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Por Ale Apoesia (*)
Muy buenas tardes amigos y amantes de las competiciones en el verde césped. Aquí me encuentro sentado frente al luminoso monitor, luminoso como los astros sobrevuelan el oscuro espacio. Estoy aquí dando a luz a este breve pero sinuoso análisis de esta anteúltima fecha que se nos fue como  arena entre los dedos. Mis dedos se deslizan agiles como el león sobre la gacela, animalito rápido y veloz que no puede impedir ser engullido por las fauces hambrientas del león. Tampoco este sanguche de milanesa puede evitar que lo coma. Una fecha 18 plagada de emociones dispares, el futbol conto un cuento y el cuento es que Racing no es ningún cuento nene. Primero ha de llegar a la última fecha, fecha que tiene alargamiento como la sensación de sufrimiento en el pecho de los hinchas de la academia. River en su búsqueda de conquistar Sudamérica tiene una final y por eso el final del campeonato local tiene suspenso, un suspenso como el aderezo de este sanguche ¿Sera salsa gol o mayonesa? Que dilema, tengo miedo nene.

Allá va Quilmes con su mal pasar, no gana ni sustos. Sus once guerreros en el verde césped están perdidos, vaga la mirada y vaga la defensa que no para a nadie. Y allí con los rulos al viento Troglio aprovecho este mal pasar del rival para ajusticiarlo con tres estocadas. Vegetti  guerrero salvaje e inmisericorde dejo sin chances al Cervecero. Densos nubarrones acechaban el arco defendido por Benítez. Licht puso el tercero. Licht guerrero de arduas batallas, Licht en alemán significa luz, y alumbro la cereza del postre de la goleada.


Errante el caminar de este Vélez, errante como el paso de este fortín cual Rodrigo Palacio resbalándose ante cada paso en el mundial. En frente estaban los nobles caballeros de Defensa y justicia que este año están menos parejos que el corte de pelo de Ayala el de Lanús. Con estos antecedentes los guerreros se enfrentaron en el verde césped. Y fue el conjunto de la V el que golpeo primero. Pratto tardo 18 minutos en quebrar la virginidad de la valla rival y eyacular el grito de gol, el primer gol del partido. Defensa busco el tesoro del empate pero su barco pirata se encallo en las costas de las defensa de Vélez que impedían el grito de conquista. Pero Vélez fue el que puso el segundo tanto, otra vez Pratto quien cual enredadera como la Cucurbita se trepó a la cima de la tabla de los goleadores.

Un primer tiempo donde ambos equipos le hicieron caso a la predica papal de la castidad y ambos no lograban quebrar el himen de los arcos, manteniéndose ambos arcos en plena virginidad. Vírgenes cual playas del caribe, Vírgenes cual neuronas de las Xipolitakis. Densos nubarrones acechaban  el área de Estudiantes, y si hay nubes negras es porque va a haber lluvia y esa lluvia llego en forma de chaparrón. Un chaparrón que dejo una inundación de goles en este segundo tiempo. El primer tanto un penal creativo ¿Fue penal? No fue penal pero lo que cuenta es la intención de contribuir al espectáculo. Ortigoza cual jorobado de Notredame se cuelga de la campana se colgó del gol y puso su penal adentro. Matos iba a subir la cuenta cual Contador deduciendo impuestos, Matos es parecido más a un Contador que a un jugador de fútbol y allí puso el contador en 2-0, más tarde otra vez Ortigoza saco de la joroba un gol  y fue el 3-0. Para completar una goleada apareció el hombre de los mil peinados, Buffarini se mandó una extensión al fondo de la red. Gano San Lorenzo.
Los once guerreros se disponían en el verde césped a fin de darnos un marco apasionado en este noble deporte. Las golondrinas apretujaban apresuradas su vuelta a este hemisferio en el azul del cielo para ver este cotejo entre dos titanes. Un primer tiempo de ida y vuelta como los encuentros de Chávez con las señoritas que suele frecuentar. Pero a diferencia del gran Andrés, ambos equipos no la pudieron meter. Por eso se fueron en cero en el descanso de esta lucha fragorosa. Un segundo tiempo de iguales características. Hasta que apareció Mancuello para poner el único tanto y pedir matrimonio, el último de los románticos del futbol argentino, después del Chanchi Estévez que vociferaba poesía.


Que nervio en los hinchas de Racing. Nervioso cual dueño de tenedor libre al ver pasar a Fabbiani por la puerta. Así estaba la noble hinchada de Racing frente a esta batalla, durísima batalla frente a los centuriones heridos del imperio centralista luego de caer en franca lucha contra sus pares de Huracán en la final de la Copa Argentina. Y Central dio batalla. Rápidos los jugadores del canalla que estampaban sus armas frente al arco defendido por Saja. Mariposas revoloteaban en las gargantas de los racinguistas, mariposas grandes como testículos se estampaban en la campanilla de todos sus hinchas. Pero apareció Gastón Díaz para poner la tranquilidad. Tranquilidad como el Valium entrando por la vía intravenosa. Fue Off side pero valió igual, el nerviosismo tal vez contagiado al juez de línea le impido verlo. Y ahí fue Racing el que controlo el partido cual mujer controla a su marido. En el segundo tiempo Racing siguió en su afán de coronarse en este torneo, y si de coronarse se trata apareció su príncipe, su guía de luz: Diego Milito quien no puso uno sino dos goles para que Racing sueñe y que no sea una siesta de verano como la que me voy a pegar ahora yo. Tengo sueño nene.

(*) No nene, no. No es el Apo posta, no tengas miedo es una parodia.

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