Por Diego Capusotto
Estabamos resolviendo la Clarigrilla, Ernesto Sabato y yo, cuando Ernesto antes de dar con la palabra de siete letras que es un alcaloide usado en la medicina que se encuentra en el te y en café me comenta “El bufalo Funes le tendría que haber pegado tres dedos y Falcioni se la morfaba como los mejores”. Palabras mas, palabras menos, es cero porque si a mas le sacamos menos nos quedamos sin palabras, eso es lo que nos dicen las matematicas.” Es bueno un poco de historia” nos deja como reflexión Blas Armando Giunta en su libro “Albores de la fractura maxilofacial provocadas a los rivales sin que el hijo de putas del referi se de cuenta”. Oh si, porque antes de tener este futbol híper marketinizado, híper globalizado y en el Híper de Coto en Sarandi la lata de duraznos en almíbar aumentaron y el Doctor Moreno no hace nada.
Hubo otro tiempo en que también la gente se divertía gracias al balompié, en los tiempos de Atila, apodado el “Rey de los Hunos” por su gran virtud bajo los tres caños. Todavía se recuerdan los candentes clásicos contra el imperio Romano, en los cuales Atila se cansaba de atajar penales sentado en una silla ¡Oh si señor que maravilla! De ahí viene el cantico que hasta el día de hoy pregonan las hinchadas en donde el arquero es la figura del equipo. También en América tenemos algunos vestigio de futbol, el “Tikitzaltenangualcanemtokltuqelt Tikitzaltenangualcanemtokltuqelt” o mas conocido por ser el “Tiki Tiki” precolombino, era la practica futbolística que desarrollaban los Mayas allá lejos y hace tiempo, era un futbol sin arcos en donde los jugadores estaban semidesnudos solo cubiertos en sus partes púdicas por hojas de periódicos de “La Unión Ferroviaria”. Pero vinieron los españoles y fue el acabose del futbol precolombino, primero se llevaron el oro y después a Messi. No hay vuelta atrás diría Oggi Junco mientras esta siendo empomado por el batallón de obreros de la construcción de Villa Adelina. Esto fue todo por hoy amigos, le mando un beso a lo Tchami, o sea un beso negro.
Estabamos resolviendo la Clarigrilla, Ernesto Sabato y yo, cuando Ernesto antes de dar con la palabra de siete letras que es un alcaloide usado en la medicina que se encuentra en el te y en café me comenta “El bufalo Funes le tendría que haber pegado tres dedos y Falcioni se la morfaba como los mejores”. Palabras mas, palabras menos, es cero porque si a mas le sacamos menos nos quedamos sin palabras, eso es lo que nos dicen las matematicas.” Es bueno un poco de historia” nos deja como reflexión Blas Armando Giunta en su libro “Albores de la fractura maxilofacial provocadas a los rivales sin que el hijo de putas del referi se de cuenta”. Oh si, porque antes de tener este futbol híper marketinizado, híper globalizado y en el Híper de Coto en Sarandi la lata de duraznos en almíbar aumentaron y el Doctor Moreno no hace nada.
Hubo otro tiempo en que también la gente se divertía gracias al balompié, en los tiempos de Atila, apodado el “Rey de los Hunos” por su gran virtud bajo los tres caños. Todavía se recuerdan los candentes clásicos contra el imperio Romano, en los cuales Atila se cansaba de atajar penales sentado en una silla ¡Oh si señor que maravilla! De ahí viene el cantico que hasta el día de hoy pregonan las hinchadas en donde el arquero es la figura del equipo. También en América tenemos algunos vestigio de futbol, el “Tikitzaltenangualcanemtokltuqelt Tikitzaltenangualcanemtokltuqelt” o mas conocido por ser el “Tiki Tiki” precolombino, era la practica futbolística que desarrollaban los Mayas allá lejos y hace tiempo, era un futbol sin arcos en donde los jugadores estaban semidesnudos solo cubiertos en sus partes púdicas por hojas de periódicos de “La Unión Ferroviaria”. Pero vinieron los españoles y fue el acabose del futbol precolombino, primero se llevaron el oro y después a Messi. No hay vuelta atrás diría Oggi Junco mientras esta siendo empomado por el batallón de obreros de la construcción de Villa Adelina. Esto fue todo por hoy amigos, le mando un beso a lo Tchami, o sea un beso negro.
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