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Algunas de las frases de Principi de la pelea Mayweather - Maidana














Tal como lo dice el titulo, son solos algunas, fueron tomadas de la pelea, no de la previa o luego de la misma. Consideramos a Principi un groso. No nos queremos hacer los "vivos" ni nada por el estilo con estas frases. Son las frases que más pegaron en Twitter, 

La mordida de Maidana


Sábados de Fontanarrosa. Hoy un cuento de box: Edmundo "Cachin" Medina

Todavía me acuerdo bien de esa trompada. Fue un derechazo en directo, seco y fulminante como un hondazo, que lo tomó a Medina lanzado al ataque, caminando. La recuerdo porque, a pesar de que eso ocurrió en el sexto round, fue el golpe que, para mí, definió la pelea. 'Cachín' mandó al ataque, como siempre lo hacía, abierto, la guardia desarmada, con esa guapeza indígena que lo caracterizaba y el contragolpe lo agarró viniendo. Fue un morterazo. Creo que ninguno de nosotros vio la mano. Se escuchó un estampido y vimos la cabeza de Medina salir despedida hacia el ring-side. No lo digo metafóricamente. El derechazo de Donald 'Varicela' Dinsmore arrancó la cabeza de Medina. La cabeza desapareció de cuadro y hubo una ducha de sangre espumosa que cubrió a los espectadores de las primeras filas y a nosotros, los periodistas. Edmundo 'Cachín' Medina quedó clavado en el medio del ring, con las piernas agarrotadas y, ahora sí, por fin, la guardia alta.

Recuerdo que, después del "¡Uhhh!" que provocó en los cuatro costados del "La Brea Stadium Center" de Los Ángeles el tremebundo derechazo del grone sobre la humanidad de nuestro crédito pugilístico, nos miramos con Ruiz Elías, que relataba las incidencias de la puja al lado mío: no podíamos creer que 'Cachín' Medina siguiese en pie tras tamaño impacto. Pero el mendocino era de fierro, aunque no lo admitiésemos nosotros ni el mismo referí, el sudafricano Cecil Vereeniging, quien inició el conteo de protección.

¿Por qué le cuenta? ¿Por qué le cuenta? -escuché gritar indignado a Pellizeri, desde el rincón de Medina. Y tenía razón, pese al aturdimiento que sin duda había provocado el golpe en 'Cachín', este se mantenía de pie, erecto, con la guardia armada y dispuesto a continuar la lucha. Medina abría los brazos en un gesto de incredulidad y luego retornaba los puños protegiendo la zona alta. Pero el árbitro no se detuvo hasta llegar a los "ocho" reglamentarios.

-¡Es muy difícil ganar acá! -escuché vociferar, por completo alterado, a Ruiz Elías. El público atronaba el estadio y la temperatura debía estar cerca de los 50 grados.

-¡Voló el protector bucal del argentino! -oí también acotar muy cerca mío. No me había percatado de eso, encolerizado como estaba ante la actitud del árbitro. Máxime, considerando que el nuestro ni siquiera había tocado la lona. No la había rozado ni con un guante.

Es más, el formidable derechazo del moreno lo había clavado en su sitio, eso sí, pero no había llegado a hacerlo retroceder. Quizás si la cabeza de 'Cachín' no hubiese sido arrancada de su implantación natural, tal vez si los músculos y arterias del cuello hubiesen soportado el mandoble, en ese caso, sí, el cuerpo de 'Cachín' hubiese sido catapultado hacia atrás, arrastrado por el vuelo de la cabeza y, es posible, incluso, que hubiese ido a parar a la horizontal ignominia del tapiz. Pero no, el tortazo impresionante del grone lo había decapitado limpiamente y el cuerpo fibroso de Medina seguía allí, un hito en medio del ring y esperando, ya a pie firme, el próximo embate del campeón.

Palpé mi camisa bajo la corbata y advertí que estaba empapado en sudor. La fina llovizna de sangre que nos llegaba desde el cuadrilátero, más que refrescarnos, nos entibiaba. Donald "Varicela" Dinsmore se lanzó sobre el nuestro como un tigre apenas el árbitro finalizó el conteo de protección. El minuto siguiente, hasta el salvador sonido del gong, fue una persecución incesante del negro sobre 'Cachín', quien, con las piernas y brazos agarrotados procuraba prendérsele de cualquier parte con tal de no terminar con su humanidad sobre la lona.

Pocas veces he visto una expresión tan cargada de ferocidad como la que se advertía en aquellos dos pequeños y perversos ojos de 'Barracuda' Dinsmore. Apenas 'Cachín' inició el retorno, vacilante, hacia su rincón, yo también abandoné mi puesto y me acerqué.

-¡No te tocó! ¡No te tocó! -lo alentó Pellizeri, cuando 'Cachín' se hubo desplomado sobre el banquito, en tanto, con una esponja húmeda, procuraba eliminar los rastros de sangre de las botas del desafiante.

-La venís llevando bien, pibe -lo confortó, también, Martín Lejarza, masajéandole las piernas trémulas.

Sin embargo, 'Cachín' meneando ese rojo muñón que le asomaba entre los hombros, dijo:
-¡No veo! ¡No veo casi nada del ojo izquierdo!

Don Luis Pellizeri se hallaba empeñado en controlar la hemorragia.
-No es nada -mintió-. Tenés muy hinchado el párpado.

-No veo. No veo nada -escuché que insistía 'Cachín'.

-¡No podés aflojar ahora, pibe! -lo sacudió por los hombros don Luis-. ¡No podés aflojar! ¡Esto es el título del mundo! ¡No es una pelotudez cualquiera! ¡Es el título del mundo!

No podía saberse si 'Cachín' negaba con la cabeza porque no la tenía, pero yo, con alguna experiencia en el mundo del boxeo, juraría que era lo que estaba haciendo.

-¡Pensá en tu vieja, allá en Mendoza! -acicateó don Luis, apelando a la vena sentimental-. ¡En tu abuelo que está en el ring-side, en tu novia, en los muchachos que se vinieron desde Tunuyán para verte, 'Cachín'! ¡Pensá en todos ellos! ¡No podes aflojar, carajo!

Podía sonar un poco cruel el empleo de aquel sistema casi extorsivo para lanzar de nuevo a la pelea a un púgil que ya contaba con muy pocas o, tal vez, ninguna posibilidad de alcanzar la victoria. Pero el boxeo es un deporte duro, una pelea por el título del mundo no es una oportunidad que se consigue todos los días y lo cierto era que la sangre que manaba de las seccionadas arterias del cuello se había detenido en su fluir.
Cuando 'Cachín' se puso de pie para enfrentar el séptimo round, llegó un rugido de entusiasmo desde el sitio alto de las tribunas, donde se había abroquelado la seguidora barra de argentinos. El "¡Vaaaamos, 'Cachín'!" volvió a oírse, nítido, cuando sonó el gong llamando a la pelea.

Reconozco que todo aquello me había sorprendido. Yo tenía conocimiento de la mandíbula de cristal de Edmundo 'Cachín' Medina. Me había contado que una vez, en Rancul, Emérito Santamaría lo calzó en la pera al mendocino no ya con un impacto directo, sino con un movimiento de su mano derecha que no era otra cosa que un saludo hacia un familiar que se hallaba en las graderías. En esa oportunidad 'Cachín' había puesto los ojos en blanco y se había desplomado inerte sobre la lona para despertarse dos días después en la calidez de su hogar, cuando ya su madre desesperaba pensando hallarse ante otro caso de vida vegetativa. Pero en la noche del "La Brea Stadium Center" de Los Ángeles, lo que le había flaqueado era el andamiaje del cuello, revelándose de una fragilidad llamativa. Admito, no obstante, que los directos del grone eran las coces fulminantes de una mula. Y en el séptimo round, de esos piñones, de esas manos tremebundas que salían disparadas con la velocidad y contundencias de misiles eludiendo la guardia de 'Cachín' hasta macerar las carnes castigadas de este, pude contar más de ochenta. Faltando un minuto, el tronchado cuello del mendocino volvió a sangrar y, aún hoy, no me explico cómo pudo hacer ese muchacho para retornar a su rincón por sus propios medios al reclamo del gong. De nuevo me acerqué hasta allí, ya que había visto la severa figura del médico trepando al ring para observar si 'Cachín' podía seguir. Confieso que rogué por que el facultativo diese por terminada la pelea, si es que podía llamarse pelea a tal carnicería. Sin embargo, el médico estudió un par de segundos el orificio de la tráquea, palpó con cuidado algunos terminales nerviosos e hizo a Pellizeri una aprobación con su cabeza. Podía seguir. Creí que eso alegraría al veterano hacedor de púgiles, a juzgar por lo que le había oído decir en el descanso anterior. Pero me equivoqué.

-Mire, pibe -le oí decir, junto al lugar donde habría estado, hipotéticamente, la oreja de 'Cachín' Medina-. Usted ya hizo suficiente. No es pavada aguantarle ocho rounds a 'Varicela' Dinsmore. Ya nadie le va a decir nada en la Argentina. Al contrario. Usted ya es un héroe nacional. Usted ya guapeó más que suficiente. Si no puede seguir, dígame y le tiro la toalla.
Don Luis conseguía mantener su voz en un tono decoroso, pero pude ver lágrimas en sus ojos como así también en los de Settimini y Lejarza.

-¡No! -se ofuscó 'Cachín'-. ¡Sí, en cualquier momento, lo saco, don Luis! ¡El negro es fuerte pero le entran como a cualquiera! ¡Tengo que terminar los quince round, don Luis, tengo que terminar!
Ni él mismo creía en la posibilidad de una mano providencial que diese por tierra con el campeón de los medianos. Confuso, debilitado por la pérdida de sangre, disminuido físicamente por la pérdida de la cabeza, exigua su reserva de aire, era ingenuo suponer que pudiese alcanzar a una roca como Donald 'Varicela' Dinsmore y voltearlo por toda la cuenta.

-¡No puedo hacerles eso a los muchachos, don Luis! -insistió 'Cachín'-. ¡No puedo perder por nocaut! ¡No puedo hacerles eso a los muchachos que se vinieron desde allá!

-¡Vaaamos, 'Cachín'! -se escuchó, solitaria, la voz de aliento desde la tribuna, sobre el rumoreo incesante de los yanquis que comentaban la paliza a la que estaba siendo sometido nuestro crédito.

-¿Escucha? ¿Escucha, Don Luis? -se animó 'Cachín'-. ¡Ese negro no me puede tirar!

Y también vale recordar otro detalle: en su prolongada carrera profesional de 36 peleas, a pesar de sus cinco derrotas, Edmundo 'Cachín' Medina nunca había sabido de la humillación de ir a la lona, nunca había visto elevar la mano de su rival desde la vergonzante posición yacente, salvo el caso de aquel malhadado golpe de Emérito Santamaría, en Rancul, donde tampoco había visto nada dado su estado de total inconsciencia. Y ahora no podía caer ante los ojos del mundo entero, depositario de la confianza y el orgullo de todo un país.

No obstante, en el décimo round, 'Cachín' Medina fue ocho veces a la lona, siete en el undécimo, dos en el duodécimo (aquí 'Varicela' se tomó un descanso aduciendo cierto dolor en los nudillos) y nuevamente ocho en el decimocuarto. El público no podía creer en esa demostración casi inhumana de coraje, fortaleza física y anímica, y la gritería ensordecedora pedía, suplicaba, exigía a Dinsmore que destrozara al argentino.

La barra nuestra había enmudecido. Sólo de tanto en tanto, en algún momento de relativo silencio producido al caer de nuevo 'Cachín', o ante el estupor que producía su reincorporación, se dejaba oír una voz trémula: "¡Vaaamos, 'Cachín'!".

Aquel último descanso previo al round final, el rincón de Medina era un infierno. 'Cachín' volvió a sentarse convertido en un moretón gigante.

Tenía hematomas y cardenales hasta en las pantorrillas, los codos pelados de tanto caerse y la sangre manaba libremente por las arterias que asomaban, enredadas, por su cuello tronchado.

-¡Basta pibe, esto es una locura! -procuró ponerse firme don Luis Pellizeri. 'Cachín' no contestó nada, no tenía aire para hacerlo. Pero un puntapié que pegó contra el balde de plástico fue más clarificador que cualquier respuesta. Faltaba un solo round, tres minutos apenas lo separaban de la gloria de retornar a la Argentina con los honores del derrotado digno, de ese campeón moral que tantas satisfacciones nos ha dado a través de nuestra historia deportiva. Ya sería imposible disuadirlo de continuar la pelea. Y otra vez el aliento desde lo alto de la tribuna vino en su ayuda.

-¡Vaaamos, 'Cachín'! o 'Cachín' levantó la mano, exigiéndole a don Luis que prestase atención a ese grito, a ese reclamo, a ese apoyo.

-¡No me puede tirar! -exclamó Medina, por último. Y se lanzó al decimoquinto round.

No olvidaré mientras viva lo que fue aquello. Porque el negrazo se abalanzó sobre el nuestro como un búfalo, desesperado, incrédulo ante tanta tozudez, ante tanta terquedad, ante tamaño heroísmo vano e inconducente.

Le pegó como si lo odiase, como si lo conociese de antes, como si 'Cachín' le hubiese insultado la madre. Siete veces fue 'Cachín' a la lona y tantas otras se puso de pie, ya parecía una exhibición de flexiones. Faltando treinta segundos nos pusimos a saltar y el gong final nos sorprendió brincando como pibes, llorando de emoción y unidos en el coro de "¡Argentina! ¡Argentina!".

Donald 'Varicela' Dinsmore, 'El plesiosaurio repugnante de Portland' como lo llamaban en su hogar, había ganado por 43 puntos (en mi tarjeta yo tenía contabilizada una diferencia a favor del yanqui de 38 puntos, aunque aquello no modificaba las cosas) pero el triunfador parecía el nuestro sobre el ring. Sus segundos, don Luis, periodistas y muchos argentinos residentes en Los Ángeles saltaron al tapiz e improvisaron un carnaval de vítores y abrazos como si 'Cachín' hubiese ganado. Hasta llegué a escuchar que alguien le decía que le habían robado la pelea.

En medio de aquel pandemónium, segundos después que 'Varicela' Dinsmore con rostro contrariado, se acercaba a felicitar a 'Cachín', el micrófono inquieto de Ruiz Elías logró filtrarse entre brazos, gritos y apretujones hasta la carótida del mendocino.

-¡Para la Argentina, campeón, para la Argentina! -se desgañitó Ruiz Elías.

-¡Tenía que terminar de pie! -alcanzó a gritar, sollozante, 'Cachín'-. ¡Por todos estos muchachos, por todos los que vinieron a verme desde la Argentina, por los amigos de Tunuyán, por esa voz de aliento que me llegaba desde la tribuna, no podía caer!

-¡Grande, 'Cachín', grande! -vociferó un muchachón, a quemarropa, sobre el micrófono.

-¡Hice todo lo que pude! -terminó 'Cachín'-. ¡Hice todo lo que pude! ¡Más no podía hacer!

Los diarios americanos brindaron abundante información sobre la pelea. Pero lo que más llamó mi atención fue una notita corta, dentro de una de las secciones que habitualmente suelen dedicarse a diálogos previos o posteriores al evento, anécdotas, apostillas y detalles jugosos. Parece ser que, en la mañana siguiente a la noche del combate, uno de los encargados de la limpieza del "La Brea Stadium Center" encontró, en las graderías de la tribuna popular, entre hojas de diarios, vasos descartables de gaseosas y latas de cerveza, la cabeza de 'Cachín' Medina. Cuando la levantó, sostenida por el pelo, la cabeza aún insistía en un hilo de enronquecida voz: "¡Vaaamos, 'Cachín'!".

Roberto Fontanarrosa



El Antiequipo de la semana

Arriba: Diego Cocca (Entrenador de Racing, mentira, puteado, fan de los jugadores de Bragarnik); Esteban Andrada (Arquero de Arsenal, juvenil, colador, lenteja); Edgardo Bauza (Entrenador de San Lorenzo, Bicampeón de América, relajado, enojado).

Abajo: Asociación del Fútbol Argentino (Asociación enquilombada, cueva de ladrones, reducto de piratas, ex reino de Grondona); Paulo Bento (Ex entrenador de Portugal, inútil, desempleado); Maicon Douglas Sisenando (Jugador de Brasil, ex jugador de Brasil, excluido, jodón, pesado)

Selección
En una semana donde hubo menos movimiento que en la cabellera de Bastia, formamos un equipo de seis, uno más que un futbol 5. Así como cuando uno organiza un picado con amigos y cuando llega el día, nos encontramos con que solo llegaron menos de la mitad de los invitados y tenemos que salir a jugar igual. Acá está el antiequipo de la fecha, diezmado.

El Racing de Diego Cocca perdió el clásico frente a Independiente y luego Lanús le gano por 3-1 en el cilindro. Si bien los fallos arbitrales fueron ejes de la polémica e influyo en el resultado, Racing está jugando cada día peor. Atrás quedaron las dos primeras fechas donde Cocca era visto como el representante de Guardiola en la Argentina. La ilusión del hincha de Racing se cayó más rápido que los pelos de Bastia en los últimos meses. Ahora tiene menos crédito que Don Ramón con el señor Barriga. La mayoría de la gente e Racing ya lo está puteando y ya se está hablando de sucesores como Gareca. Hasta ahora el único ganador es don Braga…

El andar de Arsenal en este torneo es más irregular que los peinados que presenta Fantino. En esta última fecha fue goleado por un Quilmes que lograba así su primera victoria del campeonato. Mucho tuvo que ver Esteban Andrada, el arquero proveniente de Lanús que tiene más dudas que el domicilio de Boudou en el DNI. En los partidos se lo ve nervioso y dubitativo. Atrás quedaron las épocas en la que se lo vinculaba con el Barcelona. Si bien no es el único responsable, se está comiendo goles boludos. Luego de aparecer en esta sección, seguramente atajara tres penales, hará un gol de arco a arco, Van Gaal dirá que es fantástico y se lo llevara al Manchester.

El andar de San Lorenzo en el torneo sigue siendo errático, tanto que se encuentra en la última posición del torneo —junto con Olimpo y Tigre—, a pesar de que Edgardo Bauza se la pase diciendo que los “festejos” por la obtención de la Libertadores ya se terminaron, los jugadores siguen sin poder enderezar el rumbo. Y no solo eso, ahora los dirigidos por el amante de sombreros empiezan a lesionarse seguido. Sin embargo pese a todo esto, a muchos hinchas de San Lorenzo les chupa un huevo. Salieron campeones de América por primera vez y en diciembre juegan el mundial de clubes.

Se murió Don Julio y ahora la AFA esta más dividida que los cantos de la Xipolitakis. Ahora Angelici, presidente de Boca, intenta hacer y deshacer a su antojo. Hecho que genera que los otros equipos se quejen y puteen al Tano. Segura mientras tanto está pintado y el cronograma de partidos se mueve más rápido que los bracitos de Caruso protestando un off side. El superclásico se mudó de fecha, los partidos de Copa Argentina también. Un desastre. Si con Grondona todo estaba podrido, ahora está todo peor. Los dirigentes de la AFA podrían pensar en hacer cambios profundos para mejorar el futbol, tienen una posibilidad histórica para ello pero hasta ahora lo único profundo que están haciendo es el pozo para seguir enterrando al fútbol argentino.

Dos selecciones de habla portugués no la están pasando bien. Portugal se quedó afuera en primera ronda del mundial con un Cristiano Ronaldo que solo apareció en las figuritas de Panini. Terminado el mundial, las eliminatorias para la Eurocopa del 2016 ya están en marcha y Portugal perdió en su casa frente a Albania, equipo que no está en la guía. CR7 no jugo el partido por molestias pero la prensa portuguesa castigo a Paulo Bento quien tuvo que renunciar antes que Cristiano lo mate ahogándolo en rubor, perfume y gel ante semejante derrota. La otra selección que no la pasó bien en el mundial fue Brasil. Ahora el Scratch está conducido por Dunga y luego de una purga bastante importante, está tratando de volver a ser lo que era. Sin embargo esta semana fue noticia no por haberle ganado a Colombia, sino por la “expulsión” de Maicon por indisciplina. El hecho se mantuvo en total secreto y las causas no se saben con exactitud. Sin embargo, muchos medios salieron a dar una versión que le dejaría los pelos de punta a cualquiera, sobre todo a David Luiz. Según estos rumores, Maicon en total estado de ebriedad quiso jugarle una broma pesada a David Luiz, se hizo una pajota y acabo dentro del shampoo de su compañero. Sí, eso mismo. Si no nos crees googlealo. Con razón el pelo pajizo de David Luiz…

El análisis de la Fecha 6 del Campeonato de Primera División 2014. Segunda parte.

Por La Tía Virginia (*)
Hola, hola. Muy buenas tardes mis queridos. Qué lindo es volver a encontrarnos en estas líneas. La gente es muy linda y me manda cartitas pidiendo siempre que las lea al aire y que comente esta tan apasionada fecha. Y aquí estoy, sentada en este silloncito con mi vermucito a la espera de poder disfrutar junto con ustedes de estas maravillosas historias que nos vienen a contar todos estos jugadores del futbol argentino. Que lindos chicos que son todos. Ese Prichoda, un Felipito de Mafalda, que lindo. O ver como la defensa de Racing se arrastra en la cancha, ay estos chicos. Todas historias muy bellas mis lindos amiguitos. Antes jugamos un amistoso contra Alemania, le ganamos a los alemanes. Lástima que no fue en la final, que pena pero lo importante es que le ganamos al campeón. Lo goleamos o como dirían los chicos ahora: “les rompimos bien el ojete”. Ay qué lindo los chicos que dicen tantas cosas lindas. Bueno, basta de hablar y vamos a ver esta maravillosa fecha que paso mientras yo me tomo este rico destornilladorcito en compañía de todos ustedes disfrutando de patadas, puteadas y las otras cosas hermosas que nos brinda este maravilloso deporte.


Muchos pensaban que iba a ser un partido aburrido y si uno ve el resultado también lo pensaría. Esta mal, muy mal. Es feo tener prejuicios, muy feo. Tendrán jugadores medios burritos pero no, dieron un bonito espectáculo. Nos contaron una bella historia estos dos equipos. Fue un primer tiempo sin goles, pero hubo muchas situaciones. Hasta hubo un travesaño también, porque hay que incluir. Qué lindo es incluir al otro ¿No? No hubo caso y a pesar de que ambos arriesgaron en el primer tiempo no pudieron hacer goles, una pena. Pero ni bien empezado el segundo tiempo Sergio López iba a poner el uno a cero para el Tomba. Muy lindo gol, miren como pierden las marcas los chicos de Defensa. Mmmm, estos chicos que pierden todo. Ramírez pudo meter el segundo, pero la quiso picar. Se agrando y eso que es bastante grande eh. A los 23 Julito Rodríguez iba a poner el empate con un rebote que le quedo justito. Después el arquero se iba a lesionar, pero como no había amas cambios se iba a tener que quedar. Porque la vida es así, hay que afrontar los dolores y ponerle el pecho a lo que venga. Que linda historia. La Cartita: Me escribe esta bonita esquela, Christian. “Hola Virginia, te miro siempre, me gusta mucho el programa. TE quería comentar que yo soy representante. ¿Te gustaría que te represente? A los pocos minutos de haber firmado conmigo podes jugar en Racing. Pensalo”. Y este Christian, que pícaro.

Otra vez perdió Racing. Ay estos nenes. Hay que prestar más atención a la hora de contratar jugadores mis amigos. Empezó ganando Racing, con gol de Centurión. Que simpático este chico, esas orejitas, ese cortecito de pelo. Un Bombón de muchacho. Todo le sonreía a Racing, pero no hay que confiarse en esta vida. No, no. Porque la vida da vueltas, como en esa maravillosa historia que nos cuenta Will Smith en “Mingo y Aníbal contra los fantasmas”, una gran historia. Y así como la vida da vueltas, Lanús lo empezó a dar vuelta  a los 33 minutos con gol de Romero con un penal dudoso. ¿Fue mano? ¿Hubo intención? Muchas preguntas como en el programa de mi amigo Gerardo. Otro lindo chico y que bien juega. Y a los 44 González con un disparo fuerte. La muchachada racinguista insultaba a Coca y al árbitro. Hoy la gente piensa mal, yo creo que las personas se equivocan. Errar es humano y Merlos es muy humano. Ay pero estos chicos se acuerdan de la madre de Cocca, pero para el día de la madre falta todavía. En el segundo tiempo ingreso este chico Ayala con un raro corte de pelo, tenía tres estrellas. Qué lindo que la gente se exprese de forma natural en el pelo. Ahora Centurión iba a tener compañía en esto de los peinados raros. A los 49 Romero iba a poner el 3-1 definitivo. La Cartita: “Hola soy Diego de Avellaneda, hoy no podes perder un clásico,  traer jugadores de tu representante que ya te putean ¿Qué nos pasa como sociedad, Virginia?” Tenes razón Dieguito ¿Que nos pasó?

Están todos encantados con el equipo de Gallardo. Que simpático este chico con esos cachetitos redonditos, que hermoso. Y qué lindo juega su equipo. Pase para aquí. Pase para allá. Tiene más pases metidos que Robert Downey Jr. Que linda historia la de este River. En frente esta Tigre, que no tenía técnico por la salida de Alegre. Qué pena que lo hayan echado a Alegre. En esta sociedad hay historias tristes. Qué pena. River domino el partido de punta a punta y Mora fue el encargado de meter el primer tanto. Que linda historia la de Mora, me hace acordar a la de Will Smith en “Los colimbas al ataque”, gran película que nos muestra una bonita historia de vida. Tigre mucho no pudo hacer y así vino el segundo gol, otra Vez Mora, Morita ¿será algo de Pat Morita? Que buena película Karate Kid y que linda enseñanza nos deja. Maravilloso. La Cartita: “Hola Virginia, soy Daniel desde el exilio, todo el mundo habla de Mora y de Carlos Sánchez, te quiero decir que este equipo lo arme yo eh”. Ay Danielito, siempre queriéndote llevar crédito.

Volvió a ganar Boca. Desde la llegada de Arruabarrena que cambio mucho. Qué lindo el vasquito, que parecido que es a Sean Penn, ayyy por favor. Maravilloso ese parecido. Fue un partido aburrido, como esas películas largas y densas donde mucho no se entiende. Un primer y segundo tiempo muy parecido por los bostezos. Los bostezos son el ronquido del alma. Qué lindo es bostezar, habría que bostezar más. Pero bueno, todo parecía que terminaba en empate hasta que Emanuel Gigliotti. No hubo mucho más. La Cartita: “Tía Virginia, buenas tarde, soy Diego Ceballos, quería hacer un poco de catarsis con vos. Hoy en día no se puede alentar a los jugadores de Boca que ya te dicen que influiste en el resultado del partido, una injusticia”. Ay Corazón, no sabes cuantas injusticias que hay en esta vida.

Gano Quilmes, su primer partido. Qué lindo, maravilloso y como goleo el conjunto de Aníbal Fernández. Parecía que Quatrocchi estaba en la cuerda floja pero fueron a salvarlos sus jugadores, tal como hizo Pedro Alfonso en “Rescatando al soldado Ryan”. Que linda película. Los goles de Quilmes fueron de Bryan Sarmiento, Gonzalo M. Klusener, Nicolás López, Adrián Fernández. La Cartita: “Soy Martin de Sarandí, te quería decir algo, cortito pero que me sale del corazón, de las entrañas: VAMOS MANAOS” Ay Martincito, seguro que te sale de las entrañas.

(*) Cualquier similitud con un personaje televisivo de similares características, es una casualidad maravillosa.

¿De qué te ponés contento?

 Yo la verdad es que no te entiendo Cacho, la verdad que no te entiendo. Ni a vos, ni a todos aquellos que van a una cancha. O a esos hincha...


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