Se nos fue el negro, otro más que nos hacia reír y que apodaban “el negro”. Antes fueron el negro Olmedo, el Negro Fontanarrosa. Caloi podía jugar en “toda la cancha”, podía hacer humor en terrenos ásperos, como en la política o en el futbol, y no solo eran “chistes” a secas, no señores, era un pincelada de humor que no solo te despertaba una risa o una sonrisa, sino también te despabilaba alguna que otra neurona y te dejaba pensando. Muy pocos logran eso. Caloi retrataba al dedillo esos ambientes barriales, eso climas futboleros. Caloi, un acérrimo hincha de River que hizo a su personaje, Clemente, hincha de Boca. Y si, los hijos son libres de elegir ser hinchas del cuadro que quieran. El humor va mas allá de todo, de cuestiones políticas o futboleras, el humor es eso que nos reconcilia con la realidad. El negro Caloi día a día nos reconciliaba con la dura realidad, nos amainaba tristezas cotidianas, nos hacia reír, pensar, admirar los pequeños detalles de sus fantasías barriales plasmadas en sus dibujos.
Una vez leí (no se donde, si fue en twitter o en algún otro lado) que las personas que hacen reír no deberían morir. Sinceramente opino que alguien que hizo reír nunca muere, una sonrisa por mas que dure unos segundos es eterna. Y vos negro nos dibujaste muchas sonrisas viejo.
Últimamente esta todo muy politizado, sin querer decir algo desubicado, algo sin tinte político, algo del corazón, porque cuando estamos ante tamaña perdida todo pasa a un segundo plano. Toda mi vida me pase criticando a Clarín, sin embargo a Clarín le voy a agradecer eternamente por hacerme conocer desde niño las creaciones de los dos “negros” a Inodoro Pereyra y a Clemente. Simplemente gracias.
Chau negro, mándale un abrazo a Fontanarrosa, y si podes avísale a mi viejo que acá abajo la estamos luchando como el nos enseño.
Toni Schweinheim
PD; Hicimos dos imágenes, una para la pagina, y le dejamos una sin el logo para que la puedan utilizar si lo quieren hacer.
Es muy triste este día, tanto como el de la ida de Fontanarrosa. Caloi y él, dos grandes, yo diría, de la literatura humorística; porque iban más allá de la historieta, mucho más. Y, como de manera excelente se apunta acá, manejaban un lenguaje que nos reconciliaba con la realidad.
ResponderBorrarMe cuesta creer todavía que se vaya esta gente, pero no es menor el saber que sus dibujos y talento van a seguir estando en el papel para todo aquel que se pregunte quiénes fueron. Así va a seguir viviendo Clemente y, a través de él, Carlos Loiseau, o simple y maravillosamente, Caloi.
Ejemplar este homenaje de Toni y Don Patadón.¡Un saludo!
Excelentes palabras! Hasta luego Negro, nos veremos
ResponderBorrar