le prometí-. Lo juro por mi adhesión personal, por mi lealtad al equipo, por usted, por Limardo, por Renovales.

-Diga lo que se le dé la gana, nadie le va a creer.


Sonó el teléfono. El presidente portó el tubo al oído y aprovechó la mano libre para indicarme la puerta de salida."

Borges - Bioy Casares.


El Antiequipo de la semana

Arriba: Sergio Goycochea (ex Arquero, ex comedor de amagues); José Sanfilippo (Ex mejor jugador del mundo, actual mejor jugador del mundo, viejo vinagre, ortiva, vigilante); Juan Antonio Pizzi (Entrenador de San Lorenzo, quejoso); Ramón Díaz (Entrenador de River, Mourinhista); Diego Armando Maradona (ex jugador de la selección, quilombero); Eduardo Feinmann (Periodista, Abogado, insoportable); El Grafico (Mufa, piedra, lagarto, fulmine, yetattore)
Abajo: Gastón Cogorno (Presidente de Racing, inútil); Alejandro Fantino (Periodista, incomprendido); Javier Cantero (Presidente de Independiente, está perdiendo más apoyo que De La Rua en el 2001); Daniel Montenegro (Jugador de Independiente, desaparecido)

Selección.
En la semana que paso, se recordaron los 20 años de aquella goleada histórica que la selección colombiana le propino a la Argentina. Y todos nos acordamos de la tapa negra de el Grafico (cuando todavía no era tan piedra) y del cruce entre Sergio Goycochea y José Sanfilippo, bah un cruce no fue ya que el “Goyco” no atino a responder ningún agravio del “nene” y solo se limitó a apretar su puño y a dejarse defender por su mujer y por Bilardo. Esa grabación la pasaron más que a los mismos cinco goles de Colombia. Casos curiosos los de Juan Antonio Pizzi y Ramón Díaz. El domingo gano San Lorenzo tras una repetición polémica de un penal atajado. Ni lento ni perezoso, el riojano salió a pegarles con todo a los árbitros, sin embargo algunos jugadores de River (como Ponzio) intentaron quitarle responsabilidades a los colegiados. Pero a pesar de eso, Ramón tuvo revancha ya que el día jueves dejo afuera al mismo San Lorenzo de Juan Antonio Pizzi, a Ramón lo cuestionaron de todos lados por ser “defensivo”, pero él respondió que hizo como “José Mourinho”. Pizzi lejos de realizar una autocrítica, salió a criticar el “catenaccio” que implemento Ramón Díaz, igualmente se quedó afuera de la copa. Diego Armando Maradona otra vez fue noticia pero nada que ver con el fútbol. El astro se la paso dándole laburo a su amigo abogado y primero arremetió contra Susana Giménez por haber invitado a  su ex, Verónica Ojeda, Maradona ratificó la demanda. Luego volvió a la carga con otra ratificación, pero contra Alejandro Mancuso, por estafa. Así el diez se mantuvo entretenido luego de la reunión que tuvo en la semana con Romario, Chilavert y Ruggeri. Otro que se la paso peleando en cámara esta semana, fue ni más ni menos que Eduardo Feinmann, el periodista/abogado primero salió con los tapones de punta contra el asaltante transformado en vedette, Vitette para después calzarse a Malena Pichot por el tema de la mariguana. El edu pega más que meter los dedos en el enchufe. Ya hicimos dos informes de la revista El Grafico, ya que fue acusada de mufa. A pesar de que las brujas no existen, pero que las hay, las hay, esta revista dedico su tapa de agosto a Racing, equipo al que le fue como el soberano traste, no conforme con eso, la tapa de septiembre está dedicada a San Lorenzo que se acaba de quedar afuera de la Sudamericana.

Hablando de Racing. Al que cada vez cuestionan mas es al presidente, Gastón Cogorno, encima de sus malas decisiones directivas se le suma que su ex jefe y ahora serruchapiso, Rodolfo Molina cada vez lo está apaleando más. Encima salió hasta a pegarle Lalin, ay. Mismo caso que el de Javier Cantero, Independiente está cada vez más sumergido en una crisis. Encima ahora, el presidente de la subcomisión de fútbol, Armando Fellín, renuncio y empezó a desparramar mierda para todos lados. El domingo el programa de Alejandro Fantino arranco con un móvil en la cancha de San Lorenzo, allí estaba Daniel Fava al cual, Fantino lo boludeo, pero “sanamente” ya que ambos son compañeros y amigos, sin embargos algunos medios (como el Facebook de fútbol permitido) salió a matarlo por esa boludeada. El que sigue desaparecido es Daniel Montenegro, el jugador que supo brillar en Huracán, en River y en el mismo Independiente, volvió al club para dar una mano, sin embargo hasta el momento se ha convertido en un lastre. 

¿De qué te ponés contento?

 Yo la verdad es que no te entiendo Cacho, la verdad que no te entiendo. Ni a vos, ni a todos aquellos que van a una cancha. O a esos hincha...


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