Slider[Style1]
Style2
Style3[OneLeft]
Style3[OneRight]
Style4
Style5
"Puntero izquierdo" de Mario Benedetti.
Tal como publicamos la semana anterior, hoy llegamos al segundo sábado (y ultimo consecutivo) en el que pondremos clásicos de la literatura futbolera. A partir del próximo sábado retomaremos los cuentos de "elaboración propia" e intercalaremos sábado por medio con los clásicos. O sea, un sábado un cuento nuestro, otro sábado un clásico, otro uno nuestro y así. La idea central es —como ya lo mencionamos la semana pasada— que las nuevas generaciones puedan acceder es este tipo de lecturas y los que ya la leyeron que la rememoren. Muchos son cuentos, otros relatos, narraciones. Hoy salimos primero con "Puntero Izquierdo" de Mario Benedetti y horas mas tarde con un infaltable: "El ocho era Moacyr" del siempre presente, Roberto Fontanarrosa. A disfrutarlos.
_________________________________________________
Puntero izquierdo
(Montevideanos, 1959)
A Carlos Real de Azúa
Vos sabés las que se arman en cualquier cancha más allá de Propios. Y si
no acordate del campito del Astral, donde mataron a la vieja Ulpiana. Los años
que estuvo hinchándola desde el alambrado y, la fatalidad, justo esa tarde no
pudo disparar por la uña encarnada. Y si no acordate de aquella canchita de
mala muerte, creo que la del Torricelli, donde le movieron el esqueleto al
pobre Cabeza, un negro de mano armada, puro pamento, que ese día le dio la loca
de escupir cuando ellos pasaban con la bandera. Y si no acordate de los menores
de Cuchilla Grande, que mandaron al nosocomio al back derecho del Catamarca, y
todo porque le había hecho al capitán de ellos la mejor jugada recia de la
tarde. No es que me arrepienta ¿sabés? de estar aquí en el hospital, se lo
podés decir con todas las letras a la barra del Wilson. Pero para jugar más allá
de Propios hay que tenerlas bien puestas. ¿O qué te parece haber ganado aquella
final contra el Corrales, jugando nada menos que nueve contra once? Hace ya dos
años y me parece ver al Pampa, que todavía no había cometido el afane pero lo
estaba germinando, correrse por la punta y escupir el centro, justo a los
cuarenta y cuatro de la segunda etapa, y yo que la veo venir y la coloca tan al
ángulo que el golerito no la pudo ni pellizcar y ahí quedó despatarrado,
mandándose la parte porque los de Progreso le habían echado el ojo. ¿O qué te
parece haber aguantado hasta el final en la cancha del Deportivo Yi, donde
ellos tenían el juez, los línema, y una hinchada piojosa que te escupían hasta
en los minutos adicionales por suspensiones de juego, y eso cuando no entraban
al fiel y te gritaban: "¡Yi! ¡Yi! ¡Yi!" como si estuvieran llorando,
pero refregándote de paso el puño por la trompa? Y uno haciéndose el etcétera
porque si no te tapaban. Lo que yo digo es que así no podemos seguir. O somos
amater o somos profesional. Y si somos profesional que vengan los fasules. Aquí
no es el Estadio, con protección policial y con esos mamitas que se revuelcan
en el área sin que nadie los toque. Aquí si te hacen un penal no te despertás
hasta el jueves a más tardar. Lo que está bien. Pero no podés pretender que te
maten y después ni se acuerden de vos. Yo sé que para todos estuve horrible y
no precisa que me pongas esa cara de Rosigna y Moretti. Pero ni vos ni don
Amílcar entienden ni entenderán nunca lo que pasa. Claro, para ustedes es fácil
ver la cosa desde el alambrado. Pero hay que estar sobre el pastito, allí te
olvidás de todo, de las instrucciones del entrenador y de lo que te paga algún
mafioso. Te viene una cosa de adentro y tenés que llevar la redonda. Lo ves
venir al jalva con su carita de rompehueso y sin embargo no podés dejársela.
Tenés que pasarlo, tenés que pasarlo siempre, como si te estuvieran dirigiendo
por control remoto. Si te digo que yo sabía que esto no iba a resultar, pero
don Amílcar que empieza a inflar y todos los días a buscarme a la fábrica. Que
yo era un puntero de condiciones, que era una lástima que ganara tan poco, y
que aunque perdiéramos la final él me iba a arreglar el pase para el Everton.
Ahora vos calculá lo que representa un pase para el Everton, donde además de
don Amílcar, que después de todo no es más que un cafisho de putas pobres, está
nada menos que el doctor Urrutia, que ése sí es Director de Ente Autónomo y ya
colocó en Talleres al entreala de ellos. Especialmente por la vieja, sabés,
otra seguridad, porque en la fábrica ya estoy viendo que en la próxima huelga
me dejan con dos manos atrás y una adelante. Y era pensando en esto que fui al
café Industria a hablar con don Amílcar.
Te aseguro que me habló como un padre,
pensando, claro, que yo no iba a aceptar. A mí me daba risa tanta delicadeza.
Que si ganábamos nosotros iba a ascender un club demasiado díscolo, te juro que
dijo díscolo, y eso no convenía a los sagrados intereses del deporte nacional.
Que en cambio el Everton hacía dos años que ganaba el premio a la corrección
deportiva y era justo que ascendiera otro escalón. En la duda, atenti, pensé
para mi entretela. Entonces le dije el asunto es grave y el coso supo con quién
trataba. Me miró que parecía una lupa y yo le aguanté a pie firme y le repetí
que el asunto es grave. Ahí no tuvo más remedio que reírse y me hizo una bruta
guiñada y que era una barbaridad que una inteligencia como yo trabajase a lo
bestia en esa fábrica. Yo pensé te clavaste la foja y le hice una entradita sobre
Urrutia y el Ente Autónomo. Después, para ponerlo nervioso, le dije que uno
también tiene su condición social. Pero el hombre se dio cuenta que yo estaba
blando y desembuchó las cifras. Graso error. Allí nomás le saqué sesenta. El
reglamento era éste: todos sabían que yo era el hombre-gol, así que los pases
vendrían a mí como un solo hombre. Yo tenía que eludir a dos o tres y tirar
apenas desviado o pegar en la tierra y mandarme la parte de la bronca. El coso
decía que nadie se iba a dar cuenta que yo corría pa los italianos. Dijo que
también iban a tocar a Murias, porque era un tipo macanudo y no lo tomaba a
mal. Le pregunté solapadamente si también Murias iba a entrar en Talleres y me
contestó que no, que ese puesto era diametralmente mío. Pero después, en la
cancha, lo de Murias fue una vergüenza. El pardo no disimuló ni medio; se
tiraba como una mula y siempre lo dejaban en el suelo. A los veintiocho minutos
ya lo habían expulsado porque en un escrimaye le dio al entreala de ellos un
codazo en el hígado. Yo veía de lejos tirándose de palo a palo al meyado
Valverde, que es de esos idiotas que rechazan muy pitucos cualquier oferta como
la gente, y te juro por la vieja que es un amater de órdago, porque hasta la
mujer, que es una milonguita, le mete cuernos en todo sector. Pero la cosa es
que el meyado se rompía y se le tiraba a los pies nada menos que a Bademian,
ese armenio con patada de burro que hace tres años casi mata de un tiro libre
al golero del Cardona. Y pasa que te contagiás y sentís algo adentro y empezás
a eludir y seguís haciendo dribles en la línea del córner como cualquier
mandrake y no puede ser que con dos hombres de menos (porque al Tito también lo
echaron, pero por bruto) nos perdiéramos el ascenso. Dos o tres veces me la
dejé quitar pero ¿sabés? me daba un calor bárbaro porque el jalva que me
marcaba era más malo que tomar agua sudando y los otros iban a pensar que yo
había disminuido mi estándar de juego. Allí el entrenador me ordenó que jugara
atrasado para ayudar a la defensa y yo pensé que eso me venía al trome porque
jugando atrás ya no era el hombre-gol y no se notaría tanto si tiraba como la
mona.
Así y todo me mandé dos boleos que pasaron arañando el palo y estaba
quedando bien con todos. Pero cuando me corrí y se la pasé al Ñato Silveira
para que entrara él y ese tarado me la pasó de nuevo, a mí que estaba solo, no
tuve más remedio que pegar en la tierra porque si no iba a ser muy bravo no
meter el gol. Entonces, mientras yo hacía que me arreglaba los zapatos, el
entrenador me gritó a lo Tittaruffo: “¿Qué tenés en la cabeza? ¿Moco?” Eso, te
juro, me tocó aquí dentro, porque yo no tengo moco y si no preguntale a don
Amílcar, él siempre dijo que soy un puntero inteligente porque juego con la
cabeza levantada. Entonces ya no vi más, se me subió la calabresa y le quise
demostrar al coso ése que cuando quiero sé mover la guinda y me saqué de encima
a cuatro o cinco y cuando estuve solo frente al golero le mandé un zapatillazo
que te lo boliodire y el tipo quedó haciendo sapitos pero exclusivamente a
cuatro patas. Miré hacia el entrenador y lo encontré sonriente como aviso de
Rider y recién entonces me di cuenta que me había enterrado hasta el ovario Los
otros me abrazaban y gritaban: “¡Pa los contras!”, y yo no quería dirigir la
visual hacia donde estaba don Amílcar con el doctor Urrutia o sea justo en la
banderita de mi córner, pero en seguida empezó a llegarme un kilo de putiadas,
en la que reconocí el tono mezzosoprano del delegado y la ronquera con bitter
de mi fuente de recursos. Allí el partido se volvió de trámite intenso porque
entró la hinchada de ellos y le llenaron la cara de dedos a más de cuatro. A mí
no me tocaron porque me reservaban de postre. Después quise recuperar puntos y
pasé a colaborar con la defensa, pero no marcaba a nadie y me pasaban la globa
entre las piernas como a cualquier gilberto. Pero el meyado estaba en su día y
sacaba al córner tiros imposibles. Una vuelta se la chingué con efecto y todo,
y ese bestia la bajó con una sola mano. Miré a don Amílcar y al delegado, a ver
si se daban cuenta que contra el destino no se puede, pero don Amílcar ya no
estaba y el doctor Urrutia seguía moviendo los labios como un bagre. Allí nomás
terminó uno a cero y los muchachos me llevaron en andas porque había hecho el
gol de la victoria y además iba a la cabeza en la tabla de los escores. Los
periodistas escribieron que mi gol, ese magnífico puntillazo, había dado el más
rotundo mentís a los infames rumores circulantes. Yo ni siquiera me di la ducha
porque quería contarle a la vieja que ascendíamos a Intermedia. Así que salí
todo sudado, con la camiseta que era un mar de lágrimas, en dirección al primer
teléfono. Pero allí nomás me agarraron del brazo y por el movado de oro le di
la cana a la bruta manaza de don Amílcar. Te juro que creía que me iba a
felicitar por el triunfo, pero está clavado que esos tipos no saben perderla.
Todo el partido me la paso chingándola y tirando desviado o sea hipotecando mis
prestigios, y eso no vale nada. Después me viene el sarampión y hago un gol de
apuro y eso está mal. Pero ¿y lo otro? Para mí había cumplido con los sesenta
que le había sacado de anticipo, así que me hice el gallito y le pregunté con
gran serenidad y altura si le había hablado al delegado sobre mi puesto en
Talleres. El coso ni mosquió y casi sin mover los labios, porque estábamos
entre la gente, me fue diciendo podrido, mamarracho, tramposo, andá a joder a
Gardel, y otros apelativos que te omito por respeto a la enfermera que me cuida
como una madre. Dimos vuelta una esquina y allí estaba el delegado.
Yo como un
caballero le pregunté por la señora, y el tipo, como si nada, me dijo en otro
orden la misma sarta de piropos, adicionando los de pata sucia, maricón y
carajito. Yo pensé la boca se te haga un lago, pero la primera torta me la dio
el Piraña, aparecido de golpe y porrazo, como el ave fénix, y atrás de él
reconocí al Gallego y al Chiche, todos manyaorejas de Urrutia, el cual en
ningún momento se ensució las manos y sólo mordía una boquilla muy pituca, de
ésas de contrabando. La segunda piña me la obsequió el Canilla, pero a partir
de la tercera perdí el orden cronológico y me siguieron dando hasta las
calandrias griegas. Cuando quise hacerme una composición de lugar, ya estaba
medio muerto. Ahí me dejaron hecho una pulpa y con un solo ojo los vi alejarse
por la sombra. Dios nos libre y se los guarde, pensé con cierta amargura y flor
de gusto a sangre. Miré a diestro y siniestro en busca de S.O.S. pero aquello
era el desierto de Zárate. Tuve que arrastrarme más o menos hasta el bar de
Seoane, donde el rengo me acomodó en el camión y me trajo como un solo hombre
al hospital. Y aquí me tenés. Te miro con este ojo, pero voy a ver si puedo
abrir el otro. Difícil, dijo Cañete. La enfermera, que me trata como al rey
Farú y que tiene, como ya lo habrás jalviado, su bruta plataforma electoral,
dice que tengo para un semestre. Por ahora no está mal, porque ella me sube a
upa para lavarme ciertas ocasiones y yo voy disfrutando con vistas al futuro.
Pero la cosa va a ser después: el período de pases ya se acaba. Sintetizando,
que estoy colgado. En la fábrica ya le dijeron a la vieja que ni sueñe que me
vayan a esperar. Así que no tendré más remedio que bajar el cogote y
apersonarme con ese chitrulo de Urrutia, a ver si me da el puesto en Talleres
como me habían prometido.
(1954)
Mario Benedetti
La patada de Fabbro.
Por ahí todavía no la viste, así que revivimos la patada de Jonathan Fabbro a Guillermo Fernández. el refuerzo de River debutaba con la camiseta del conjunto millonario, si bien se vio destellos de su habilidad, su debut no fue el esperado. A los 37 minutos vio la roja por esta tremenda patada a lo Daniel Larusso en Karate Kid. Tiembla el taekwondista, Sebastián Crismanich ganador del oro en las olimpiadas pasadas. Queremos agradecerle a Fabbro por el terrible homenaje que le hizo al nombre de esta pagina, pero no habia necesidad Johny, en serio.
El antiequipo de la semana.
Arriba: Juan Carlos Olave
(Arquero, lento, caderón); Teo Gutiérrez (Pistolero, casi ex jugador del Cruz Azul,
casi jugador de River); Ricardo Caruso
Lombardi (Vendehumo, desprolijo, cometero); Carlos Maglio (Ciego, sordo y testarudo); Diego Armando Maradona (ex jugador de fútbol, ex entrenador de la
selección, mediatico); Árbitros (Ciegos,
sordos y testarudos)
Abajo: Carlos Sánchez (Ex
Jugador de River, despedido); Gareth Bale (ex jugador del Tottenham,
jugador del Real Madrid, rompepelotas); Julio
Grondona (garca, sinvergüenza reconocedor de títulos compulsivo); Miguel Angel Brindisi (Desafortunado,
buen tipo, golpeado)
Selección
Y en menos de una semana se jugaron dos
fechas y Belgrano perdió dos partidos (uno con polémica). Uno de los antifiguras
de la de fecha, es Juan Carlos Olave.
El arquero del pirata en los partidos contra Lanús y contra Boca se lo vio
lento, falto de reflejos y mal ubicado. No reacciono como se esperaba y
Belgrano perdió dos al hilo. Todo parecía encaminado para que Teo Gutierrez
pudiese jugar esta segunda fecha contra Rosario Central. Sin embargo no solo no
fue habilitado, sino que el Cruz Azul pidió que Teo Gutiérrez vuelva al club ya que River no abono un centavo. Además
sostuvo que si Teo quiere irse, también cuenta con dos propuestas. Lindo lio se
viene para Passarella, que se ve que solo piensa en ganar nuevamente el
Campeonato Económico. Otro quilombo más para don Ricardo Caruso Lombardi, el entrenador que más monóxido de carbono
acumula con sus palabras en el fútbol argentino, esta vez tuvo un quilombo con
Cristian Maidana. El ex jugador del Atlante de Mexico y de Banfield, entre
otros, estaba a prueba en el conjunto de La Paternal, ya había firmado pero
ahora resulta que Richard no lo quiere y se produciría la rescisión del
contrato. Otra mancha más para el tigre Caruso. Y Boca debuto el martes en el
torneo inicial, si bien gano, todas las miradas apuntaron a Carlos Maglio. El árbitro fue un
completo desastre (en conjunto con el línea) no marco dos penales claros y
encima convalido la anulación de dos goles legítimos por parte del conjunto
cordobés. Justo se da en el momento en el que todos los árbitros están bajo la
lupa. Para colmo de males por su floja actuación lo terminaron colgando y
encima lo amenazaron de muerte. El domingo Fantino se hace un pic nic en su
programa. Y a Diego Armando Maradona
otra vez volvió a ser noticia por algo que nada tiene que ver con el fútbol.
Esta vez se supo que Rocio (su nueva ex) quería hacer público un video del 10.
Con todo esto dando vuelta, también se supo que el ex jugador del Napoli tuvo
un encuentro cara a cara con el ex entrenador de El Porvenir, Luis Ventura. Reunión para limar
asperezas y/o recagarse a trompadas. El tema es que leugo de la charla poco
amistosa, terminaron hablando de Riestra y El Porvenir. Entre tanto barro, por
lo menos mantuvieron los códigos de barrio. El arbitraje no está pasando por un muy buen momento, ni siquiera por
un buen momento, bah está pasando un momento de mierda, hablando en criollo. Todos
los fallos arbitrales son discutibles. Los árbitros pueden equivocarse, pero ya
cobrar un offside de un saque lateral es demasiado, por ejemplo. Lo cierto es
que los árbitros lejos de realizar una autocrítica se “escudan” en que tuvieron
“un mal día”, pero por lo que se viene viendo, parece ser que no están teniendo
un buen milenio o una buena era geológica. Hasta Fantino les declaro la “guerra
santa”.
Al final de cuenta River pudo deshacerse de
Carlos Sánchez. Primero le hincharon los huevos para que se nacionalice
argentino, Sánchez fue y se nacionalizo. El pobre charrúa iba a hacer lo que le
pedían con tal de quedarse en River, pero no, lo fueron esta semana y lo
mandaron a México. Carlos Sánchez quedo medio dolido y dijo que se va triste.
En River un poco más y lo abandonan al bueno de Sánchez al costado de la ruta. Uno
que hincho soberanamente los huevos en este mercado de pases europeo fue Gareth Bale. El galés a toda costa
quería irse al Real Madrid y lo consiguió. En el medio del rompimiento de
huevos, a Bale le ofrecieron duplicar su contrato en el Tottenham y de paso la
hinchada lo amenazo en varias oportunidades. Sin embargo se mantuvo firme y ya
se puede decir que es compañerito de Cristiano Ronaldo. “Todo Pasa” era el lema
que solía tener Julio Grondona en un
anillo, ahora no lo usa más y el lema pasó a ser “todo sirve” o “todo se
reconoce”. Ya que el octogenario dirigente de la AFA empezó a repartir
reconocimiento para todas las copas y campeonatos que se disputaron en el
amateurismo. Así, por ejemplo, el desaparecido ALUMNI, paso a ser el quinto
equipo más ganador de la historia argentina. Desde acá estamos muy de acuerdo
con la reivindicación de esos logros añejos. El tema puntual es que Don Julio,
uso esta “revisión” para tapar el enorme cagadón que se mandaron en el
reglamento del supercampeonato. En la
AFA se reconocen títulos, no cagadas propias. Debuto nomás el equipo de
Independiente en el Nacional B, lo hizo de la peor manera, perdió contra el
humilde (pero cojonudo) Brown de Adrogué de Pablo “Asterix” Vico. El conjunto dirigido por Miguel Ángel Brindisi jugo realmente mal. La defensa fue terrorífica
y genero menos juego que un ludomatic sin dado. Algunos jugadores parecieron
dormidos y más de uno mereció un buen sillazo que lo despertase.
¡La que te devoraste referí!
Titular que bien le podría haber puesto Marcelingui Araujo al comportamiento del árbitro senegalés, Ousseynou Gueye, mientas dirigía el encuentro entre Casa Sport y el ASC Yeggo por la liga de primera división de Senegal. Todo marchaba más o menos bien. El temita era que el bueno de Ousseynou estaba en ayuna por el Ramadán y se ve que el señor Gueye no daba más. Vale destacar que los musulmanes —adultos, claro esta— no pueden ingerir alimentos desde el amanecer hasta la puesta de sol, mientras se encuentren en esta etapa. Cuestión que el árbitro estaba dirigiendo hasta que el bagre en lugar de picarle, le daba con un taladro percutor. Entonces paro el partido, empezó a comer y tomar agua, mientras desde las tribuna caían sendas puteadas. En la Argentina pasa algo similar, pero los árbitros en lugar de comer alimentos, se morfan penales, off sides, manos, patadones...
Suscribirse a:
Entradas (Atom)
¿De qué te ponés contento?
Yo la verdad es que no te entiendo Cacho, la verdad que no te entiendo. Ni a vos, ni a todos aquellos que van a una cancha. O a esos hincha...

Lo más leído
-
Para Diego Me van a tener que disculpar. Yo sé que un hombre que pretende ser una persona de bien debe comportarse según ciertas norma...
-
Te conté la del Gordo Luis cuando hizo de Papá Noel? Es mundial la del Gordo Luis cuando hizo de Papá Noel. Casi se convierte en otra vícti...
-
Decime vos para qué cuernos te hice semejante promesa. Se ve que me agarraste con la defensa baja y te dije que sí sin pensarlo. Pero esta ...
-
Plebster estaba mirando por la ventanilla frontal de la nave el paso oscilante de los meteoritos. Como todos los dermolinfomas del planeta...
-
Uno abre la puerta y sale a la calle con un infierno escarbándole las entrañas. Afuera, la siesta del domingo transcurre silenciosa y quiet...
-
Pedrito se apiol ó tarde de c ó mo ven í a la mano. Porque é l pod í a haber sido un í dolo, un í dolo popular, desde mucho tiempo antes. ...
-
El que tiró la primera piedra fue Ricardo, apenas después de haberse ido el tipo. —Che… ¿quién es este coso? —No sé —contestó el Zo...